Qué dice la carta en que Evo Morales presenta su «renuncia obligada». 3 ARTICULOS, 1 RAZÓN

Qué dice la carta en que Evo Morales presenta su

En la carta de renuncia, Morales señala que «la consigna es resistir». «Que quede ante la historia nuestro compromiso por defender nuestras conquistas logradas a sangre y fuego», expone.

BBC Mundo

Puede que Evo Morales haya solicitado asilo en México, pero a juzgar por su carta de renuncia, no planea irse muy lejos: «La consigna es resistir», dice en su carta de «renuncia obligada».

«Empezamos el largo camino a la resistencia para defender los logros históricos del primer gobierno indígena que termina hoy», expone Morales en el documento.

Tras casi 14 años en el poder, Morales anunció el domingo que iba a presentar su renuncia ante el Congreso, como también insiste en la carta, para evitar más violencia.

«Obligado» por la profunda crisis política desatada en el país por las denuncias de fraude en las elecciones del pasado 20 de octubre, al igual que en su mensaje televisado, Morales insiste en la carta en declararse víctima de un golpe cívico, político y policial.

Protestas en Bolivia

Getty Images
Los partidarios de Morales salieron a protestar tras su renuncia.
En distintos departamentos de Bolivia, los policías decidieron amotinarse en contra del gobierno.

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Morales considera los motines de la policía como parte del golpe que lo derrocó.

Y aunque hable de «golpe policial», su salida la anunció poco después de que el comandante de las Fuerzas Armadas, el general Williams Kaliman, le «sugiriera» que debía renunciar para que el país pudiera recuperar la paz.

Los militares en Bolivia se pronunciaron después de que Morales llamara a nuevas elecciones por las «irregularidades» detectadas por la auditoría de los comicios de octubre hecha por la Organización de Estados Americanos (OEA).

Días antes, numerosas unidades policiales habían declarado un «motín» en protesta contra el gobierno. Y ese parece el «golpe policial».

Asilo en México

Este lunes, el gobierno de México confirmó que Morales había solicitado asilo político y que su gobierno se lo había concedido.

Marcelo Ebrard.

EPA
El canciller mexicano, Marcelo Ebrard, anunció este lunes la concesión de asilo político por parte de su país a Evo Morales.

«Por razones humanitarias y en virtud de la situación de urgencia que se enfrenta en Bolivia, donde su vida y su integridad corren riesgo», agregó.

El canciller mexicano, quien solicitó al Senado de la República dar respaldo a la decisión tomada, no ofreció información sobre cuándo llegaría al país el líder boliviano.

El último paradero conocido de Morales es el trópico de Cochabamba, el bastión de los sindicatos cocaleros y desde donde hizo el anuncio de su dimisión.

La renuncia junto a Morales de la cúpula de su partido, el Movimiento al Socialismo (MAS), dejó al país en una especie de vacío de poder y fue respondida con una ola de protestas por parte de los partidarios del mandatario.

En ciudades como El Alto y La Paz, se reportaron destrozos y saqueos. Además de marchas y bloqueos de activistas al grito de «guerra civil».

El propio expresidente Carlos Mesa, el principal candidato en las elecciones de octubre, denunció en redes que una turba se dirigía hacia su casa.

Carlos D. Mesa Gisbert@carlosdmesag

Muchas personas me alertan indicando que una turba violenta se dirige a mi domicilio para destruirlo. Solicito a la Policía Nacional que evite esa locura.

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Evo Morales Ayma

@evoespueblo

Pido a mi pueblo con mucho cariño y respeto cuidar la paz y no caer en la violencia de grupos que buscan destruir el Estado de Derecho. No podemos enfrentarnos entre hermanos bolivianos. Hago un llamado urgente a resolver cualquier diferencia con el diálogo y la concertación.

27,1 mil personas están hablando de esto

«Pido a mi pueblo con mucho cariño y respeto cuidar la paz y no caer en la violencia de grupos que buscan destruir el Estado de Derecho», escribió Morales en un mensaje que incluso Mesa retuiteó.

