Debido al Brexit, el Reino Unido sufre su crecimiento económico más bajo en 5 años, fijado para 2017 en el 1,5 %, cuando en marzo se estimaba un 2 % de aumento.
Pero esto no se termina aquí, porque en los próximos tres años el producto interior bruto británico continuará desacelerando. A partir de ahora todo son bajadas para los próximos ejercicios: un 1,4 % en 2018 y un 1,3 % en 2019 y 2020, según las previsiones del ministro británico de Economía, Philip Hammond, presentadas el miércoles al Parlamento.
Con este tajante recorte en las previsiones oficiales del Departamento de Hacienda, en las predicciones de crecimiento para este año y los siguientes, se consigue uno de los peores pronósticos de expansión económica para el país de los últimos años.
El crecimiento reposó en gran medida en el gasto de los hogares. Las empresas, influidas por la incertidumbre que crea el Brexit —salida del Reino Unido de la Unión Europea (UE)—, invirtieron de forma cautelosa mientras se despejan incógnitas. Con la inflación por las nubes, gastar se ha vuelto una dolorosa realidad, explica Dennis Novy, investigador del Centre for Economic Performance de Londres.
En este momento, los británicos ya están pagando el Brexit. Cada vez que van de compras, pagan más, porque los precios han subido y en realidad pueden comprar menos con su dinero. Ese es el costo”, explica Dennis Novy, investigador del Centre for Economic Performance de Londres.
“En este momento, los británicos ya están pagando el Brexit. Cada vez que van de compras, pagan más, porque los precios han subido y en realidad pueden comprar menos con su dinero. Ese es el costo. Y esto afecta prácticamente a todo el país. Y esto suma una gran cantidad de dinero, por lo que los británicos ya están pagando por Brexit, a pesar de que Brexit no ha sucedido aún”, dice el experto.
A la baja productividad y el deterioro en el nivel de vida, se suma el problema de la inflación. El país ya no es la quinta economía mundial, sino la sexta, al perder el puesto ante Francia. Se calcula que los salarios no volverán a los niveles de antes de la crisis de 2007 hasta 2025.
La primer ministra, Theresa May, lucha por mantener su liderazgo en su partido desde las elecciones anticipadas de junio, cuando su formación perdió la mayoría en el Parlamento. La formación conservadora está dividida en lo que respecta al Brexit.
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