«Es esencial que en el ejercicio de sus responsabilidades familiares, sociales, profesionales, políticas, cada uno se esfuerce en encontrar interiormente este punto de vista elevado desde el que podrá dominar todos los aspectos de los problemas que tiene que resolver. De esta manera podrá tomar las mejores decisiones para todos.

Diréis: «¿Pero qué hay que hacer si estas buenas decisiones no son aceptadas? La mayoría de la gente se ocupa solamente de defender sus intereses egoístas y no es fácil conseguir que reconozcan los intereses de los demás.» Es verdad, pero aunque los demás no hagan los mismos análisis que vosotros y no saquen por tanto las mismas conclusiones, ello no es motivo para que abandonéis vuestros esfuerzos. Puesto que habéis logrado alzaros hasta este punto de vista superior, siempre habrá otras ocasiones en la vida en las que podáis hacerle triunfar. Nunca se pierde nada de los esfuerzos que hemos hecho para progresar en el camino de la lucidez y del desinterés.»

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