Adriana – Una protección efectiva y necesaria

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Somos capaces de mantener nuestro nivel de energía y vitalidad cada día?

La capacidad de energía vital que las personas tenemos está limitada y requiere que cada cierto tiempo seamos capaces de recargarla.

vitalidad

Esa energía procede de dos elementos que la Medicina Tradicional Tibetana identifica como las esencias DANG y LA.

La energía DANG es nuestra fuerza física, nuestra vitalidad, y depende en gran medida de nuestra alimentación, nuestra forma de vida y el estado de actitud interna. Esa energía se pierde cada día en la interacción con nuestro entorno y la preocupación interna que nos puede generar. Es nuestro brillo y nuestra capacidad de hacer.

Podemos recuperar esta energía cuando seguimos la dieta correcta, unas prácticas de meditación adecuadas y cuando miramos la vida con un enfoque adecuado, entendiendo la realidad que nos rodea.

aura

La energía LA es nuestra fuerza más sútil, nuestra energía espiritual, nuestra conexión con el mundo al nivel más profundo. Nuestra energía LA es nuestra esencia, reside en nuestro corazón y nos permite ser quienes somos. Esta energía depende de nuestra vitalidad pero, mucho más, de nuestra práctica espiritual y nuestra capacidad de entender la vida.

Las influencias negativas, las emociones y sensaciones dañinas, las preocupaciones, el estrés excesivo, en definitiva, todo aquello que nos deja fuera de nosotros mismos, desciende nuestra energía LA.

Recuperar nuestra energía sutil es una tarea complicada, y por ello, es necesario ser conscientes de ello y buscar la forma de protegerla y evitar que se pierda. La Medicina Tradicional Tibetana nos propone una serie de elementos naturales que nos pueden aportar esa protección.

Se les conoce como joyas tántricas, y utilizan los poderes acumulados por años y años en las piedras y minerales para generar un aura protectora que nos ayuda a mantener nuestra energía y vitalidad.

El poder de la turquesa, el lapislázuli, el coral, la perla o el ágata, engarzados en plata nos aportan un extra de vitalidad, energía y protección .

El coral nos aporta la energía que necesitamos en nuestro día, es el poder físico que nos hace estar fuertes y preparados.

coral

El lapislázuli es el aliado para el equilibro y la calma, el protector contra interferencias y nos aporta capacidad mental.

Es el color que se asocia con el Buda de la Medicina.
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Después está la turquesa, de color azul y verde. Es el elemento que predomina en la cultura tibetana. Es la joya de la fuerza interna, la vida en estado más puro.

turquesajpg

Estos protectores se llevan en contacto con la piel. La mejor forma es a través de combinaciones que nos aportan los complementos de unos y otros.

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