Las controvertidas instalaciones del HAARP, el programa de Investigación de ondas de Alta Frecuencia, dejará de estar controlada por los militares y pasará a control civil.
A partir del 11 de agosto, la Universidad de Alaska tendrá acceso al sitio durante dos años, gracias a un acuerdo con la Fuerza Aérea. Tras esos dos años, se negociará una posible transferencia definitiva del programa y de las instalaciones.
El HAARP fue construido oficialmente con el objetivo de estudiar la ionosfera, aunque la instalación y sus investigaciones, han sido fruto de numerosas teorías de la conspiración acerca de su posible uso como arma para alterar el clima, provocar terremotos o incluso realizar tareas de control mental sobre la población.
El HAARP está compuesto por una enorme variedad de transmisores de radio y antenas, que generan ondas de radio para calentar partes de la ionosfera, la región de la atmósfera superior de la Tierra, que se extiende desde los 60 km hasta los 600 kms de altitud, aproximadamente, y que es ionizada por la radiación solar.
Hace un año se anunció el cierre definitivo del HAARP, pero como vemos, las instalaciones seguirán en funcionamiento y podrán seguir siendo fuente de todo tipo de teorías de la conspiración.
