El párroco afirma que los exconsellers que han sido detenidos por los delitos de rebelión, sedición y malversación de caudales públicos son “hombres y mujeres que no han hecho nada más que ser fieles y coherentes” y pide que su oración “sea por estos hombres y mujeres que son el gobierno legitimo de los catalanes”.
En sus misas, el cura hace alarde de “conocimientos jurídicos” y se atreve a criticar a la justicia española y a la juez Carmen Lamela.
Además, la polémica ha sido aún mayor cuando muchos de los parroquianos han decidido quejarse al propio párroco de su postura y les ha expulsado y asegurado que tienen vetada la entrada al templo durante el resto de su vida.