DUBÁI (Reuters). Una bomba colocada en un vehículo explotó ayer a las puertas de la embajada británica en Manama, la capital de Bahréin, aunque no se reportaron víctimas, informó el Ministerio del Interior del país del golfo Pérsico.
“La explosión fue resultado de un paquete colocado bajo el neumático delantero”, añadió.
El portavoz describió el vehículo como una furgoneta que estaba estacionada a unos 50 metros del complejo de la embajada.
País convulsionado
Bahréin ha enfrentado tensiones desde que surgieron manifestaciones pro democracia en febrero tras las revueltas desatadas en Egipto y Túnez.
El Gobierno impuso la ley marcial por casi tres meses y ordenó detenciones y juicios masivos para reprimir las protestas.
El Gobierno de Bahréin, dominado por la familia suní Al Khalifa, dijo que las protestas, lideradas por mayorías chiíes, tenían motivos sectarios y eran fomentadas por el poder chií del régimen de Irán.
“Estamos trabajando con el Ministerio del Interior y hemos pedido un aumento temporal en la seguridad”, dijo un portavoz de la embajada británica, que añadió que la explosión ocurrió entre las 01:00 y 02:00 de la mañana.
“No hubo víctimas ni daño a la embajada. No podemos identificar aún la causa o los responsables”, agregó.
Importante religioso iraní critica ataque a embajada en Teherán
TEHERÁN (AFP). El ayatolá Ahmad Jatami, importante religioso conservador iraní, tildó de “ilegal” el ataque realizado el martes pasado a la embajada británica en Teherán por milicianos islamistas.
“El ataque a una embajada y su ocupación equivalen a la ocupación de un país extranjero y es ilegal”, dijo Jatami, imam de la oración del viernes en Teherán y cercano al Guía Supremo Ali Jamenei.
“Tener un espíritu revolucionario no significa que las embajadas que se encuentran en suelo de la República Islámica tengan un sentimiento de inseguridad, no interesa al país”, dijo antes de agregar que “se opone al ataque de embajadas extranjeras y a su ocupación”.
Varios centenares de manifestantes asaltaron y saquearon el martes pasado la embajada del Reino Unido en Teherán y la residencia de diplomáticos británicos.
Roce internacional
A raíz del ataque, objeto de fuertes críticas internacionales y condenado por el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, el Reino Unido evacuó a los diplomáticos y cerró la legación en Teherán y la de Irán en Londres.
En su última oración, el viernes en la universidad de Teherán, el ayatolá Jatami no habló del ataque. En cambio, instó a los fieles a gritar “muerte a Inglaterra” así como eslóganes tradicionales “muerte a Estados Unidos” y “muerte a Israel”.
También “aconsejó a los europeos que no vinculen su suerte con la de una Gran Bretaña en declive, so pena de ver el odio de nuestra nación abatirse sobre ellos también”.
El ministro iraní de Relaciones Exteriores calificó el ataque de “inaceptable”, pero fue justificado por el presidente del Parlamento, Ali Larijani, uno de los abanderados de la línea dura ultraconservadora que domina el régimen iraní, como una respuesta a la “política dominante” británica.
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