LA ENERGÍA DE LA PIRAMIDE

En la década de 1930, un turista francés llamado Antoine Bovis que visitaba Egipto vio un gato momificado dentro de la Gran Pirámide de Giza.

Asombrado por el hecho de que el cadáver del animal no se hubiera descompuesto, Bovis decidió experimentar con un modelo a escala de dicha estructura: reprodujo sus proporciones con exactitud y orientó las caras de la pirámide hacia los cuatro puntos cardinales; luego metió un gato muerto en el modelo y descubrió que no se descomponía. Más tarde hizo lo mismo con diversas frutas y verduras y obtuvo resultados similares.

Los científicos de su tiempo no vieron ningún valor en sus hallazgos, pero algunos se interesaron en el fenómeno y continuaron las investigaciones, sobre todo en Estados Unidos.

Allí, en el decenio de 1970. Bill Schul y Ed Pettit publicaron un informe en el que aseguraban que unas plantas de girasol colocadas dentro de una pirámide crecían más rápidamente que en otros sitios, y que la germinación de las semillas también se aceleraba.

Schul y Pettit hicieron varias pruebas con muestras de leche: encontraron que mientras las de control se agriaban y enmohecían al cabo de unos días, las colocadas dentro de una pirámide se convertían en una sustancia cremosa y sin moho después de seis meses.

También experimentaron con tomates, uvas, huevos, hígado de ternera, carne de vacuno y pescado, y los resultados fueron similares: las muestras de control se echaban a perder, en tanto que las de la pirámide se deshidrataban y encogían pero no se descomponían. Efectos muy parecidos se obtuvieron con pirámides de vidrio, madera, cartón y plástico.

Los hallazgos de Schul y Pettit hicieron creer que la reproducción de las bacterias se detenía dentro de las pirámides. Esta suposición fue respaldada posteriormente al comprobar que ciertas personas que habían pasado un tiempo dentro de un modelo de pirámide, sanaban muy rápidamente de las cortaduras, quemaduras y moretones que tenían. (Las pirámides a escala también se han usado para aliviar dolores reumáticos, de muelas y de cabeza, calambres y tensión muscular.)

Otros investigadores también efectuaron pruebas con resultados sorprendentes: por ejemplo, que la actividad eléctrica del cerebro cambiaba en forma notoria al permanecer dentro de una pirámide, incluso cuando se les vendaban los ojos a los sujetos del estudio para que no supieran en qué momento eran colocados dentro del modelo. Muchas de esas personas revelaron haber tenido una agradable sensación de calidez cuando se hallaban en el interior de la pirámide, así como un aumento de la vitalidad y el bienestar.

Algunos científicos suponen que el misterioso poder de las pirámides podría ser un flujo singular de energía, una fuerza electromagnética o un cambio de carga de los iones ambientales ( IONIZACIóN), pero se trata de simples conjeturas. Hoy día se está intentando comprobar la hipótesis de que la forma piramidal crea un poderoso campo energético que altera el ritmo de los procesos físicos, químicos y biológicos.

Un ingeniero checoslovaco llamado Karel Drbal dio un uso práctico a los hallazgos de Bovis a raíz de este experimento: introdujo muestras de metal en una pirámide y descubrió que no se oxidaban. A finales de la década de 1940 patentó un conservador de hojas de afeitar de forma piramidal, el cual tuvo mucha demanda pues al parecer conservaba afiladas las hojas durante muchas semanas.

El punto de vista ortodoxo

 

La mayoría de los científicos muestran mucho escepticismo ante los supuestos poderes de las pirámides

Mantener a más de tres metros de teléfonos móviles y hornos de microondas durante su uso terapéutico o en su función de conservante de alimentos o semillas. Las emisiones cercanas de microondas y ondas electromagnéticas intensas pueden reducir la efectividad de la pirámide.

Aparte de la cercanía de microondas o teléfonos móviles, las geopatías (nudos Hartmann intensos, cruces de líneas Hartmann y Curry, etc.), pueden reducir y hasta anular en algunos casos la función de la pirámide, aunque se encuentre bien orientada. Normalmente bastará desplazarla un metro en cualquier dirección para conseguir que funcione. Estas geopatías se encuentran en la Naturaleza pero también son causadas por las estructuras de edificios construidas sin conocimientos geobiológicos. Cuando una pirámide no funciona habiéndose instalado correctamente, es indicativo de una potente geopatía por la que el lugar no debería ser habitado por personas, perros y otros animales superiores sensibles a estas raras anomalías.

Se recomienda no instalar pegada a las paredes, evitando en lo posible la cercanía de conexiones y cables eléctricos. Tanto la pirámide como el soporte son de aluminio, que es paramagnético pero buen conductor eléctrico, de modo que no debe tomar contacto con ningún elemento que pueda producir descargas eléctricas.

DENTRO de una pirámide paramagnética puede permanecerse todo el tiempo que se quiera, pero DEBAJO corresponde al uso de ANTIPIRÁMIDE (el campo que forma debajo de la base), debe hacerse estrictamente bajo las pautas que se describen en el apartado MODO DE USO.

No aplicar en personas que han ingerido alcohol excesivamente, porque demoraría la metabolización del alcohol.

No aplicar Antipirámide en pacientes con marcapasos, a menos que se haga bajo vigilancia médica. Los marcapasos funcionan perfectamente DENTRO de una pirámide pero puede haber alteración DEBAJO o ENCIMA de la pirámide.

No utilice la zona por encima de la pirámide, salvo para experimentos innocuos. La Antipirámide superior posee cualidades que a la fecha de Febrero de 2008 no han sido profundamente estudiadas como el interior y la antipirámide inferior.

No usar para exponer medicamentos psicotrópicos, barbitúricos ni cardíacos o aquellos donde el efecto de sus dosis se relacione directamente al tiempo de metabolización.

Las esencias naturales y los licores aumentan su calidad, mientras que las artificiales, licores malos o vinos artificiales se descomponen volviendo a su química original.

En caso de descompostura, vértigos, mareos y/o náuseas cuando se aplica en el abdomen, no es necesario suspender la terapia, sino suspender la sesión, disminuyendo la siguiente a la mitad del tiempo, aumentando luego progresivamente. Esos síntomas pueden aparecer en personas hipocondríacas o hipersensibles a la magnetoterapia.

No hay restricciones por edad, pudiendo aplicarse a niños, ancianos. En mujeres embarazadas se recomienda evitar la aplicación abdominal, salvo con vigilancia médica ante problemas de infecciones o lesiones. El lapso de sesión máximo recomendado sobre el feto no debe pasar los 10 minutos.

Advertencia: deben ser usadas con precaución y no ser usadas como vivienda permanente, ya que produce insomnio, nerviosismo e hiperactividad, ya que no se está preparado para recibir continuamente tamaña cantidad de energía.

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