Un equipo de investigadores mexicanos, miembros de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), dio a conocer, ayer Jueves, que ha descubierto bajo la impresionante pirámide Kukulkán -monumento más representativo de la no menos impresionante ciudad maya de Chichen Itzá-, un pozo de agua dulce subterráneo o, como los denominan en México, un cenote. La ciudad precolombina de Chichen Itzá fue la capital más importante de la civilización Maya. A la llegada de los castellanos era el centro de culto y peregrinación más respetado de la Península de Yucatán. En el presente continúa siendo un centro sagrado para los actuales mayas. Ubicada a 128 kilómetros de Mérida en dirección a Cancún, recibe más de un millón de turistas cada año, cifra que la convierte en la segunda zona arqueológica más visitada de México, después de Teotihuacan. En el año 2007 la UNESCO la declaró como una de las Siete Maravillas del mundo moderno.
El cenote, con una longitud de entre 25-30 metros y una profundidad de alrededor de 20 metros, fue descubierto gracias a una novedosa técnica, no invasiva, desarrollada por un equipo de científicos del Instituto de Geofísica y de la Facultad de Ingeniería de la (Unam) y del Instituto Nacional de Antropología e Historia (Inah). Dicha técnica consiste en la colocación de 96 electrodos en el perímetro de la pirámide para escanearla y medir la resistividad del subsuelo, dependiendo del tipo de material que haya bajo la construcción, mediante el envío de corriente. Con esta técnica se obtuvo un mapa en escala de colores sobre las características de la tierra bajo Kukulkán, pudiendo comprobar que estratos de piedra caliza rodean a la masa de agua tanto por arriba como por debajo en una cavidad que podía haber sido más pequeña en la antigüedad e ir aumentando por la erosión.
El hallazgo fue todo un «impacto», declaró René Chávez, investigador del Instituto de Geofísica de la UNAM. Asimismo, Chávez recordó en rueda de prensa que los mayas sabían de la existencia de los cenotes, ríos subterráneos con salidas a la superficie a los que se otorgaba, muchas veces, un carácter ceremonial, pero no se explica cómo construyeron ahí la pirámide, también conocida como El Castillo: ¿cómo diablos se les ocurrió construir semejante belleza de estructura encima de esa cosa?», se preguntó en voz alta el geofísico. René Chávez, continuó explicando que el cenote es, por completo, subterráneo por lo que se desconoce si los mayas sabían de su existencia cuando edificaron la colosal pirámide. Asimismo, agregó que es posible que en el futuro este cenote motive el hundimiento de Kukulkán ya que la cavidad bajo ella puede ir aumentando de tamaño a medida que aumente la cantidad de agua que acoge. «Este tipo de estructuras cambian con el tiempo, porque el agua deslava las paredes y la cavidad puede ir en aumento. En algún momento, si el grosor de la roca por debajo de la pirámide se adelgaza, podría haber un problema de estabilidad y la pirámide colapsaría. Esto es algo que no veremos nosotros ni muchas generaciones más», puntualizó el científico.
Sin embargo, según Guillermo De Anda, arqueólogo experto en arqueología submarina, los mayas debieron construirla en ese lugar a propósito y con un claro componente simbólico: «la noticia es un gran descubrimiento porque confirma muchas de nuestras hipótesis, que los mayas querían representar su universo con estas construcciones. La pirámide se levanta de forma equidistante entre cuatro cenotes, uno al norte, otro al sur, otro al este y el cuarto al oeste, afirmó De Anda. El hallado ahora sería el quinto, el»axis mundi» o eje del mundo, «el punto donde crecía la ceiba sagrada cuyas raíces llegaban al inframundo y sus ramas a los cuatro puntos cardinales». Para De Andan lo más trascendental sería saber si existe algún túnel que conecte la pirámide con el cenote y si se encuentra algún tipo de ofrendas en su interior.
El equipo de especialistas comenzará a trabajar en breve en la segunda fase del proyecto para intentar observar la estructura interna de la pirámide, la posible existencia de túneles en su interior, así como desvelar sus distintas fases constructivas. Una vez más operarán con la técnica no invasiva de escaneado por medio de electrodos. La pirámide de Kukulkán es conocida a nivel mundial porque, durante los equinoccios, las nueve plataformas del templo proyectan siete triángulos invertidos formando una serpiente que desciende desde la parte superior del templo, personificando de este modo al dios maya que da nombre a la pirámide: Kukulkán, serpiente emplumada.
Autor: Green Fairy
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