Es ya un tópico; Ir al cine y no consumir palomitas con el consabido refresco es como NO ir al cine. Pero pienso que hay ciertas cuestiones que deberías saber, sobretodo si tienes hijos, porque de tus acciones dependerá su futuro próximo
Buceando por Internet me topé con una información que en su momento pasó de puntillas por nuestra selva actual de noticias. Personalmente la considero importante, ya que tengo algunos amigos que realizan de manera habitual el rito de ir al cine con sus hijos. Este mensaje es para ellos.
Voy a ir al grano sobre algo que seguro ya sospechabas: Consumir una bolsa de palomitas con su refresco mientras ves una película no es cosa sana. De hecho -por decirlo de manera suave- es muy insano. Y no te voy a hablar de que se use maíz transgénico para hacer esas palomitas, ni del aspartamo de los refrescos ni el resto de productos químicos que lleva ese cóctel, no. Tampoco te estoy hablando de grandes cantidades de palomitas y refrescos, si no de algo tan habitual como el “tamaño mediano”, porque:
Tomar una bolsa de palomitas de maíz con un refresco engorda lo mismo que ¡3 hamburguesas untadas de mantequilla!
El Centro para la Ciencia y el Interés Público –una conocida organización estadounidense sin ánimo de lucro- publicó los datos de un análisis realizado en EEUU sobre la arraigada costumbre de tomarse en el cine una bolsa mediana de palomitas con un refresco -igualmente mediano- y ha constatado que equivale a nivel calórico a unas 1.500 calorías; es decir, a la ingesta de tres hamburguesas untadas con 12 porciones de mantequilla.
Jayne Hurley, la nutricionista que ha dirigido el trabajo, afirma que “las palomitas contienen tanta grasa saturada como la que hay en una barra de mantequilla de la que compramos en el supermercado. Y hablamos –añadiría- del tipo de grasa que tapona las arterias provocando problemas cardiovasculares”.
El dato es muy preocupante y ¡no ha podido ser rebatido!
De hecho AMC y Regal, las dos principales empresas dedicadas a la exhibición de películas en Estados Unidos y gran parte del mundo, tras conocer el informe han respondido que ya habían probado alternativas más saludables para el público cuando en 1994 esta misma organización efectuó un análisis similar y dio a conocer los datos, pero las descartaron porque no habían tenido suficiente aceptación entre el público (mira que somos borregos).
Y es que las palomitas y los refrescos son para las salas de cine una fuente de ingresos casi tan importante como las películas debido a sus abusivos precios, la falta de formación de los niños y la ignorancia o inconsciencia de muchos padres.
Ahora ya no puedes decir que “no lo sabías”, puesto que ya tienes la información: cuida tu salud y, sobre todo, vigila la de tus hijos cuando vayáis al cine, porque si esperas que nuestras autoridades sanitarias tomen medidas después de conocer este dato -aun sabiendo el daño que ello hace a la salud de nuestros hijos- es que eres muy ingenuo.
Decide por ti mismo, lucha y no te dejes arrastrar por “lo que hace todo el mundo”, ni te dejes convencer por la típica frase “bueno, nadie se ha muerto por comer palomitas”, por que las personas SI se mueren por comer palomitas. No el mismo día, desde luego, porque cuando ocurre -20 años después- ni las palomitas ni los refrescos asumen nunca su parte de culpa en esas muertes.
Si desde pequeños educas y proporcionas información a tus hijos, cuando sean adultos recordarán todos los consejos que recibieron de sus padres, pero claro, para ello es esencial que antes tu te informes.
FUENTE de la noticia: datosalimenticios.blogspot.com