En la carta de renuncia señala que «la consigna es resistir». «Que quede ante la historia nuestro compromiso por defender nuestras conquistas logradas a sangre y fuego», agrega.

«Hoy es el momento de la solidaridad entre nosotros y nosotras, mañana será el momento de la reorganización y el paso al frente en esta lucha que no termina».

Bolivia tv@Canal_BoliviaTV

| La Vicepresidencia del Estado y la Presidencia de la Asamblea Legislativa Plurinacional recepcionaron la carta de renuncia del presidente, @evoespueblo.

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El trasfondo de la tensión entre Bolivia y Estados Unidos por el litio

Mientras el país del altiplano tendió puentes con China para la explotación del “oro blanco”, una comitiva de Trump buscó acceder a la ruta del litio a través del gobierno jujeño.

La explotación e industrialización del litio significó la apertura a importantes acuerdos comerciales para Bolivia en el último año pero también estimuló el aumento de tensiones con Estados Unidos. Durante septiembre, Ivanka Trump arribó a tierras jujeñas junto a funcionarios de gobierno estadounidense para anunciar el financiamiento de una ruta que incluye en su itinerario la denominada ruta del litio.

China y Alemania se convirtieron en socios estratégicos de Bolivia a partir de una de las reservas más importantes a nivel mundial de ese recurso ubicado en el salar de Uyuni. Mientras el país que en ese entonces presidía Evo Morales optó por tender sus lazos comerciales con el gigante asiático y una de las principales potencias europeas, Estados Unidos no quiso quedar afuera.

Previo a las elecciones presidenciales en Bolivia y ante la creciente tensión política con el país norteamericano, durante septiembre, Ivanka Trump, la hija del primer mandatario estadounidense Donald Trump, llevó adelante una visita a la localidad jujeña de Purmamarca junto a una comitiva que fue recibida por el gobernador Gerardo Morales.

El arribo de la “misión” norteamericana a la ciudad que limita con Bolivia, contó con la presencia del Subsecretario de Estado, John J. Sullivan, la viceministra de Defensa, Lisa Hershman, y el Jefe de la agencia USAID -dependiente del Pentágono.

Durante su estadía en Purmamarca, Ivanka Trump anunció una inversión de 400 millones de dólares destinada a obras viales, cuya traza, según explicaron empresarios ligados al gobernador jujeño, debería incluir un itinerario por la denominada ruta del litio.

Mediante un informe, el periodista Jorge Elbaum dio a conocer que dicha inversión se canalizaría a través de la Compañía de Inversiones Privadas en el Extranjero (Opic, por su sigla en inglés), agencia gubernamental autárquica con sede en Washington.

La Opic sería la encargada de canalizar los aportes para construir rutas cuyos beneficiarios prioritarios serían automotrices trasnacionales, con un financiamiento a costas de los impuestos de cada ciudadano argentino.

El triángulo del litio, territorio donde la Opic busca desembarcar con sus inversiones, se trata nada menos que de la zona donde limitan Argentina, Bolivia y Chile, que concentra el 75% del mineral existente en todo el mundo.

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La reserva más grande del mundo

Los intereses económicos del mundo están puestos en Bolivia, un territorio que posee una de las mayores reservas de litio, un componente clave para el desarrollo de baterías para autos eléctricos. De acuerdo a un estudio reciente, Uyuni cuenta con casi 21 millones de toneladas de ese recurso.

Si bien el plan para industrializar su propio litio se retrasó en el último tiempo, la firma Yacimientos de Litio Boliviano (YLB) tendió lazos con distintos socios estratégicos. Ya en 2018 el país sudamericano había generado un acuerdo con la firma alemana ACI Systems que posibilitó la explotación del salar de Uyuni.

