Hemos llegado a la última Luna Nueva del Año y como es normal en este mes, en el signo de Sagitario. Ésta es la primera Luna en Sagitario con Saturno paseándose por este signo desde el 20 de Diciembre del 1987. Si estabas vivo en ese entonces, ¿te acuerdas que pasaba en tu vida en ese mes o al final de ese año?, ya que se cumple un ciclo completo de Saturno desde entonces, donde algo estaría comenzando en tu vida, especialmente importante. Yo recuerdo perfectamente, pues fue cuando dejé Londres después de 10 años y me vine a España. Algo muy Sagitario! Cambiar de país, hacer un viaje especialmente importante en tu vida o iniciar un proyecto al estilo Sagitario, es decir, en contacto con otras culturas, otros idiomas, otra idiosincrasia. ¿Algo parecido ocurriendo en tu vida ahora?
Pero el signo de Sagitario, tiene que ver con muchas otras cosas, como la Ley, la Educación, nuestras creencias. Nuestra devoción religiosa también resuena con este signo. Cuando cayeron las Torres Gemelas, en aquel fatídico S11, Plutón estaba en Sagitario, opuesto a Saturno en Géminis (Torres Gemelas). Los ataques de este año, han ocurrido esta vez, con Saturno en Sagitario. Pero este signo del Centauro, también tiene que ver con la búsqueda de la Verdad, con el propósito en nuestras vidas y la búsqueda de ello. Si enrolarte en un grupo religioso, da propósito a tu vida, pues eso es lo que harás. Por algo las últimas palabras que la mayoría de los kamikazes dicen antes de emularse es: “Allah es grande” Se dice amenudo que Sagitario y la casa 9, tienen que ver con la búsqueda de eso que llamamos Dios. Pero ¿qué significa exactamente ir en búsqueda de Dios?, ¿dónde se busca?, ¿qué es lo que se espera encontrar?, ¿un señor de barba blanca que nos mira desde el cielo?, ¿Allah?, ¿Cristo?, ¿Buda?, ¿quién contestará a ese llamado nuestro? y ¿dónde lo encontraremos?
El colorido y la cara de ese representante divino que buscamos está afectado por nuestras creencias, que a su vez están condicionadas por nuestra educación, la religión bajo la cual hemos crecido, la influencia familiar y cultural sobre estos temas. Desde el principio llevamos impresa una imagen, sea cual fuere, lo que en cierta forma condiciona nuestra búsqueda, pues en vez de ir en busca del Misterio y lo desconocido, vamos esperando encontrar esas imágenes que nos han taladrado en el cerebro desde pequeños. Si estamos hablando del Creador del mundo, todos deberíamos ir en busca de lo mismo, pues en realidad todos vivimos en el mismo mundo. ¿O no? Pero no es así, pues la búsqueda de lo divino es un tema muy personal y cada uno va con una imagen que se le ha imprimido en su psiquis.
Muchas cosas interesantes ocurren para esta Luna Nueva, una es que Júpiter, el regente de Sagitario, forma una cuadratura a esta lunación y todos sabemos que las cuadraturas marcan puntos decisivos de reajuste. Júpiter nos habla de expandir nuestros horizontes y buscar en otros lados, en otros lugares, en otros caminos. Quirón también forma una cuadratura a la Luna y el Sol. El gran curador que nos da la oportunidad de encontrar nuestra verdadera herida para poder aliviar el dolor, también afecta esta lunación. Pallas desde su exacta conjunción a Plutón, parece gritar con todo su poder: “Algo necesita cambiar!!!!!!!!” “Algo comienza a transformarse”
Pero lo más importante para mí, es que Vesta, la guardiana del Fuego Divino, acaba de entrar en Aries (comienzo de algo nuevo) y está alineada a los Nodos Lunares, lo que nos habla de la importancia de encontrar un nuevo significado a todo esto. Vesta forma una cuadratura a Mercurio en Capricornio, lo que nos sugiere una lucha entre lo nuevo y lo establecido y la necesidad de encontrar un compromiso entre ellos. En definitiva, que VESTA nos brinda la oportunidad de reencontrarnos con ella para poder dar forma en nuestro interior a una imagen de lo divino que sea auténticamente nuestra. El Fuego Divino como lo veo yo, es esa energía Divina de la que somos parte, TODOS y que mientras estamos vivos, debemos evitar que se extinga. En la antigüedad se decía que las Vestales cuando dejaban que el Fuego se extinguiera, eran enterradas en grandes tumbas, vivas, sin agua y sin comida y de esa forma morían lentamente. El sufrimiento de esas Vestales, lo vivimos los humanos a diario cuando no logramos encontrar la forma de mantener ese Fuego encendido en nuestras vidas. Si dejamos morir el fuego tenemos un muerte lenta y desesperante y vemos ejemplos de ello a diario, sin distinción de raza, edad, género, estado social o financiero. Las depresiones, son un buen síntoma de ello. Si necesitamos la imagen prestada de un Dios limitado a una religión en particular, lo más seguro es que la llama se desvanezca lentamente. Si seguimos pensando que estamos separados de lo divino y que debemos ir en búsqueda de ello, fuera de nosotros la llama perderá fuerza rápidamente. Cuanto más separados de lo divino nos encontremos, más fácil será para los “llamados profetas” vendernos su propia imagen, creérnosla y adoptarla como la propia.
