El Llamado “Desorden de Hiperactividad y Déficit Atencional” es un Fraude

[vimeo http://vimeo.com/7617251]

(Video doblado al español)

Este video va dedicado a aquellas personas que todavía creen en las mentiras del sistema, en los psiquiatras, la farmafia y que son clientes frecuentes de farmacias y centros médicos. Pero especialmente, a quienes aún siguen creyendo en el fraude del “DÉFICIT ATENCIONAL” en los niños y en el uso del dañino RITALIN.

Fred Baughmann es un neurólogo de niños, crítico de la psiquiatría, y que afirma que el llamado DESORDEN DE HIPERACTIVIDAD Y DÉFICIT ATENCIONAL es un FRAUDE perpetrado por las industrias psiquiátrica y farmacéutica.

¡Vea el video y DESPIERTE de una vez!

Los niños en la mira de la psiquiatría

[vimeo http://vimeo.com/7427799]

millones de niños los psiquiatras les han puesto etiquetas por el comportamiento normal de la niñez y les han prescrito drogas psiquiátricas que hacen que cometan actos violentos y suicidio.

Fuente : Detenganlavacuna

3 comentarios en “El Llamado “Desorden de Hiperactividad y Déficit Atencional” es un Fraude

  1. Si estas pruebas son ciertas se podría llevar a la cúpula de doctores que han participado en los beneficios a los tribunales acusados de muy graves cargos. ¿Se sabe si alguien ha hecho algo al respecto?

    1. Estimado Selo:
      El síndrome TDH ha sido etiquetado a un número cada vez más creciente de alumnos, que presentan una sintomatología similar: Dificultades de concentración, desordenes de conducta, falta en la inhibición para controlar desordenes de conducta social, etc…
      Así pues los psicólogos se limitan a etiquetar a estos niños, que son derivados a especialistas que tratan los desordenes de conducta y sociales. Es decir se trata la sintomatología.
      Sin embargo ¿Cual es la causa de la enfermedad?, se ha hablado de la sociedad, como principal culpable y to estoy de acuerdo para un gran número de casos.
      Asi pues TDH es un mal que no se combate, sólo se trabajan los síntomas con pobres resultados si no se cuenta con una acción a nivel familiar eficiente.
      Asi pues no se trata de llevar a nadie a los tribunales ya que el diagnostico se basa en una sintomatología. Se trata de ver de una vez que nuestra sociedad es la que está enferma.
      Es nuestra sociedad la que tiene que cambiar y ser asistida por especialistas.
      Un saludo

  2. Es curioso observar como en los últimos tiempos se comenta en todos los foros que ocupan los padres de nueva generación la existencia prácticamente común de síndromes, trastornos o patologías comunes a todos sus hijos o a los hijos de sus conocidos.
    Cuando mi hijo tenía 14 años le fue diagnosticado el TDAH. Esto supuso un alivio para él y para toda la familia. De hecho nos habían anunciado en el colegio que habían decidido expulsarle porque ya no sabían qué hacer con él. Llevábamos 4 años de peregrinaje de psicólogo en psicólogo. Todos nos decían que Edu era muy inteligente pero muy vago pero que era buena persona , amable, no era agresivo…que tenía virtudes que harían que pudiera “sobrevivir” sin dificultades. Pero Edu sufría por estar siempre castigado . No entendía que había que estar sentado 8 horas al día en el colegio y luego al llegar a casa tenía que volver a sentarse a hacer deberes. Y , sencillamente decidió rebelarse y decir “NO” a las órdenes que no entendía.
    La luz volvió a casa después de visitar a un neurólogo infantil que después de hacerle un test de unas 100 preguntas resolvió sin dudarlo que sufría un TDAH, “de libro”. Le recetó “CONCERTA” (metilfenidato) en dosis progresivas de 18,36 y 54 mg.
    El cambio fue sorprendente e inmediato. En el colegio nos preguntaron si habíamos cambiado al niño por otro porque no se parecía en nada al anterior. Edu estaba contento porque podía sentirse aceptado y era capaz de seguir el ritmo de la clase. Este año y los siguientes, hasta los 18,fue a curso por año y terminó el bachiller y la selectividad sin problemas.
    Pero él decía que estaba harto de la medicación. De hecho, he sabido hace poco que ni siquiera se la tomaba cuando creíamos que lo hacía. Cuando a los 18 se fue a estudiar fuera de casa decidió no volver a tomarla. Nos preocupaba que la dejara de pronto pero la realidad era que llevaba tiempo sin tomarla por lo que no hubo problemas de adaptación.
    Edu sentía que “no era él”, que le habían cambiado la personalidad y se negaba a tomar “drogas” que sospechaba no estaban los suficientemente probadas y de las que se desconocían sus efectos secundarios.
    Hoy por hoy estudia una carrera que le motiva, ingeniería de sonido, que es cercana al mundo de la música que le apasiona.
    A mi me asaltan muchas dudas pero entre otras está el pensar si realmente no se trata de un diagnóstico realizado de forma automática por un médico que ha hecho exactamente el mismo diagnóstico a otros 4 niños , hijos de amigos , que han ido a consultar casos parecidos, que les ha recetado lo mismo ,un medicamento carísimo ,con diferentes resultados en cuanto a efectividad en unos y otros. Y que además les-nos cobraba 170 euros por consulta mas negros que el carbón.
    También me pregunto hasta qué punto ha sido producto de la medicación o del desarrollo fisiológico de mi hijo el hecho de que haya mejorado en su capacidad de concentración.
    Otra duda maliciosa surge ante la receta idéntica de idéntico producto, carísimo , por sistema. ¿Tendrán algo que ver los intereses y estrategias de las grandes farmacéuticas?¿En qué se habrá visto beneficiado nuestro médico por recetarlas?
    Por otro lado yo a veces pienso si no fui también una niña con TDAH no diagnosticado porque mi hijo ha sido calcado a mi de pequeña y , la verdad, mal que bien, he salido adelante en la vida sin la ayuda del “Concerta”. Me da que pensar que el 24% de los niños que consultan sobre el TDAH en Osakidetza vean confirmado ese diagnóstico y todos sean recetados de igual forma, con el mismo “carísimo” medicamento. Habida cuenta de que ni siquiera el especialista sabe decir qué efectos secundarios puede tener esta medicación y alega que es la única que existe para contrarrestar el trastorno y además, subliminalmente deja caer que el hecho de dejar este producto hace al niño mas vulnerable o susceptible de consumir otras drogas , a mi me hace pensar en una especie de coacción y no puedo dejar de pensar que se ha utilizado a mi hijo como kobaya para enriquecimiento de los que tienen la sartén por el mango.
    Asi que ¿qué voy a decirle cuando me dice que a él le sienta mejor fumar marihuana, que le relaja? ¿Será que la consume porque ha dejado el Concerta? Creo que solo me queda advertirle de los riesgos del consumo de opiáceos y pedirle perdón por haberme agarrado a una solución que nunca me ofreció garantías pero si sirvió para que se estuviera un poco MAS QUIETO.

Deja un comentario

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.