Niños en el patio de la escuela en Rudong, provincia de Jiangsu, el 17 de abril del 2015. (JOHANNES EISELE / AFP / Getty Images)
Los máximos líderes del Partido Comunista Chino salieron el 29 de octubre de un encuentro que duró cuatro días, donde se suponía que debían trazar un audaz curso de reformas vigorosas para la afligida economía China, con el fin de ayudarla a crecer en los próximos cinco años.
Pero el mejor resultado de esa reunión, con La Quinta Asamblea Plenaria del Partido Comunista, fue un cambio de política que tomará al menos 20 años en dar algún fruto económico, el cambio de la infame política de un solo hijo a la de dos hijos.
“China abandona décadas con la política de un solo hijo”, anunció la agencia de noticias Xinhua en Twitter (el cual está prohibido en China). “A todas las parejas chinas se les permitirá tener dos hijos”.
Los medios estatales dijeron que la relajación en las políticas de control de la natalidad alterará el desequilibrio demográfico de China y mejorará la agitada economía en el corto y largo plazo. Los medios estatales también defendieron la política de control de la población del Partido.
Sin embargo, los expertos dicen que la política de “dos hijos”, sólo traería cambios demográficos leves, y no rescatará el tambaleante crecimiento de China.
Grupos de derechos humanos dijeron que el Partido no ha aflojado su severa política en control de la población, y las violaciones de los derechos humanos relacionados con la fertilidad continuarán.
Confusas prioridades
“Los recursos humanos es una inversión a largo plazo, ya que tiene una remuneración mayor y dura un período de tiempo más largo”, dice The Paper, un nuevo sitio web de noticias en línea financiado por el Estado, sobre la nueva política de “dos hijos”. “En el corto plazo, aumenta la inversión y el consumo. Y fundamentalmente, los jóvenes nacidos a causa de esta relajación en la política de nacimiento, proporcionarán un flujo interminable de energía para el renacimiento del pueblo chino”.
Cheng Xiaonong, el director general del Centro de Estudios para una China Moderna con sede en Princeton, Nueva Jersey, y el ex asistente del ex secretario general Zhao Ziyang, dijo que el Partido ha conseguido que sus prioridades se mezclen.
“En la actualidad, China está experimentando la peor recesión económica desde 1978″, dijo Cheng en una entrevista telefónica. “Cuando el barco se va a hundir, el capitán va a decirle a la gente: hagan el amor y tengamos más bebés? ¿Es esa la manera correcta de salvar el barco?”.
Especialmente en el contexto de la Quinta Asamblea Plenaria, cuando se suponía que el Partido iba a presentar un plan de cómo enderezar la rezagada economía de China, el anuncio deja mucho que pensar, dijo Cheng. “El tema de los bebés es una de las prioridades en las que el gobierno no tiene una opción viable. Ese es el verdadero peligro”.
Las cifras oficiales ponen el crecimiento del tercer trimestre en un 6,9 por ciento, por debajo de la proyección anual del 7 por ciento. Pero los economistas dijeron que a la economía le ha estado yendo mucho peor durante años, y los cálculos recientes de Credit Suisse sitúan la real tasa de crecimiento en un poco más del 3 por ciento.
‘Impacto leve y modesto’
La política de “dos hijos” mejoraría la demografía china, una población que envejece rápidamente y con un desequilibrio de género inclinado hacia los hombres y proporcionaría más cuidadores de ancianos, dijeron los medios estatales.
Según los últimos informes de Naciones Unidas, China tiene una tasa de natalidad de 1,55 hijos por pareja. El promedio global es de 2,51, mientras que Estados Unidos es de 1,89. En 2050, más del 36 por ciento de la población China, ahora cerca de 1,4 mil millones, tendrá más de 60 años.
De acuerdo con un informe de World DataBank la proporción de hombres y mujeres en China es de 119 varones por cada 100 mujeres.
Sin embargo, la política de “dos hijos”, sólo se espera que tenga un impacto demográfico y económico “muy pequeño y modesto”, dijo Nicholas Eberstadt, un economista político y demógrafo con el American Enterprise Institute, en una entrevista telefónica.