Luego, el gobierno boliviano generó una nueva instancia de negociación con un consorcio de empresas chinas. Las firmas Xinjiang Tbea Group y Boacheng acordaron con el entonces gobierno de Evo Morales obtener un 49% de participación en el proyecto que demandó unos 2,3 millones de dólares.

En ese momento Xinjiang Tbea venció a seis rivales que también buscaron asociarse con Bolivia en Coipasa y Pastos Grandes, incluidos ACI, Uranium One, una subsidiaria de la compañía nuclear estatal rusa Rosatom, y la compañía irlandesa Clontarf Energy Plc.

En su momento, Evo Morales destacó que “hay un mercado garantizado en China para la producción de baterías”. A su vez, el embajador chino en Bolivia, Liang Yu, reconoció que necesitará 800.000 toneladas de metal por año para 2025 para apoyar su floreciente industria de automóviles eléctricos.

El denominado “oro blanco” se convirtió en un activo de crecimiento económico para el país del altiplano a partir de su creciente demanda a nivel mundial. A su vez, su utilización significó decisiones que marcaron una postura estratégica, ya sea con quienes el gobierno democrático decidió tender puentes, como con quienes no.

Grabois denunció “apoyo logístico” de Gerardo Morales

El integrante de la Confederación de Trabajadores de la Economía Popular (CTEP), Juan Grabois, deslizó sus sospechas sobre Gerardo Morales como supuesto cómplice por la situación en Bolivia. El referente sindical acusó al gobernador Jujeño de prestar “apoyo logístico” para el golpe de Estado contra Evo Morales.

En declaraciones radiales, Grabois afirmo: “Tengo la sospecha, no pruebas, de que por lo menos ha habido un apoyo logístico por parte de Gerardo Morales y eso me resulta raro que haya sido sin la venia de Macri. Es bastante evidente y se tendrá que investigar cuál fue el nivel de este apoyo, cuánta injerencia hubo en el asunto boliviano”.

Más tarde, el referente de la CTEP asoció esta postura con la visita de la hija del primer mandatario estadounidense a Jujuy durante septiembre. En ese sentido explicó: “En septiembre, nuestro pais, con la excusa de los incendios, justo cuando casualmente llegaba Ivanka Trump, mandó brigadistas, militares y dinero a Santa Cruz de la Sierra”.

De hecho detalló sobre su versión de los hechos y contó: “Justo el día de la visita de Ivanka Trump a Jujuy, Gerardo Morales volvía de Santa Cruz de la Sierra después de haber llevado unas cajas en aviones de la Fuerza Aérea, con la excusa de combatir incendios forestales. Mis amigos en Bolivia, incluso funcionarios del Gobierno que en este momento están refugiados, ya planteaban dudas sobre si realmente había buenas intenciones”.

Por último el dirigente social insistió con que “se va a tener que investigar el rol que tuvo Argentina en este proceso” y afirmó que actualmente “hay dos proyectos geopolíticos económicos distintos que no están viviendo democráticamente en Latinoamérica”.

Ecoportal.net

Fuente

Golpe de Estado en Bolivia para profundizar el saqueo capitalista.

Por Cecilia Zamudio

Se consumó el Golpe de Estado contra el gobierno de Evo Morales en Bolivia. Ahora se viene lo más terrorífico contra el pueblo boliviano, particularmente contra la clase trabajadora, contra las organizaciones campesinas e indígenas de base, contra el pensamiento crítico, contra toda persona que se oponga al saqueo capitalista, a la depredación de la naturaleza, a la explotación. Se viene el fundamentalismo católico declarado y el racismo abyecto, la misoginia más brutal y la nostalgia del tiempo de las cruzadas (lo vienen anunciando las acciones y proclamas de los golpistas); se viene la intensificación del saqueo del Litio, del gas, de la plata, del oro, del estaño, del hierro, de los manantiales y demás riquezas naturales, se viene mayor explotación contra las y los trabajadores, hambre y exterminio contra el pueblo, montañas y ríos capitalizados por un puñado de multinacionales y latifundistas.