Vesta nos recuerda que si bien no es fácil mantener la llama ardiendo, no está tan lejos de nosotros mismos. El amor por la Vida es uno de los carburantes indispensables para ello. El amor por el maravilloso misterio que es la Vida, debería llevarnos a encontrar la llama en un eterno intento por vivir al máximo cada día, encontrando esa tarea que nuestra alma necesita desarrollar y de la cual aprender, todo lo que nos toque o nos apetezca aprender. Disfrutar en el proceso es de vital importancia. Cuando Vesta se retira y se separa del mundo, convirtiéndose en sacerdotisa de algún templo, lo hace en plena consciencia de que es lo que debe hacer para poder sentirse completa, realizada.
Opuestamente a Juno, Vesta no quiere encontrarse a través del otro, sino a través de sí misma. Igual que Pallas y Artemis, las vírgenes de antaño no eran vírgenes en el sentido judeo-cristiano, de mantenerse castas sexualmente. No obstante, a menudo sí que lo hacían, pero sólo cuando veían desvanecer la llama interna. El volver a sí mismas y dar fuerza a ese fuego interno, era la forma de regenerarse y sentirse completas una vez más. Realizando la tarea que se les había adjudicado. La búsqueda de la llama interna o Dios, es lo que deberíamos hacer, a menudo través de una actividad que nos acerque a ello. Esa tarea que tu alma te pide hacer y que podrías hacerlo aún si no ganases dinero alguno, eso es lo que mantiene el Fuego Divino vivo y lo que te acerca a tu Dios o mejor dicho a ese Misterio que llamamos Dios o Allah o Cristo o Buda o Ganesha o Zeus o Vesta o Afrodita o la mezcla de todos estos.
La búsqueda de eso que llamamos Dios parece estar impulsada por esta Luna Nueva en Sagitario, con Saturno observando desde unos pocos grados por detrás, en su cuadratura a Neptuno. Darle forma a nuestro Dios interior, creando nuevas imágenes, alejada de aquellas que nos separan y nos confrontan y por el contrario, juntos en la humilde admisión que ningún humano viviente puede jactarse de saber lo que este gran Misterio es, y mucho menos de tener un imagen que le venga bien a todo el mundo.
Marte opone exactamente a Urano y reafirma la cuadratura a Plutón con Pallas, por tanto la ira frente a las diferencias, seguirá haciendo estragos. Si eres un signo cardinal (Aries-Cáncer- Libra o Capricornio) o tienes planetas en ellos, es posible que pierdas los estribos una vez más y debas tomar plena consciencia de las consecuencias de los cambios que has realizado. Si eres Géminis, Virgo, Sagitario o Piscis o tienes planetas en estos signos, deberías invocar a Vesta con toda tu fuerza y retirarte a meditar para encontrar en tí esa llama que dará fuerza y sentido a tu vida. Una relación entre tu ser divino y tú.
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Mejor que invertir tiempo y esfuerzo en encontrar a dios, dentro o fuera de ti, es invertirlo en encontrar al humano, dentro y fuera de ti, que sin duda eres.