La esperanza de un Egipto democrático y que respete los derechos humanos se diluye. La junta militar que sigue rigiendo el país tras la caída de Mubarak acrecienta su poder sin pausa y emplea métodos expeditivos para acallar a los críticos. Por un lado, uno de los blogueros clave en la difusión de la rebelión contra Mubarak, Alaa Abdel-Fattah, sigue detenido con dudosos cargos. Por otro, dos manifestantes han resultado muertos por los militares durante una manifestación contra la contaminación que genera la planta de fabricación de fertilizantes en la ciudad portuaria de Damietta.
Alaa Abdel-Fattah fue detenido el 30 de octubre tras negarse a responder a los militares preguntas sobre su relación con los atentados contra cristianos coptos. Posteriormente, se dijo que se le acusa de robo de armamento militar, destrucción de material militar y atacar a las fuerzas del orden. Suena bastante descabellado si nos atenemos al historial de este bloguero. La realidad es que los militares quieren acallar a los críticos. Quienes denunciaron los desmanes de Mubarak y levantaron al pueblo en aquellos históricos días de esperanza, han continuado denunciando cómo los militares se niegan a ceder el poder y han retomado prácticas de amedrentamiento de la era Mubarak. En lo que va de año, 12.000 egipcios han afrontado juicios militares. Eso lo dice todo. El Washington Post explica la situación con detalle.
La otra tragedia que sacude al país en este momento y que pasa casi inadvertida en el resto de países es la lucha de la población de Damietta contra el gobierno y la multinacional Mobco(Misr Oil Processing Company). La polémica decisión de construir otras dos plantas de fabricación de fertilizantes en una zona hipercontaminada por la factoría ya existente detonó la indignación de los habitantes de la zona.
Según denuncian, los vertidos de la empresa de accionariado egipcio y canadiense han acabado con la pesca y amenazan la salud de las personas. Las quejas nunca fueron escuchadas y ahora la decisión de construir dos fábricas más ha provocado que miles de personas bloquearan como protesta el puerto de Damietta, situado donde el Nilo desemboca en el Mediterráneo.
Sin mostrar interés en negociar ni escuchar, la Junta envió fuerzas militares con munición real para disolver la sentada y reabrir el puerto. El resultado es que este domingo dos protestantes resultaron muertos (aunque podría ser una cifra mayor) y al menos once heridos. En The Guardian y The Daily News Egypt hay más información al respecto. Para profundizar en las raíces del problema medioambiental de Damietta, este espectacular reportaje de BelferCenter.
Son dos ejemplos de cómo la esperanza del amanecer árabe se diluye en Egipto según avanza el tiempo sin que se convoquen unas elecciones democráticas. Agravados por el olvido de los países occidentales. Cuando tocaba expulsar a los anteriores sátrapas del poder, parecía que todo el mundo miraba hacia el norte de África las 24 horas con simpatía e ilusión. Una vez nos hemos deshecho de los tiranos (antes amigos, no lo olvidemos) ni políticos ni medios se ocupan de qué sucede allí. A ver si es que al final lo que queríamos era cambiar un dictador por otro y los derechos humanos no eran más que el caramelo que nos dieron para buscar el apoyo ciudadano. Qué mal pensado soy.
http://www.laaldeaglobal.com/2011/11/13/manifestantes-muertos-y-blogueros-detenidos-el-nuevo-egipto-se-parece-demasiado-al-viejo/