Bajo el gobierno de Evo se garantizó la educación gratuita, se universalizó el acceso al agua potable, los niños, las mujeres embarazadas y los ancianos tuvieron garantías esenciales, se creó el Seguro Universal de Salud, etc. Ahora lo que se viene con los golpistas fanáticos religiosos y ávidos de intensificar el saqueo capitalista, es la privatización de la educación, el desmantelamiento del Seguro Universal de Salud para que así un puñado de capitalistas pueda lucrarse mediante sus aseguradoras médicas privadas. La privatización de la salud asesinará por inasistencia médica a los millones de personas que no puedan pagar los seguros privados. Posiblemente también introduzcan las cajas privadas de pensiones, para especular con gigantescos capitales, mientras que las pensiones de los ancianos las reducirán a una macabra miseria, como lo que hicieron en Chile.

Bajo el gobierno de Evo Morales, se invirtió el capital generado por la minería y los impuestos en servicios sociales, para implementar una mejora de la calidad de vida de las personas más empobrecidas de la clase explotada (pero no se cuestionó de raíz al capitalismo y siguió existiendo una clase explotada y una clase explotadora); las medidas sociales obviamente representaron un alivio para miles de familias bolivianas, pero como toda medida que no modifica la estructura misma del sistema socioeconómico, su durabilidad tenía fecha de caducidad. Tenía fecha de caducidad porque la clase explotadora no cesa nunca en su afán por profundizar los niveles de explotación y saqueo, dado que en base a esos mecanismos se enriquece.

La burguesía local y transnacional quería quitarse a Evo de en medio para profundizar los niveles de saqueo capitalista: no toleraba ya a un gobierno que no estuviera dispuesto a serle funcional al 100%. Evo no colectivizó los medios de producción, es decir la economía boliviana no fue socialista, sino que siguió siendo capitalista. De haber hecho cambios estructurales, de haber colectivizado los medios de producción, se hubiera fortalecido Bolivia frente a las pretensiones imperialistas; y la burguesía boliviana, profundamente explotadora y hostil a todo lo que no sea gobernar Bolivia como si las y los trabajadores fueran su servidumbre semi esclavizada, no se hubiera quedado enroscada en el poder económico, mediático e incluso institucional. Es el debate de fondo que este tipo de tragedias ponen de manifiesto: los límites del Reformismo y la necesidad de cambios estructurales, revolucionarios. Es el debate que Rosa Luxemburgo ya planteaba en «Reforma o Revolución» y que la Historia, una y otra vez, se encarga de poner de manifiesto. El Reformismo es tolerado por la burguesía un tiempo, incluso le puede llegar a ser funcional en ciertas circunstancias, en tanto que le «quita presión a a olla» de las tensiones sociales inherentes a las injustas relaciones de producción del Capitalismo. En el caso de Bolivia, es innegable que el gobierno de Evo aportó grandes avances, pero también era totalmente vulnerable a la voluntad de la burguesía al no haberse producido la profundización revolucionaria.

El Golpe de Estado llevaba tiempo fraguándose desde Washington. El pueblo boliviano llevaba semanas enfrentando el ataque del fascismo: la burguesía boliviana y transnacional, en su pretensión de tumbar al presidente Morales y su gobierno, con la finalidad de poder incrementar los niveles de saqueo capitalista contra el pueblo y la naturaleza, desató hordas mercenarias e incentivó el mayor odio racista. Linchamientos contra personas indígenas y contra las personas electas perpetrados por todo el país por los paramilitares fascistas (mujeres vejadas, desnudadas, la alcaldesa Patricia Arce secuestrada, embadurnada de pintura roja, trasquilada y golpeada, dirigentes sindicales torturados y obligados a «pedir perdón» de rodillas por apoyar a Evo, comunicadores alternativos a la falsimedia amarrados a árboles, ancianas indígenas agredidas por vestir sus trajes tradicionales). La herramienta fascista de la burguesía perpetró numerosos atentados, incendios de sedes de las organizaciones campesinas e indígenas, incendios de casas de miembros del gobierno. La herramienta mediática de la burguesía participó de la desestabilización, mediante manipulación y falsimedia a nivel nacional e internacional. Uno de los pilares de la manipulación que infundió la burguesía a través de sus medios, fue el fomento intensificado del odio racista, avivando un incendio que lleva siglos: el racismo ha sido fomentado como mecanismo de control social, en un país en el que el colonialismo europeo dejó su huella marcada en sangre e injusticia social, un país cuya población es sin embargo de mayoría indígena.

