Un cable filtrado por WikiLeaks ha revelado que cuando Microsoft proporcionó asistencia técnica al régimen del dictador tunecino en 2006, en la embajada, los diplomáticos de EE.UU. advertían a Washington del riesgo de que se fuese a ampliar la capacidad de la dictadura para controlar a sus propios ciudadanos mediante la monitorización de la red.
El cable, que termina con la observación de que en última instancia los beneficios para Microsoft superan los costes, destacaba que con este acuerdo el gobierno tunecino cambia su política a favor de software libre. Microsoft se ofreció para ayudar al Gobierno a modernizar sus ordenadores y redes, lo que supuso la compra de unas 12.000 licencias para actualizar los equipos con software original de Microsoft.
Microsoft además accedía a proporcionar capacitación a los tunecinos con discapacidad para que puedan buscar empleo como teletrabajadores. Aquí el diplomático recuerda que “la esposa del presidente Leila Ben Ali preside una obra de caridad para los tunecinos con discapacidad. El diplomático presenta esta última parte del acuerdo como “un indicador de las maniobras entre bastidores que es necesario hacer para finalizar un acuerdo”.
Por cierto, que la embajada no conseguía recibir una copia del acuerdo final entre Microsoft y el gobierno tunecino a pesar de solicitarlo con insistencia. Cinco años después las acusaciones de complicidad de Microsoft y el régimen dictatorial de Ben Ali ya era algo más que un rumor.
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