Una pensionista rusa tuvo que demostrar durante ocho años que su supuesta muerte no se correspondía con la realidad, informaron las autoridades del Territorio de Kransodar, donde ocurrió la historia.
Una oficina de registro de la localidad de Krimsk dio a la mujer, de 63 años, por fallecida en septiembre de 2007.
El error se debió a un parte policial sobre el descubrimiento de un cuerpo sin identificar.
Desde entonces, las autoridades se resistían a enmendar el fallo y revisar la «situación» de la demandante.
Entre otros inconvenientes, la «fallecida» dejó de recibir las prestaciones sociales.
La solución llegó cuando la pensionista recurrió su propia muerte en los juzgados con ayuda del fiscal local.
El tribunal estipuló «anular» el acta de defunción e ingresar a la demandante la suma de las pensiones que dejó que recibir a causa de su «muerte».
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