Eberstadt, que ha escrito extensamente sobre el este de Asia y de los países de la antigua Unión Soviética, añadió que los vecinos de China que no practican control de la natalidad, como Taiwán, Hong Kong y Corea del Sur, ya tienen muy bajos niveles de fertilidad, y el ” daño ya está hecho”.
“Puede que no haya de nuevo una demanda de niños en China” a pesar de la relajación en el control de la natalidad, ya que las tasas de fecundidad son muy bajos en las ciudades y menos de lo esperado en las áreas rurales, dijo Eberstadt. “Irónicamente, el gobierno, ya que ha sido una de las causas, no está dispuesto a renunciar al control de la población”.
William Wilson, un ex economista director de Ernst & Young, llegó a una conclusión similar. La política de control de la natalidad del Partido “no hará mucha diferencia”, dijo en una entrevista telefónica. Podría haber un “aumento marginal en la tasa de natalidad, pero no mucho”.
Mientras vivía en Beijing entre el 2009 al 2012, Wilson observó: “La gente joven quiere divertirse, y no quiere tener familia numerosa”. Hoy en día, los ingresos siguen siendo apretados, y muchos todavía están planeando tener un solo hijo.
La gente de Internet en China se mostró de acuerdo.111
“Es difícil conseguir una guardería, es difícil matricularlo en la escuela, y es difícil obtener atención médica … ¿cómo podríamos tener niños?”, Escribió un usuario de Sina Weibo de la ciudad de Xi’an, en el centro de China. Sina Weibo es un popular sitio chino de microblogs.
El régimen controla tu cuerpo
Grupos de derechos humanos, que están documentando las atrocidades impuestas por la política de un solo hijo desde su creación en la década de 1980, salieron condenando enérgicamente la modificación del régimen a sus medidas en el control de la población.
Durante años la Comisión Nacional de Salud y Familia del Partido realizó abortos y esterilizaciones forzadas a las parejas que tienen más de un hijo. Debido a la preferencia china por el hijo varón, el infanticidio de bebés hembras es común, y esto ha resultado en el actual desequilibrio de género en China.
Sin embargo, el régimen sostiene que su control sobre la reproducción de sus ciudadanos es benigno. “El objetivo final en el control de la población les permite a la gente vivir una vida mejor, así como salvaguardar eficazmente los derechos civiles”, escribió el portavoz del Diario del Pueblo en un editorial tras el anuncio de la política de “dos hijos”.
“El estado no tiene por qué meterse en la regulación del número de hijos que las personas tienen”, replicó William Nee, investigador sobre China de Amnistía Internacional, en un comunicado de prensa. “Si China se toma en serio el respeto de los derechos humanos, el gobierno debe poner fin inmediatamente a estos invasivos y punitivos controles sobre las decisiones de la gente para planificar las familias y tener hijos”.
Además, contar con una política de “dos hijos” no va a parar a los funcionarios de planificación familiar de obligar a las madres embarazadas a abortar a sus bebés si no tienen los documentos para dar a luz.
“Las parejas todavía tendrán que tener un permiso de nacimiento para el primer y el segundo hijo, o podrían ser objeto de aborto forzado”, escribe Reggie Littlejohn, fundadora y presidente de la ONG internacional, Derechos de la Mujer sin Fronteras, en un correo electrónico.
Si una pareja tiene un tercer hijo y no tienen un permiso oficial de nacimiento cuando la nueva política entre en vigor, también ellos se verán obligados a abortar a ese niño, añadió Littlejohn.
Steven Mosher, presidente del Population Research Institute con sede en Virginia, condenó las tácticas de control de la población por parte del régimen, y piensa que el Partido podría incluso obligar a las parejas a tener hijos.
“Ahora a las parejas se les permite tener un segundo hijo”, escribió Mosher en un comunicado de prensa. “Pero no esperes que ahí termine todo. Un gobierno empeñado en controlar la fertilidad de su gente hará lo que sea necesario para producir la cantidad de niños que considere necesario”.
Frank Fang contribuyó con este reportaje.
La Gran Época