Silvia enseñando a pronunciar fonemas. © Elena Setién/FVF
- Esta profesora, especializada en audición y lenguaje, ha desarrollado un método para enseñar a hablar a niñas con escaso resto auditivo
- Está desarrollando un programa informático para entrenar la lectura labial
“Tchaaa, tchaaa, tchaaa. Correcto” dice Silvia entusiasmada mientras sostiene el puño de Anjali pegado a su barbilla, “¡Lo estás haciendo muy bien!”. Tiene una espontaneidad que se deja sentir en la devoción que siente por sus alumnas. De cada una de ellas conoce su nombre e historia. También su evolución, debilidades y fortalezas. Silvia Sánchez (Tenerife, 1981) estudió Magisterio, audición y lenguajeen la Universidad Complutense de Madrid. Llegó en septiembre de 2013 a Anantapur y actualmente da clase en Bukkarayasamudram, uno de los cuatro centros de primaria que la Fundación Vicente Ferrer (FVF) tiene para niñas y niños con diversidad funcional auditiva. Todas las preguntas de sus 65 curiosas alumnas encuentran respuesta en ella.
¿En qué consisten tus clases?
Hay que partir de la base de que la lengua materna de estas niñas es la lengua de signos; entonces mi trabajo consiste en enseñarles a hablar para favorecer su comunicación con los oyentes. Por lo general, en la India los logopedas enseñan a los alumnos imitando sus palabras y trabajando praxias (ejercicios de los órganos articulatorios), pero este método sólo sirve para personas con buen resto auditivo. Las niñas con las que trabajo tienen sordera profunda, por eso con ellas utilizo otro método.
¿Cómo funciona este método?
Se basa en la vibración. Para que reproduzcan los sonidos, pongo la mano de las niñas debajo de mis cuerdas vocales, así perciben mi vibración y tratan de imitarlo. Cuando han aprendido a reproducir el fonema, lo identifico con su grafía y lo asocio con un gesto. Desde este momento, reproducirán el sonido recurriendo al gesto de forma automática.
¿Y la dificultad añadida de enseñar en un idioma que no es el tuyo?
La fonética del castellano y del telugu son básicamente iguales. Gracias a este punto en común he podido enseñar a las alumnas a leer. Les preparo unas fichas con vocabulario en telugu, acompañadas de un dibujo. Ellas reconocen los grafemas y los pronuncian, porque las alumnas sin resto auditivo necesitan un gesto, una grafía, una referencia visual.
¿Qué otras utilidades tiene este método?
Es un método que puede complementarse con el audífono. Sólo por llevar audífono no vas a saber discriminar sonidos si no los has escuchado antes; pero si ya sabes producirlos, los reconocerás de forma natural al escucharlos. Es decir, las niñas llegarán a los sonidos a través de sí mismas y no a través de la audición, que para ellas es algo externo con lo que no están familiarizadas.
Ahora vais a crear un programa informático de entrenamiento de lectura labial ¿En qué consiste?
El programa de entrenamiento de lectura labial es una pieza fundamental para ir un paso más allá. Les va a ayudar, no a hablar, sino a entender. Canalizarán su aprendizaje de forma visual. Lo que vamos a hacer es grabar todo tipo de sonidos: desde vocales hasta frases enteras. El programa tendrá una parte teórica que muestre el sonido del fonema mediante el movimiento labial y su grafema correspondiente. Y en la parte práctica haremos ejercicios tipo test de identificación de sonidos.
¿Cómo ves el futuro de estás niñas?
Tengo la preocupación de asegurar que estarán bien y seguirán desarrollando sus capacidades. Mi objetivo es que aprendan a leer para que en el futuro ellas mismas sean sus propias profesoras reproduciendo el habla. Socialmente, hay que avanzar en el trato que se le da a la mujer, y especialmente a la mujer con discapacidad. En algunas niñas percibes la resignación a pesar de que son sólo niñas, llenas de inocencia y frescura.
¿Qué es lo más satisfactorio de dar clases?
Sin duda, lo mejor de mi trabajo son las alumnas. Verlas aprender a hablar supone romper barreras y sobre todo acabar con su aislamiento. Las alumnas mayores perciben la implicación del profesor y la alegría compartida de sus avances. Personalmente he ganado muchas tablas; el humor es una buena arma para afrontar situaciones adversas.
Fundacion Vicente Ferrer