Los científicos han descubierto en las Montañas Bale, en Etiopía, el asentamiento humano de gran altitud más antiguo conocido. Así lo recoge un nuevo estudiopublicado el pasado viernes en la revista Science.
Los arqueólogos analizaron un refugio rocoso llamado Fincha Habera y cinco afloramientos —que se encuentran a unos 4.000 metros sobre el nivel del mar en el sur del país africano— y encontraron que los campamentos en las montañas fueron establecidos durante el período Paleolítico.
Todos los afloramientos mostraron amplia evidencia de presencia humana hace mucho tiempo. En Fincha Habera, los investigadores hallaron una serie de artefactos de piedra, fragmentos de cerámica, perlas de vidrio, fragmentos de huesos de roedores y huevos de avestruz, así como heces humanas.
«Durante varios milenios, Fincha Habera fue utilizado repetidamente como lugar residencial«, señalaron los científicos, explicando que esta función está indicada por varios factores, como la densidad de los materiales arqueológicos, la existencia de restos domésticos y el uso de fuego, entre otros.
Bebieron agua de los glaciares y comieron ratas topo gigantes
La datación por carbono mostró que los primeros artefactos en el sitio tenían entre 47.000 y 31.000 años de antigüedad, lo que se corresponde con el último período glacial. Los glaciares se habrían encontrado cerca del asentamiento, al que proporcionaron potencialmente agua corriente.
Los científicos creen que los antiguos humanos habrían utilizado Fincha Habera como una especie de campamento base: bebían agua de los glaciares, fabricaban herramientas de obsidiana de la Edad de Piedra y comían ratas topo gigantes.
Además, el estudio sugiere que los humanos antiguos vivieron en Fincha Habera no solo durante la glaciación, sino también hace unos 10.000 años.