Saliendo de la ermita de Sant Pere, un tupido camino nos lleva hasta Santa Caterina, posiblemente la segunda más antigua de todas. Ermita totalmente troglodítica, construída en una oquedad de la montaña, con gran estacionalidad de pájaros y cabras. Ha sido habitada en diversas épocas por mujeres ermitañas.
Su nombre alude a Catalina de Alejandría, una filósofa que, inspirada por el sueño de un ermitaño, se convirtió al cristianismo.
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Alícia Ninou
TimeForTruth.es
Octavi Piulats
opiulats.blogspot.com.es