Imponente, a una altura de 4.350 metros, el glaciar Col du Dome se ve majestuoso a los pies de Mont Blanc, la cumbre más alta de los Alpes.
La nieve parece ser tan permanente como la montaña, pero las apariencias engañan.
«En 1994 medimos la temperatura en el interior del glaciar y en 2005 repetimos la medición en el mismo sitio. Registramos un aumento de temperatura de 1,5 grados centígrados», dijo a la BBC Jerome Chappellaz, del Centro Nacional de Investigaciones Científicas de Francia.
Chappellaz es uno de los científicos que busca preservar hielo de los Alpes en un depósito a miles de kilómetros de distancia, en la Antártica.
«Muchos de los glaciares fuera de zonas polares desaparecerán este siglo debido al calentamiento global. Los glaciares más elevados ya se están derritiendo en el verano», dijo el científico.
«Somos tal vez la única comunidad científica cuyos archivos pueden desaparecer de la faz del planeta. Quienes trabajan con corales, sedimentos marinos, árboles, aún tendrán su material de investigación durante siglos».
50 grados bajo cero
En el 2016, Col du Dome será el primer glaciar del que se enviarán muestras al nuevo depósito en la Antártica.
El archivo de hielo estará en una bóveda de nieve en la Estación de Investigación Concordia, una base habitada en forma permanente operada conjuntamente por Francia e Italia.
Las muestras de hielo serán colocadas en bolsas selladas 10 metros bajo la superficie, donde la temperatura se mantiene estable a unos 50 grados bajo cero.
«Sabemos que aún si la temperature aumenta en Antártica varios grados por el calentamiento global, tendremos allí durante siglos el mejor refrigerador natural del planeta», dijo Chappellaz.
Los investigadores usarán taladros especiales para extraer muestras cilíndricas de hielo del glaciar Col du Dome.
Las muestras, que miden más de 130 metros de longitud y unos 30 cm de diámetro, serán extraídas por secciones y transportadas luego en helicóptero.
Muestras de Bolivia
Una segunda misión en 2017 tiene una tarea aún más difícil.
Los científicos esperan extraer muestras de la montaña Illimani en Bolivia a 6.300 metros de altura.
Será imposible alcanzar este sitio con un helicóptero, por lo que todo el equipo, incluyendo los grandes taladros, deberán ser transportados por tierra.
«Las muestras deberán ser trasladadas a pie desde la cima. Y esto debe hacerse durante la noche, porque en el día las temperaturas son más elevadas y esto puede dañar el material», señaló Chappellaz.
Los científicos esperan hacer tres perforaciones en los Alpes y tres en los Andes. El material de dos perforaciones se enviará a la Antártica y el resto a un laboratorio en Francia.
Viaje en el tiempo
El hielo de los glaciares está conformado por capas de nieve depositadas durante miles de años.
«Lo crucial es que entre los cristales de nieve hay atrapadas burbujas de aire. Y estas burbujas permiten conocer cómo era la atmósfera cuando se formó el hielo», explicó Mark Brandon, oceanógrafo polar del Open University, la universidad británica que imparte cursos a distancia y cuenta con más de 200.000 alumnos.
Las muestras permiten a los científicos viajar en el tiempo y saber cuál era la composición de la atmósfera en diferentes períodos de la historia terrestre.
«Sabemos que las concentraciones de dióxido de carbono son más altas ahora que en los últimos tres millones de años. El hielo contiene un registro único de nuetro clima», señaló Brandon.
Los científicos desarrollarán modelos computarizados sobre la evolución del clima en el pasado. Y esta información será clave para intentar predecir cómo cambiará en el futuro.
«Gran parte de la información que tenemos sobre glaciares se basa en muestras de Groenlandia y la Antártica. Esto no es suficiente, especialmente cuando buscamos datos sobre compuestos químicos de corta vida en la atmósfera», dijo Chappellaz.
«Ahora podremos obtener datos de concentraciones de estos compuestos en diferentes sitios, como los Andes, los Alpes, las montañas Rocallosas y el Himalaya».
Las muestras más antiguas de hielo son de hace 18.000 años.
El hielo de glaciares cercanos a zonas habitadas es especialmente importante para estudiar contaminantes desde el inicio de la Revolución Industrial.
Comparando hielo de montañas remotas con el de otros glaciares será posible distinguir cambios naturales del clima de otros que resultan de la acción humana.
Freezer en Inglaterra
Además de la Antártica, el otro sitio donde podrían ser guardadas las muestras es el depósito del Instituto Antártico Británico, British Antarctic Survey, en Peterborough, en el este de Inglaterra.
Hay más de 570 cajas con muestras de hielo antártico en Peterborough, en un freezer a 20 grados bajo cero.
«Se trata de un freezer comercial común», dijo Robert Mulvaney, glaciólogo del Instituto Antártico Británico.
Pero siempre existe el riesgo de una falla mecánica o de problemas con el suministro de electricidad.
«Y además la Antártica permite almacenar muestras a temperaturas mucho más bajas que las de un freezer comercial».
Hijos y nietos
Uno de los mayores problemas que enfrenta el proyecto es hallar fondos. Es difícil que las agencias de investigación inviertan dinero en una iniciativa que puede no dar resultados concretos por décadas.
El dinero para la misión francesa, por ejemplo, vino de patrocinadores privados e instituciones gubernamentales.
Chappellaz tiene la esperanza de que fundaciones o individuos ricos y preocupados por el calentamiento global aporten recursos en el futuro.
«Queremos que el proyecto sea internacional. Que participen científicos de China, EE.UU., Brasil, Italia, Rusia y Suiza, entre otros».
«Cualquier nación que tenga acceso a sus glaciares y quiera guardar muestras puede hacerlo en el depósito de la Estación de Concordia».
En 2016, investigadores de Italia y Suiza extraerán muestras en otros sitios de los Alpes y Chappellaz asegura que se unirán a la iniciativa francesa.
«Éste es un proyecto no sólo para nosotros sino para las próximas generaciones. Al igual que en el caso del cambio climático en general, hay aquí una cuestión de responsabilidad».
«Tal vez nosotros no sufriremos demasiado las consecuencias del cambio climático, pero nuestros hijos y nuestros nietos sí las padecerán», dijo Chappellaz a la BBC.
«Tenemos la responsabilidad de guardar un archivo para futuras generaciones de cientíticos. Y debemos hacerlo antes de que sea demasiado tarde.»
Lo desconcertante de todo esto del cambio climático es que mientras muchos glaciares se están derritiendo a un ritmo cada vez más acelerado, otros por el contrario están aumentando de tamaño, por ejemplo los del Himalaya.
Es algo demasiado confuso y aún no suficientemente aclarado ni explicado.
Creo que en eso consiste el cambio climático, mejor llamado desajuste climático. Mientras el planeta sigue sus propios ciclos naturales y periódicos: mínimo de Mauder, cambios del bariocentro solar, en la salinidad del agua y su efecto en la corriente del golfo, vulcanismo y otros procesos, el hombre interactua con su actividad industrial, de automoción, calefacción y un largo etc. En esta combinación de hechos es fácilmente previsible quién marcará el protagonismo y en lo cual la geo-ingeniería climática en la cual pueden estar presentes los Chemtrails me temo no sirvan de mucho. Atentos a la acidificación y su concentración en las aguas y fondos marinos. Saludos cordiales.