(Hoja informativa original de la Vegan Society británica – http://www.vegansociety.com)
El yodo es esencial para el funcionamiento correcto de la tiroides, que a su vez es esencial para la buena salud. Una deficiencia de yodo durante el embarazo y la infancia temprana puede resultar en cretinismo (un retraso mental irremediable y deterioro severo de las facultades motoras). En cuanto a los adultos, una ingestión baja (o muy alta) de yodo puede causar hipotiroidismo. éste puede manifestarse como bajos niveles de energía, con la piel seca o amarillenta, el entumecimiento de las extremidades, el aumento de peso, la falta de memoria, los cambios de personalidad, la depresión, la anemia, y la menstruación prolongada y dolorosa en mujeres. El bocio, o sea un tiriodes engrandecido que es visible entre la nuez y las clavículas, se presenta a menudo. El hipotiroidismo puede también iniciar el síndrome del túnel carpiano y el fenómeno de Raynaud. El hipotiroidismo puede contribuir a aumentos significativos de los niveles de colesterol y homocisteína y está implicado en un 10% de los casos de niveles elevados de colesterol. El remediar el hipotiroidismo puede ayudar a reducir los niveles de colesterol y homocisteína hasta el 30%. Una ingestión de yodo inferior a 20 microgramos (mcg) cada día se considera como deficiencia severa, 20-50 mcg/día se considera como deficiencia moderada y 50-100 mcg/día se considera como una deficiencia leve.
El yodo es típicamente escaso (unos 50 mcg/día comparado con un nivel recomendado de 150 mcg/día) en las dietas veganas del Reino Unido a menos que se consuma algas marinas o alimentos que contengan dichas algas (p.ej. Vecon). Los niveles bajos de yodo en muchos alimentos vegetales son un reflejo de los niveles bajos en la tierra del R.U., debidos en parte a la era glacial reciente. Aproximadamente el 50% del consumo de yodo de los omnívoros en el R.U. viene de los productos lácteos. En los EE.UU. la sal yodada se utiliza comúnmente y muchos alimentos son fortificados con yodo suplementario. En el Canadá, toda la sal de mesa está yodada. En el Reino Unido no hay ninguna estrategia para la forificación de los alimentos vegetales ni la sal.
La ingestión baja de zinc exacerba el efecto de la ingestión baja de yodo. Ciertos alimentos que normalmente son saludables contienen lo que se llaman «bociógenos» -sustancias que pueden interferir con la absorción del yodo o con la secreción hormonal del tiroides. Estos alimentos son preocupantes sólo si la ingestión de yodo es baja. El consumo de coles, como la col repollo, las coles de Bruselas, el brócoli y la coliflor, aumenta la necesidad del yodo, especialmente si se consumen en forma cruda. La soja, la linaza cruda, la mandioca (usada en la tapioca), los boniatos, las habas de Lima, el maíz y el mijo también aumentan la necesidad del yodo.
Es importante no sobreconsumir el yodo, puesto que tiene un rango relativamente estrecho de ingestión que apoya el funcionamiento correcto del tiroides (100 a 300 microgramos al día, más o menos). Una persona que consume cantidades grandes de sal yodada o algas marinas podría sobreconsumir yodo. El yodo excesivo tiene un efecto complejo y destructivo en el tiroides y podría resultar en hipotiroidismo o bien hipertiroidismo, en individuos susceptibles, así como en un mayor riesgo de cáncer del tiroides. El hipertiroidismo puede ocurrir también, particularmente en personas ancianas, debido a un tiempo prolongado de deficiencia ligera de yodo pues esto puede resultar en nódulos adicionales en el tiroides.
El hipertiroidismo puede manifestarse como un tiroides agrandado (bocio), irregularidades del pulso, temblores, sudores, palpitaciones, nerviosismo y mayor actividad, y anomalías de los ojos. Algunos individuos ingieren el alga marina kelp para perder peso mediante la sobreestimulación del tiroides. Esto es muy peligroso.
El hipotiroidismo subclínico, con la hormona estimulante del tiroides (TSH) incrementada pero sin síntomas manifiestos, es más común entre los veganos que la población general. La mayoría de los veganos tienen una ingestión baja de yodo, pero una minoría importante consumen cantidades excesivas de yodo de las algas, especialmente kelp. En los veganos tanto las ingestiones de yodo bajas como las excesivamente altas se han relacionado con niveles aumentados de TSH. El nivel óptimo de TSH parece situarse en 1-2 mIU/l, con valores inferiores a 0’5 sugiriendo el hipertiroidismo y los superiores a 5 el hipotiroidismo.
La clave del buen funcionamiento del tiroides es la ingestión adecuada, no excesiva, de yodo. Ingestiones en el rango de 100-300 microgramos al día son deseables, pero ingestiones hasta los 500 microgramos probablemente no llegan a ser nocivas. Si se toman suplementos de yodo, se debe tomar 100-150 microgramos al día, para alcanzar una ingestión total de 150-200 microgramos. Si se toman algas como fuente de yodo es mejor utilizar las algas que tienen un contenido uniforme de yodo, tales como la kelp (kombu) o la hijiki. El consumo de más de 100 gramos al año (peso en seco) de la mayoría de las algas puede resultar en desórdenes del tiroides debido a una ingestión de yodo por encima de los 1000 microgramos diarios. La nori es baja en yodo y se pueden comer varias hojas cada día sin preocuparse por un exceso. La adición frecuente de pequeñas cantidades de algas pulverizadas o desmenuzadas a los guisos o a los currys al cocinar, o a otros alimentos como condimento, es una manera excelente de proveer el yodo adecuado (en la ausencia de otros suplementos) y es una práctica saludable para los veganos. 100 gramos de hijiki seco o 15 gramos de kombu o kelp seco en un envase adecuado en la cocina proporciona la ración de un año para una persona. Más no es mejor.
La mayoría de los veganos saben que una deficiencia en la vitamina B12 puede causar complicaciones neurológicas y sensaciones de hormigueo o entumecimiento. Esta deficiencia también es la causa común de niveles aumentados de homocisteína en los veganos. Se debe notar que el hipotiroidismo también puede causar daño a los nervios, sensaciones de hormigueo y un nivel elevado de homocisteína, y debe ser considerado como diagnóstico alternativo ante estos síntomas. Se puede encontrar consejos sobre cómo diagnosticar el bocio en el sitiowww.aace.com/pub/spec/tam/neckcheck.html.
El funcionamiento del tiroides puede ser examinado por los médicos con un análisis de sangre y la medición de los niveles de las hormonas relacionadas con el tiroides.
Traducción realizada por Doug Duea- dougduea@msn.com