La organización pacifista suiza, con sede en Ginebra, recibe todos los años del multimillonario judío cientos de miles de euros para sus misiones de «diálogo» entre colectivos en conflicto. Sólo entre 2013 y 2015 ingresó en sus arcas medio millón de euros de la marca de Soros, Open Society, -539.127 dólares-, como se refleja en la contabilidad interna de la organización que reproduce OKDIARIO.
La ONG de Soros, que reparte anualmente entre sus acólitos más de 1.000 millones de euros y que presenta su actividad internacional como humanitaria y sin ánimo de lucro se ha convertido, realmente, en un lobby mundial que desestabiliza política y económicamente países en los que derriba y coloca gobiernos.
OKDIARIO publicó que el multimillonario húngaro-norteamericano financió a organizaciones humanitarias que contrataron al cerebro del juicio de la Gürtel, el magistrado José Ricardo de Prada, que con su sentencia propició la moción de censura que aupó a Pedro Sánchez a La Moncloa en junio pasado.
El Centro Henry Dunant también se financia con dinero de la Rockefeller Brothers Fund, que está estrechamente ligada a la trama internacional de George Soros. Entre 2011 y 2012 recibió, en concepto de «ayuda general», 350.000 dólares.
Coautor de un libro con Solana
El Centro para el Diálogo Humanitario de Ginebra se presenta en sus estatutos como una institución «independiente e imparcial», «con capacidad de llevar a cabo la mediación a nivel de liderazgo de las partes en conflicto», «con capacidad para convencer» y «con disposición para apoyar a otros mediadores principales».
El filósofo vasco Daniel Innerarity fue la persona elegida por Javier Solana, tras renunciar él, para desempeñar el papel de relator en la mesa de partidos que Sánchez había pactado con Torra a cambio de que éste aprobara los Presupuestos. Solana, que fue secretario general de la OTAN y Alto Representante de la Unión Europea para la Política Exterior, es así mismo presidente de honor del Centro Henry Dunant para el Diálogo Humanitario, con sede en el 114 de la calle Lausanne de Ginebra.
Como ya adelantó Carlos Cuesta en OKDIARIO, Inneraty estaba así mismo respaldado por el Instituto Gobernanza Democrática, una entidad en la que también figuran como colaboradores el mismo Javier Solana y su compañera de partido Amelia Valcárcel. Gobernanza Democrática, financiado entre otros por el Gobierno vasco, tiene su sede en el Palacio de Ayete, donde Franco organizaba sus Consejos de Ministros cuando veraneaba en San Sebastián. Solana e Innerarity son coautores del libro «La Humanidad amenazada: gobernar los riesgos globales».
El relator y sus relaciones soberanistas
El catedrático de Filosofía Política, nacido en 1959 en Bilbao, aunque se presentó en las anteriores elecciones legislativas como número dos de Navarra por Geroa Bai, está considerado como una persona próxima a las tesis del PNV. Innerarity es investigador de Ikerbasque en la Universidad del País Vasco y director del Instituto de Gobernanza Democrática.
Al mismo tiempo, Innerarity mantiene unas excelentes relaciones con los movimientos separatistas catalanes financiados por Soros. Es miembro del consejo editorial de la revista catalana CIDOB d’Afers Internacionals y conferenciante del CCCB de Barcelona. Los papeles de Soros en poder de OKDIARIO pudieron demostrar que el gurú de las finanzas destinó en 2014 más de 300.000 dólares al entramado más radical del secesionismo catalán.
La Fundació Centre d’Informació Internacionals a Barcelona (CIDOB) y el Centro de Cultura Contemporània de Barcelona (CCCB) fueron las organizaciones más beneficiadas del reguero de dólares que Open Society Foundation (OSF) dejó en Cataluña.
El Centro Henry Dunant del Diálogo Humanitario, con sede en Ginebra, se presenta como una organización creada para fomentar y desarrollar el diálogo internacional para lograr cuestiones humanitarias. Fue fundado en 1999, retomando la estela del Instituto Henry Dunant que se había creado 34 años antes en honor del premio Nobel de la Paz, Henry Dunant. Además de los fondos de Soros, el centro está financiado con dinero de países como Noruega y Suiza.
El gobierno de Noruega, a través del Ministerio de Asuntos Exteriores del país nórdico, también financió a la Plataforma de Entidades Económicas, Sociales y Culturales que conforman el DESC, del que Ada Colau fue su coordinadora, con 384.000 euros y a la organización del secesionista David Bondía -presidente del Instituto de Derechos Humanos de Cataluña y de Defender a quien defiende, con 127.000 euros.
La Henry Dunant tiene una plantilla de unas 40 personas y un presupuesto anual de más de 10 millones de euros. El edificio de su sede, un palacete, pertenece al Ayuntamiento de Ginebra, que se lo ha cedido.
El centro pacifista y la farsa de ETA
El 3 de mayo de 2018 la agencia Europa Press de Bilbao, citando a la televisión vasca ETB, emitía un despacho con el título: «La Fundación Henry Dunant certifica en Ginebra que ‘ETA ha dejado de existir'». Los mediadores suizos habían facilitado a los periodistas en su sede el último comunicado de la banda terrorista en el que anunciaba su disolución.
Durante la escenificación del cese definitivo de ETA, los suizos citaban al ex presidente del PSE-EE Jesús Eguiguren, al ex presidente del Gobierno José Luis Rodríguez Zapatero, al lehendakari, Iñigo Urkullu y al coordinador general de EH Bildu, Arnaldo Otegi como los artífices de aquel logro por la paz. Y su nota de prensa concluía: «Al finalizar la presentación, se ha guardado un minuto de silencio para recordar a todas las víctimas». Pero lo sorprendente era que en aquella reunión no había ningún representante de las únicas víctimas de ETA: los casi 900 muertos que provocó la banda terrorista.
El director Ejecutivo de la Fundación ginebrina y relator de las negociaciones con ETA, David Harland, estuvo poco acertado cuando puso en el mismo nivel los cientos de ciudadanos asesinados por la banda terrorista en más de 50 años de terror y la decena de casos de torturados por la Fuerzas de Seguridad y los abatidos en las acciones de la guerra sucia: «Espero y creo -dijo- que esto es el fin de la confrontación, durante la que ETA ha asesinado a más de 850 personas e hirió a miles más. Ha sido una confrontación dura que también vio torturas de algunos de los detenidos por presuntamente apoyar a ETA y el asesinato de miembros sospechosos de ETA por parte de mercenarios dirigidos por algunos miembros del Estado».
Cuando utilizaba el término «confrontación» para calificar el genocidio de la banda terrorista le delataba el sesgo a favor de los postulados de ETA que habían prevalecido en el periodo negociador, avalado por Zapatero y la Henry Dunant.