Hay una cueva en el sur de México donde el pasado remoto, el pasado algo más reciente y el presente se entrelazan. Es conocida como la Cueva de los Antepasados, y en ella los locales siguen honrando a sus parientes lejanos y al lugar con rituales incluso hoy en día. Arqueólogos mexicanos han encontrado varios conjuntos de restos humanos en la antigua cueva, de los cuales los más antiguos se remontan a hace 7.000 años.
La Cueva de los Antepasados tiene 75 metros de largo y forma de espiral. Proceso informa de que a lo largo de los años se han descubierto en ella 29 conjuntos de restos humanos. Aparte de los tres hallados más recientemente, la mayoría de los restos esqueléticos han sido datados en el Período Clásico Tardío maya (600-900 d. C.).
De los tres más antiguos, uno de ellos procede del Período Preclásico Temprano (2500 a. C. – 1200 a. C.) y los otros dos se han considerado arcaicos (8000 a. C. – 2500 a. C.), según Lourdes Muñoz Moreno y Teresa Navarro Romero , del Centro de Investigación y de Estudios Avanzados (Cinvestav) del Instituto Politécnico Nacional (IPN). El arqueólogo Alberto Martos comentaba además que los restos más antiguos proceden del “período de transición de ser cazadores al sedentarismo.”
Se han descubierto 29 conjuntos de restos humanos en este sistema de cuevas mexicano. ( INAH)
De los 29 conjuntos de restos encontrados hasta la fecha, 22 de ellos son de adultos, cuatro de niños, y tres de bebés. Los expertos han afirmado que en líneas generales los restos tienen características similares a las de individuos de los mismos períodos de tiempo hallados en Guatemala, Cuba, Perú, Bolivia y Brasil.
Sin embargo, Luis Alberto Martos, investigador del Instituto Nacional de Antropología e Historia mexicano (INAH), señala que cinco de las calaveras muestran signos de deformación craneal; cuatro presentan ligeras inclinaciones y uno tiene una elongación especialmente acusada, lo que según explica Martos es “muy raro de ver en la región maya.”
Cinco de los cráneos descubiertos en la Cueva de los Antepasados muestran signos de deformación craneal. ( INAH)
María Cristina García Cepeda, Secretaria de Cultura, indicaba que entre los objetos dejados como ofrenda en la Cueva de los Antepasados hay jade, cerámica, conchas y obsidiana.
El INAH fue alertado de la importancia arqueológica de la cueva en el año 2004. En el 2005 enviaron allá su primera expedición, pero fue sólo un par de años más tarde cuando finalmente comenzó la exploración sistemática de las diez cámaras del sistema de cuevas. La exploración ha resultado algo difícil debido a los estrechos pasadizos de las cuevas y al barro y el agua que se filtran a su interior cuando llueve mucho.
La exploración de la Cueva de los Antepasados ubicada en Puyil ha resultado ser una difícil tarea. ( INAH)
Martos ofrecía una descripción concisa de cómo era utilizada la cueva en el pasado, explicando:
“Había grupos diferentes durante esta época que utilizaban las cuevas, claramente no era una cueva doméstica. En tiempos prehistóricos eran utilizadas probablemente para rituales y como cementerios con el fin de deshacerse de los restos de las personas. Para los mayas era una cueva de los antepasados. Esta cueva fue utilizada por los mayas: respetaban los restos que ya estaban allí y dejaban sus propios restos dentro.”
Hoy en día, la Cueva de los Antepasados es todavía visitada por las gentes del lugar pocos días después del 3 de mayo si la región está sufriendo una sequía. Todavía dejan ofrendas pidiendo que lleguen las lluvias, aunque hoy en día las ofrendas vienen en forma de velas, comida y alcohol. Como explicaba un arqueólogo, el lugar aún “sigue vivo.”
Milenio informa de que el Museo Nacional de Antropología de Ciudad de México ofrece una exposición de un mes con los restos óseos y objetos hallados, además de una explicación de las expediciones y la investigación que se han llevado a cabo en relación con la Cueva de los Antepasados.
Cráneos hallados en la Cueva de los Antepasados de Puyil, Tacotalpa, Tabasco, México. ( INAH)
Imagen de portada: Algunos de los cráneos encontrados en la Cueva de los Antepasados de Puyil, Tacotalpa, Tabasco, México. Fuente: INAH
Autor: Alicia McDermott