La iglesia del Santo Sepulcro de Londres esconde un oscuro pasado, del que posiblemente nuestros ancestros también formaron parte
En estos días, pareciera que no hay nadie que no se interese en investigar su historia familiar, y muchos combinan este interés con viajes de vacaciones a los reinos de sus antepasados, desaparecidos hace largo tiempo.
Mi esposa está metida hasta los codos con esta idea del pasado, y esto comenzó desde que descubrió que su abuelo, Janet Nichol, fue el capitán de un barco mercante de los Mares del Sur que llevó a Robert Louis Stevenson, y a su familia, desde Sydney para establecerse en Samoa en la década de 1890, y se convirtió en amigo de la familia Stevenson toda su vida.
Recientemente, un compañero mío -atraído por la misma idea- combinó su fascinación por la historia de su familia con un viaje de bodas a Gran Bretaña, sabiendo que su gran, gran, gran abuelo y su familia llegaron allí en 1848 por casualidad, según dice, como pasajeros libres y no como invitados de la reina Victoria.
Allí ubicó a una iglesia anglicana a poca distancia de la catedral de San Pablo y el antiguo tribunal penal Old Bailey, donde fue bautizado ese antepasado en 1804; una iglesia por la que extrañamente pasó casi a diario de camino a su trabajo en el Diario Fleet Street a finales de 1960, y que nunca imaginó que cincuenta años más tarde tendría esa clase de relación familiar profunda.
La iglesia St Sepulchre-without-Newgate, también conocida como el Santo Sepulcro, está ubicada en el suburbio londinense de Holborn desde 1137. Entre otras cosas, está relacionada con la infame prisión de Newgate, la que una vez estuvo en el lugar en donde está hoy Old Bailey. Se dice que en esa época, los sacerdotes frecuentemente eran llamados a orar por las almas de los reclusos de la prisión condenados a ser ejecutados.
En la iglesia hay una urna de cristal que contiene la “campana de ejecución”. Esta campanilla se tocaba cada medianoche fuera de las celdas de las pobres criaturas que serían ahorcadas a la mañana siguiente.
Curiosamente, en el suelo de esta iglesia está la tumba del explorador inglés Capitán John Smith, que murió en una casa cercana en 1631.
Smith es conocido por un incidente que ocurrió cuando exploraba el estado de Virginia en Estados Unidos en 1607. Según él, fue salvado por la bella princesa india Pocahontas de ser golpeado hasta la muerte por su padre y otros guerreros, tirándose como una adolescente encima del inglés para protegerlo y rogando a su padre que salvara la vida del hombre blanco.
La leyenda de Smith y Pocahontas se convirtió en una de las historias de amor de todo el mundo, reproducida con buen gusto por Walt Disney en 1995; pero en estos días, la mayoría de los historiadores creen que no fue nada más que la fértil imaginación del Capitán Smith, que es conmemorado en uno de los vitrales de las ventanas de la iglesia.
Y en la iglesia, mi curioso compañero descubrió que incluso conexiones con Australia. La gran diva Nellie Melba, que nació como Helen Porter Mitchell en Victoria hace 150 años, también es honrada en un hermoso vitral creado por el renombrado diseñador Brian Thomas, cuyas obras también aparecen en la Catedral de San Pablo y la Abadía de Westminster.
El Santo Sepulcro-without-Newgate, es también conocido como la iglesia de los músicos. Fue en su magnífico órgano que, alrededor de 1670 y con solo 14 años, el compositor y director de orquesta Henry Wood consiguió entrar en la música y más tarde, como sabemos, llegó a organizar los famosos conciertos Promenade («The Proms»), que todavía se presentan en Londres en el verano.
Junto a ese gran órgano de 300 años de edad, también se celebran recitales gratis a la hora del almuerzo, mientras que las 12 campanas que todavía resuenan en su alto campanario de 32 metros, son las mismas que se mencionan que se escuchan en la canción de cuna del macabro siglo 17 “Naranjas y limones”.
«¿Cuándo me pagas?”, dicen las campanas de Old Bailey, en referencia al hecho de que la prisión de Newgate no sólo albergaba a los criminales condenados, sino también a muchos deudores.
Pero es su campana tenor la que tiene la más siniestra historia de todas: es la que sonaba a las 9 a.m. de cada lunes para alertar al verdugo que comenzara con su tarea espantosa… la que se llevó a cabo en público y extrañamente atraía a multitudes de hasta 100.000 espectadores embobados.
¿Podrían haber estado sus antepasados entre ellos?
http://www.lagranepoca.com/por-qui%C3%A9n-toco-la-campana-en-la-prisi%C3%B3n-de-newgate