Cameron quiere reducir de 200.000 a decenas de miles el número de inmigrantes que llegan cada año al país.
El primer ministro británico, David Cameron, ha esbozado este lunes las líneas de su Gobierno en materia migratoria y, entre otras medidas, ha instado a los ciudadanos a denunciar a personas que se encuentren en el país en situación irregular y ha planteado endurecer las pruebas de ciudadanía, para que incluyan preguntas relativas a la historia de Reino Unido.
Cameron quiere que “todo el mundo” ayude a “recuperar las fronteras” y así lo ha trasladado a un grupo de empresarios durante un discurso en el que ha abogado por reducir a decenas de miles -desde 200.000- la cantidad de extranjeros que llegan cada año a Reino Unido.
“Una inmigración excesiva conlleva presiones sobre nuestras escuelas, viviendas y atención sanitaria”, ha advertido. “Juntos recuperaremos nuestras fronteras y enviaremos a casa a los inmigrantes en situación ilegal”, ha explicado, en un llamamiento a los ciudadanos para que informen de casos sospechosos de ‘sin papeles’ a las fuerzas de seguridad y la Agencia de Fronteras.
Para Cameron, Reino Unido debe volver a los niveles de inmigración de los ochenta o los noventa, “una época en la que la inmigración no era una cuestión política de primer orden”.
El Gobierno Cameron quiere frenar las llegadas y lo hará, entre otras medidas, endureciendo la concesión de visados para prevenir, por ejemplo, los matrimonios de conveniencia.
Asimismo, el ‘premier’ ha exhortado a los extranjeros que quieran vivir con sus parientes en Reino Unido a hablar inglés y a disponer de suficientes ingresos, lo que incluso podría llevar a la instauración de una cuota de riqueza mínima para los casos de reagrupaciones familiares.
Cameron también ha puesto sobre la mesa un endurecimiento de las pruebas de ciudadanía para que incluyan cuestiones relativas a historia y cultura de Reino Unido.
Actualmente, los test se centran en aspectos sobre el funcionamiento de las instituciones británicas o en que los solicitantes citen fechas señaladas en el calendario nacional.
El líder conservador ha enmarcado sus decisiones en un plan de reformas para reducir la llegada de extranjeros y que estos no sean una carga para el contribuyente y vivan únicamente de subsidios públicos.
El sistema promovido por el Partido Laborista es, a juicio de Cameron, “totalmente injusto”, ya que son los inmigrantes quienes eligen ir a Reino Unido y no Reino Unido quien elige a sus inmigrantes”.
“Por supuesto, en el mundo moderno, donde las personas viajan y se comunican con mayor facilidad que nunca y donde las familias tienen conexiones en todo el mundo, la gente quiere mudarse a otros países con sus seres queridos”, ha explicado Cameron, en alusión a lo que ha denominado “instinto humano”.
“Pero necesitamos asegurarnos, por su futuro y por el nuestro, que quienes vengan a través de este sistema vengan realmente por razones familiares, que saben hablar inglés, y que tienen los recursos que necesitan para vivir aquí y contribuir”, ha añadido.
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