La injerencia estadounidense estuvo financiando y entrenando mercenarios, la policía se puso del lado de los fascistas y no detuvo ni las golpizas contra las familias indígenas, ni la toma de edificios institucionales, sino que participó; el ejército no hizo nada para detener las agresiones contra las bases indígenas y campesinas, y al final terminaría posicionándose con los golpistas.

El pueblo dio la lucha de manera contundente contra los destacamentos fascistas para impedir que sea tumbado el primer presidente indígena de toda la Historia de Bolivia (desde la llegada de los colonizadores los indígenas fueron explotados y excluidos). Evo Morales no había seguido a rajatabla los dictados del gran capital (y por eso los magnates se lo quisieron quitar de en medio, y no quisieron reconocer su victoria electoral).

La OEA, que calla totalmente sobre la represión en Chile (calla acerca de las violaciones y mutilaciones perpetradas por los carabineros porque el gobierno chileno es totalmente funcional al saqueo capitalista), en cambio sí se lanzó contra Bolivia para aducir un supuesto fraude en las elecciones del 20 de octubre (ejerciendo su papel pro-imperialista). Ante las acusaciones de la OEA (que replicaban la versión de la burguesía golpista), Evo Morales invitó, con suma ingenuidad, a «verificadores de la OEA». Mientras tanto los mercenarios fascistas seguían infundiendo terror en las calles. Finalmente la OEA emitió su amañada decisión política, siendo el pistoletazo para los últimos pasos del Golpe de Estado en Bolivia, algo que era fuertemente previsible. Aday Quesada expresa: «El gobierno de Evo Morales ha cometido «errores» difícilmente explicables. Resulta absolutamente insólito que el Ejecutivo boliviano solicitara la «supervisión» de la OEA (Organización de Estados Americanos), para que procediera al peritaje y contabilización de los votos resultantes de las pasadas elecciones presidenciales. (…) esa solicitud de «arbitraje» a la Organización que más genuinamente representa los intereses estadounidenses en América Latina era una petición suicida, semejante a la de encomendar a un zorro la custodia de un gallinero. (…)el dictamen final de la OEA estaba rubricado antes de que se realizara la «inspección». La OEA dictaminó velozmente lo que correspondía al papel que los Estados Unidos le han encomendado»[1].

Los acontecimientos se encadenaron luego a una velocidad vertiginosa. La Policía se amotinó en varias ciudades. A la capital de Bolivia arribaron numerosas hordas fascistas provenientes de Santa Cruz. Los medios de comunicación del Estado y varios medios comunitarios fueron atacados. Varias casas de gobernadores fueron incendiadas por los mercenarios. El gobierno de Evo tenía en ese momento dos opciones: o ceder al chantaje del fascismo y caer en la trampa de llamar a nuevas elecciones, en medio del clima de terror que imponen los mercenarios de la burguesía, o bien radicalizar el proceso popular, tomando su fuerza de las masivas movilizaciones en su apoyo que seguían en las calles. Se decantaría a primeras horas del 10 de noviembre por llamar a nuevas elecciones, siendo que ya ganó en las elecciones del 20 de octubre, y que claramente la burguesía no se calmaría hasta tener en sus manos todo el poder (es decir, en eventuales nuevas elecciones el clima de terror impuesto por la herramienta fascista de la burguesía impediría a muchos votantes por Evo el acercarse siquiera a votar, y en el caso de que ganara Evo nuevamente, claramente la burguesía seguiría con la desestabilización). Pero ni siquiera el anuncio de Morales de llamar a nuevas elecciones fue suficiente para la burguesía: ese mismo 10 de noviembre la cúpula militar emitió un comunicado en el que se posicionó del lado de los golpistas, llamando a Evo Morales a renunciar. El pueblo boliviano sin embargo siguió masivamente en las calles dando la batalla contra las hordas fascistas y su pretensión de Golpe de Estado.

