Los neurotransmisores pueden jugar un papel más que importante en la regulacion de la inmunidad de lo que los científicos habían pensado. En dos artículos publicados este 15 de septiembre en Science Express [1 y 2], los inmunólogos han identificado los neurotransmisores como principales actores de dos anteriormente mecanismos encubiertos de defensa, es decir, cómo el sistema nervioso pone freno a una respuesta inflamatoria demasiado entusiasta, y las razones que hay detrás de las infecciones posteriores a un accidente cerebrovascular.
«Estas conexiones entre el cerebro y el sistema inmune en la salud y la enfermedad son intrigantes», apuntaba Lawrence Steinman, profesor de neurología en la Facultad de Medicina de Stanford, que no participó en el estudio. Estos hallazgos podrían tener implicaciones para el tratamiento de los trastornos inflamatorios y en los pacientes con ictus, agregó.
El sistema inmunológico está diseñado para proteger el cuerpo contra las infecciones y las lesiones, pero una respuesta inmunitaria hiperactiva puede dañar los órganos o dar lugar a enfermedades inflamatorias. El nervio vago conecta el cerebro con el cuerpo y controla la respuesta inflamatoria. Una molécula en particular, el neurotransmisor acetilcolina, es liberada por el nervio vago para disminuir la respuesta inmunológica antes de que cause daños colaterales. En el bazo, por ejemplo, es necesaria la acetilcolina para bloquear la producción de cantidades peligrosas de moléculas inflamatorias, como las citoquinas, pero los detalles de su funcionamiento no estaban claros.
Kevin Tracey, inmunólogo del Instituto Feinstein de Investigación Médica en Manhasset, Nueva York, descubrió la «pieza que faltaba» para saber cómo el nervio vago orquesta la inmunidad. Tracey y sus colegas, encontraron que los linfocitos T del bazo del ratón estaban en realidad liberando acetilcolina por sí mismos después de recibir la señal del nervio vago, jugando un papel fundamental en el bloqueo de la inflamación. Aunque los linfocitos T son parte del sistema inmunológico, en este contexto, están básicamente funcionando como neuronas, señaló Tracey. «Es notable, aunque la idea de que las células inmunes pueden hacer de neurotransmisores no es nada nuevo. Nadie ha demostrado que las señales nerviosas iniciar su liberación, y a su vez, jueguen un papel protector anti-inflamatorio frente a la enfermedad.
De la mayoría de investigadores que entienden sobre el funcionamiento de este circuito, pueden aplicar sus conocimientos para tratar y prevenir la enfermedad, añadió Tracey, que en 2006 co-fundó el SetPoint Medical, una compañía que investiga las formas de manipular el nervio vago para tratar enfermedades como la artritis reumatoide. «La regulación del sistema inmune con reactivos farmacológicos o con dispositivos médicos que estimulan el nervio vago, ofrecen una promesa real ante las enfermedades inflamatorias», coincidió Steinman.
Los neurotransmisores también parecen tener su papel en la respuesta inmune del cerebro. En concreto, la supresión inmunológica que se ve con frecuencia en las víctimas de accidentes cerebrovasculares, y que se cree que puede evitar una mayor inflamación inducida por daños en el cerebro, parece estar regulada por el neurotransmisor noradrenalina.
En los experimentos con ratones, el inmunólogo Paul Kubes, de la Universidad de Calgary, y sus colegas, examinaron el comportamiento de los linfocitos T citotóxicos naturales del hígado después de un ataque cerebrovascular. En lugar de estar controlado por las normales señales de peligro, como ligandos de CD1d o las citoquinas que alertan a las células NKT de la infección, los investigadores encontraron que, el neurotransmisor noradrenalina, que se sabe controla el vuelo y reflejo de lucha del sistema nervioso simpático, era el culpable de la inmunodepresión.
Normalmente, los linfocitos T patrullan el hígado, en lo que se conoce como un rastreo intravascular. Después de un accidente cerebrovascular vías, se activan rutas inhibitorias que causan la inmunodepresión, aunque los mecanismos subyacentes hasta el momento lo hayan esquivado. Después de la inducción de lesiones en el ratón, descubrieron que el daño cerebral, no las lesiones de la extremidad, causaban que las células NKT detuviesen su locomoción a lo largo del hígado. Al añadir la noradrenalina a un cultivo de células NKT, igualmente se detuvo la «conducta normal de patrulla por el hígado, imitando el movimiento de las células después del accidente cerebrovascular en el ratón vivo. El bloqueo de la noradrenalina, por otro lado, permite a las células volver de nuevo a sus movimientos regulares, lo que sugiere que el neurotransmisor era esencial para el comportamiento de las células NKT.
Los resultados tienen consecuencias importantes para la atención post-accidente cerebrovascular, señaló Kubes, dado que estos pacientes a menudo enferman de infecciones durante este período de depresión inmunológica. De hecho, cuando los investigadores bloquearon los neurotransmisores, el ratón era menos propenso a sucumbir a una infección después del accidente cerebrovascular. Descubrieron un resultado similar después de tratar las células NKT con un inmunoestimulante, lo que demuestra que, o bien la modulación directa de las células NKT, o el bloqueo del neurotransmisor noradrenalina estimulan la inmunidad, y esto podría tener un potencial terapéutico para las víctimas inmunodeprimidas de ataques cerebrovasculares.
Ayudar a las víctimas de estos ataques conlleva un delicado equilibrio entre un sistema inmune hiperactivo (que podría dañar el cerebro) y la inactividad inmunodepresiva (que permite la infección), declaró Kubes. «Si podemos mantener la capacidad de centinelas inflamatorios» para detectar bacterias enemigas, creo que probablemente podríamos ayudar a muchos pacientes.» Steinman estaba de acuerdo en que existe la posibilidad de una terapia de modulación inmune en el futuro para las víctimas de accidente cerebrovascular, y añadió que varios grupos de investigación están estudiando actualmente sobre estas mismas cuestiones.
- Referencia: TheScientist.com, 15 de septiembre 2011, por Rachel Nuwer, vía Sott.net .
- Imagen de Mauricio Rosas-Ballina, cortesía de Kevin Tracey. Los linfocitos, en verde, son capaces de producir la acetilcolina.
- Citas:
- (1) M. Rosas-Ballina, et al., «Acetylcholine-Synthesizing T Cells Relay Neural Signals in a Vagus Nerve Circuit,» Science Express, doi: 10.1126/science.1209985 de 2011.
- (2) C. H. Y. Wong, et al., «Functional Innervation of Hepatic iNKT cells Is Immunosuppressive Following Stroke,» Science Express, doi: 10.1126/science.1210301 de 2011.
Traducido por Pedro Donaire http://bitnavegante.blogspot.com/2011/09/nervio-vago-neurotransmisor-regulador.html?utm_source=feedburner&utm_medium=feed&utm_campaign=Feed%3A+bitnavegante+%28BitNavegantes%29&utm_content=Google+Reader&utm_term=Google+Reader