Terrazas de arroz en Ubud, Bali – Andrea Kay
Los estudios más recientes han concluido que ningún cambio climático ocurrido en los últimos dos milenios es comparable al actual. Ninguna variación en la actividad solar y ninguna erupción han tenido un efecto tan global como el actual calentamiento climáticodebido a la emisión de combustibles fósiles.
Pero el calentamiento global no es la única huella del hombre en el planeta. Un enorme estudio realizado por más de 250 investigadores ha creado un mapa global de los usos del suelo desde el nacimiento de la civilización. El trabajo, que ha sido el primero en combinar una cobertura tan amplia con datos arqueológicos, ha mostrado que el humano comenzó a transformar profundamente el planeta mucho antes de lo que se pensaba. Se ha observado que el hombre comenzó a liberar gases de efecto invernadero, capaces de influir en el clima, desde la generalización de la agricultura, hace unos 3.000 años. Estos avances se han publicado en Science.
«Las civilizaciones antiguas transformaron su entorno», ha explicado a ABC Lucas Stephens, primer autor del estudio e investigador en la Universidad de Pensilvania (EEUU). «Desde la tala de bosques al drenaje de tierras húmedas para usos agrícolas, pasando por emplear el fuego para cazar o recolocar especies, todos esos cambios antropogénicos acumulados, que transformaron el medio ambiente durante milenios, han dado como resultado el planeta en el que vivimos hoy en día».
Para ello, los investigadores de ArchaeoGLOBE dividieron el planeta en 146 regiones y los diez milenios abarcados en diez puntos y elaboraron una encuesta para que fuese contestada por los arqueólogos expertos de cada región. Por último, procesaron los datos a través de análisis estadísticos.
«Nuestro proyecto ayuda a vincular los campos de la ciencia ambiental y la arqueología», ha explicado Stephens. Y, según ha apuntado, lo hace de forma global y a largo plazo como no se había hecho hasta ahora.
Una larga historia de cambios
Gracias a esta recopilación de datos, los investigadores han descubierto tendencias globales no vistas hasta ahora. En primer lugar, han averiguado que el forrajeo, que consiste en cazar, recolectar frutos y pescar, era común en la mayoría del globo hace 10.000 años, pero que estaba declinando en la mitad de las regiones hace 3.000 años.
Extensión y prevalencia del forrajeo (caza, recolección y pesca) en las 146 regiones de todo el planeta, a lo largo del tiempo
En segundo lugar, observaron que el pastoreo se extendió desde hace 8.000 años, desde su lugar de origen, en el suroeste de Asia, hasta ambientes áridos de África y Eurasia. Después, se hizo común ya hace 4.000 años.
Extensión y prevalencia del pastoreo en las 146 regiones de todo el planeta, a lo largo del tiempo
Por último, hace 6.000 años la agricultura se practicaba en la mitad de las regiones del mundo y hace 3.000 ya estaba ampliamente extendida. Esto muestra que la agricultura no reemplazó a la caza y la recolección, como se ha sostenido a veces, sino que estas formas de explotación de los recursos naturales coexistieron en algunas regiones.
Extensión y prevalencia de la agricultura intensiva en las 146 regiones de todo el planeta, a lo largo del tiempo
Un planeta transformado desde hace milenios
Sin embargo, tal como ha explicado a ABC Neil Roberts, investigador en la Universidad de Plymouth (Reino Unido) que ha escrito unartículo de análisis sobre el trabajo, lo más relevante es que «este estudio indica que la transformación humana del planeta comenzó antes de lo que se pensaba: es decir, hace bastantes milenios».
Además, los impactos humanos de la antigüedad no fueron tan pequeños y tan a pequeña escala como se pensaba. En vez de eso, los resultados muestran que, desde muy temprano, la agricultura tuvo consecuencias sobre las emisiones de dióxido de carbono y metano, «lo que podría explicar por qué estos gases de efecto invernadero comenzaron a acumularse hace 7.000 años, eso sí, mucho más despacio que en los últimos 200», ha añadido Roberts.
Según este experto, «esto implica que el impacto humano sobre el clima no solo ha comenzado durante la era industrial, sino que puede tener sus orígenes en las sociedades basadas en la agricultura».
De hecho, en opinión de Lucas Stephens, su investigación ha hecho evidente que los modelos de cambio climático actuales para usos de suelo del pasado –el modelo HYDE– «subestiman la prevalencia, la duración y la profundidad de la agricultura intensiva en muchas partes del mundo».
Para él, esto significa que el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático(IPCC) debe incorporar la información recogida por ArchaeoGLOBE para reconsiderar «la profunda historia de cambios antropogénicos en el planeta». De hecho, ha adelantado, algunos de los 250 coautores que han participado en el estudio, ya están trabajando en esta tarea.
Los efectos que esto podría tener sobre las predicciones para el cambio climático, o sus efectos sobre la biodiversidad, no están claras. «En general, si la agricultura intensiva comienza antes en los modelos de cambio climático, la liberación de dióxido de carbono comienza antes, y el cambio climático también empieza antes». Sin embargo, este efecto se puede ver enmascarado, según Stephens, por la recuperación de la masa forestal, tal como se ha constatado en algunas zonas de Estados Unidos, Europa y China: «los efectos globales pueden ser complicados de predecir».
Sea como sea, este estudio resalta que desde los comienzos de la civilización, el hombre ejerció una profunda y extensa huella en el planeta. «Creo que este estudio (…) muestra que sí, que ha habido más cambios acelerados en los usos del suelo recientemente, pero que los humanos han estado haciendo esto durante mucho tiempo. Y que el patrón comienza hace 3.000 años», ha dicho Gary Feinman, investigador en el museo Field y coautor del estudio.