Tras el comunicado de alineamiento de la cúpula militar con el Golpe de Estado en curso, se llegó a presagiar lo peor: que Evo renunciara, quedando el fascismo con todos los poderes en Bolivia. La burguesía quería todo y al instante, no pretendía dejar siquiera que se realizaran unas nuevas elecciones. El mensaje fue claro: o gobierna el candidato elegido por Washington o nada. Tristemente no hubo que esperar mucho tras el comunicado golpista de los militares, para que Evo anunciara su renuncia, tal como lo exigieron los golpistas, tal como lo vino preparando el imperialismo estadounidense y la burguesía a través de su herramienta fascista. Tras esa renuncia, ante el Golpe de Estado consumado, las organizaciones sociales, campesinas e indígenas, quedaron a la merced del peor fascismo.

Es evidente que la inmensa mayoría del pueblo boliviano votó por Evo Morales, pues la mayoría de la población indígena y campesina, la clase trabajadora, lo apoyaba; pero la burguesía y el gran capital transnacional pretendían ya quitárselo de en medio para poder depredar con mayor voracidad los inmensos recursos de Bolivia. ¿Pero por qué renunció Evo tan rápidamente cuando tenía una fuerte base de apoyo popular en las calles? Los medios de la burguesía titularon que el presidente renunció, cuando está claro que fue un Golpe de Estado. La renuncia de Evo fue anunciada bajo un clima de terror y amenaza, tras varias renuncias de miembros de su gobierno, igualmente aterrorizados: «Renunciaron por salvar a su familia amenazada»[2], relató Evo en rueda de prensa. Las «renuncias» se produjeron bajo coacción: mediante el secuestro de familiares por parte de la herramienta fascista, que chantajeó a los representantes con asesinar a sus familiares si no dimitían y no pedían públicamente a Evo Morales que renunciara.

El Golpe de Estado en Bolivia se dio mediante la brutalidad fascista y el amedrentamiento; la mayor parte de la policía no estaba protegiendo al pueblo de los ataques de los mercenarios, los militares anunciaron que se alineaban con el Golpe de Estado. Como siempre, cuando la clase explotadora no consigue lo que quiere mediante unas elecciones, recurre al golpe militar y paramilitar, a la amenaza, al terror: prácticas mafiosas de un sistema putrefacto. La clase explotadora casi siempre consigue lo que quiere mediante las elecciones pues tiene el capital para imponer sus candidatos mediante millonarias campañas alienantes, pero cuando excepcionalmente gana algún candidato más afín a los intereses de la clase trabajadora, tiene los días contados.

Así está la guerra que la clase explotadora le hace a la clase explotada: ahora saca a su herramienta fascista, por todo el planeta, para intentar barrer a todos los gobiernos que no le sean totalmente funcionales, y para profundizar la tasa de explotación y saqueo que incrementa su acumulación capitalista. Los pueblos tienen sus manos desnudas para defenderse, y su consciencia de que si no vencen en la batalla contra la herramienta fascista de la burguesía, se vienen tiempos de mayor terror, represión, explotación, saqueo, empobrecimiento y barbarie. Mientras el capitalismo siga vivo, sigue en su seno viva su herramienta fascista, y sigue imperando la brutal injusticia social que hambrea pueblos y devasta la naturaleza.

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