El estudio de este año ha sido presentado en la sede del Parlamento Europeo en Bruselas antes del Día Mundial de la Alimentación, que se celebra el próximo 16 de octubre.
El Instituto Internacional de Investigación sobre Políticas Alimentarias (IFPRI), y las ONG Concern Worldwide y Welthungerhilfe, se han encargado de elaborar el documento.
En concreto, el texto solicita la ayuda de la Unión Europea para «reducir los precios altos y volátiles de los alimentos y proteger de la pobreza, incluyendo medidas sobre los biocombustibles», que consideran una de las principales causas de los altos precios de los alimentos.
Según el informe -que se viene publicando desde 2006-, la volatilidad en los precios en la alimentación afecta con dureza a la región del Cuerno de África.
Los datos que analiza de 2011 en 122 países indican que el crecimiento de la demanda de biocombustibles es una de las principales causas de los altos y volátiles precios de los productos alimentarios, así como el cambio climático y el aumento de la actividad financiera en relación con los mercados de alimentos.
En concreto, menciona que los estados que se encuentran en una situación «muy alarmante» son la República Democrática del Congo, Burundi, Eritrea y Chad.
Por otro lado, indica que los problemas en la seguridad de la alimentación y la vulnerabilidad de los impactos descritos en el informe, son «hechos claros de la actual crisis que sufre los países de Somalia, Etiopía y Kenia», todos ellos afectados por una compleja situación política y la peor sequía en los últimos 60 años.
El índice se basa en los datos disponibles más recientes y no mide el impacto provocado por la crisis.
Sin embargo, revela que antes de la crisis, por ejemplo, el precio de las judías en los barrios más pobres de Nairobi aumentó un 42 % en un mes, mientras que un kilo de harina de maíz representa un cuarto de un salario medio diario.
El Índice Mundial del Hambre se basa en las personas con índices de masa corporal deficientes, los niños menores de cinco años con un peso insuficiente y los niveles de mortalidad infantil.
Alrededor de 239 millones de africanos viven sin suficientes alimentos, puntualiza el documento, y recuerda que el África subsahariana se encuentra en un estado «alarmante».
Además, el estudio muestra que Haití, Costa de Marfil y Timor Oriental están actualmente peor que a principios de la década pasada, y que la reciente subida de precios de los productos de alimentación ha generado confusión social y política en más de 30 países, incluyendo Egipto y Bangladesh.
Creo que esta sequia debe ser provocada por los chemtrails. No es normal.