¿Vale la pena vivir? Esa fue la pregunta que se planteó una y otra vez Albert Camus. Tras analizar al individuo contemporáneo, insertado en la maquinaria burocrática de nuestra sociedad y comprender sus contradicciones espirituales e intelectuales, este filósofo concluyó que muchas personas carecen de ilusiones, por lo que su existencia termina siendo absurda.
Cuando el hombre no puede soportar más ese nivel de absurdidad en su vida, se rebela. Esa es la razón, según Camus, por la que se producen motines y revoluciones con cierta regularidad. Sin embargo, el filósofo también pensaba que las revoluciones organizadas no son la solución al mundo absurdo en que vivimos, sino que es necesario que se produzca un cambio a nivel individual que pueda conferir sentido a la existencia humana. Diferentes frases de Albert Camus resumen su pensamiento y se convierten en un toque de alerta para todos y cada uno de nosotros.
Reflexiones de Albert Camus para repensar la vida que llevamos
1. “Nadie se da cuenta de que hay alguna gente que gasta una energía excesiva simplemente para parecer normal”.
Todos quieren ser únicos y especiales – pero dentro de la normalidad. Salir de la normalidad, escapar de sus muros de contención formados por las convenciones sociales, en realidad produce pavor. Esa es la razón por la cual tantas personas siguen las modas y se adaptan a los diferentes hitos vitales que ha estipulado la sociedad para ellas, les guste o no. Así terminan prisioneros de una paradoja, asfixiados por una doble atadura psicológica: ser especiales dentro la normalidad. Esa trampa termina robándoles una energía valiosísima que podrían utilizar en desarrollar su auténtico “yo”, en vez de perseguir una contradicción que les conduce inevitablemente a un callejón sin salida.
2. “Adquirimos la costumbre de vivir antes que la de pensar”.
Esta frase de Albert Camus se refiere al hábito de tomar decisiones precipitadas, actuar sin pensar, y solo después reflexionar sobre las consecuencias de nuestros actos, cuando poco o nada podemos hacer pues es imposible volver atrás. El filósofo se refería a nuestra tendencia a reaccionar en vez de responder, guiándonos por las emociones y los estereotipos en lugar de tomarnos un tiempo para analizar cuál es la mejor respuesta posible.
3. “He comprendido que hay dos verdades, una de las cuales jamás debe ser dicha”.
La realidad no es plana ni lineal. La verdad – o al menos algo parecido – suele encontrarse a mitad del camino entre dos narrativas que a menudo son radicalmente opuestas. Todo suceso tiene al menos dos versiones, dos maneras de ser vivido por las personas involucradas. Limitarse a escuchar la versión oficial – o solo la de una de las personas – implica dejarnos manipular, siendo conscientes de que hay una realidad más incómoda y menos conveniente que ha sido desterrada de la narrativa.
4. “La necesidad de ser correcto es la muestra de una mente vulgar”.
Las mentes brillantes tienen luz propia, por lo que les resulta muy difícil – cuando no francamente imposible – apegarse a los convencionalismos que dictan lo que es adecuado y lo que no. Las diferencias entre lo correcto y lo incorrecto suelen denotar un pensamiento dicotómico que no comprende la auténtica complejidad de la vida, donde nada es en blanco y negro, todo tiene matices. Por eso, Albert Camus creía que detrás de las propuestas dogmáticas suelen esconderse mentes reduccionistas que no han logrado escapar de los límites impuestos por la sociedad en que les ha tocado vivir.
5. “No ser amados es una simple desventura; la verdadera desgracia es no amar”.
Con esta frase, Albert Camus pone el foco en nuestra capacidad para amar. Muchas personas buscan el amor, desean ser amadas, pero jamás se cuestionan su capacidad para amar. En realidad, todo lo que busquemos en los demás, primero debemos desarrollarlo en nosotros mismos. Y el amor no es una excepción. Aunque el escenario ideal es amar y ser amados, no debemos olvidar que experimentar el amor, aunque no seamos correspondidos, es una auténtica aventura emocional.
6. “El error consiste en creer que existen condiciones para la felicidad. Lo único que cuenta es la voluntad de ser feliz”.
La mayoría de las personas quieren ser felices, pero posponen continuamente esa felicidad hasta lograr alcanzar sus metas. Subordinan la felicidad a encontrar la pareja perfecta, el trabajo perfecto, la casa perfecta…. En realidad, se trata de excusas para retrasar una felicidad que a menudo se encuentra al alcance de la mano. Al fin y al cabo, ser felices no es una lotería, es una decisión personal que tomamos cada día.
7. “Todas las desgracias de los hombres provienen de no hablar claro”.
Las cosas no dichas, las medias verdades, las insinuaciones, los silencios ensordecedores… Muchas veces la complejidad de la comunicación humana juega en nuestra contra causando más problemas de los que resuelve. Una estrategia sencilla para despejar las dudas y evitar conflictos consiste en ser sinceros sobre nuestras necesidades, deseos y opiniones. No se trata de practicar un sincericidio, pero cuando se habla desde el respeto al otro y la asertividad, se promueve la honestidad, de manera que queda más espacio para el diálogo y el entendimiento.
8. “La única manera de lidiar con un mundo sin libertad es llegar a ser absolutamente libre para que tu existencia misma sea un acto de rebelión”.
“La sociedad del dinero y de la explotación nunca se ha encargado, que yo sepa, de que reinasen la libertad y la justicia”, escribió Albert Camus, quien también creía que la libertad es una mecha que se encuentra dentro de cada uno de nosotros. Al igual que Thoreau, Camus pensaba que resulta difícil cambiar el mundo, pero podemos cambiar nuestro mundo. Y ese pequeño/gran acto de rebelión puede ser la antorcha que ilumine, guíe y motive a los demás.
9. “Ellos mandan hoy… ¡porque tú obedeces!”
Para Albert Camus, “nada es más despreciable que el respeto basado en el miedo”. Por eso siempre intentó despertar la conciencia individual. De hecho, también afirmó que “con la rebelión nace la conciencia”. Conciencia no es constatar la existencia de nuestro «yo» sino comprender cuánto de ese «yo» es una construcción social. Por eso, en el fondo, ser plenamente conscientes de nosotros mismos es un acto revolucionario, una rebelión contra todos aquellos dogmas y normas que nos impiden ser nosotros mismos.
10. “No camines delante de mí, puede que no te siga. No camines detrás de mí, puede que no te guíe. Camina junto a mí y sé mi amigo”.
Se trata de una de las frases de Albert Camus más conocidas debido al valioso mensaje que encierra: toda relación que aspire a perdurar en el tiempo tiene que establecerse entre iguales, debe conectar dos esencias que se retroalimentan mutuamente para poder crecer, cada quien en su propia dirección y según sus necesidades. Tan dañino puede ser imponerse al otro como convertirse en alguien dependiente de él. La clave radica en ser dos individuos que se respetan, dejando espacio para que el otro pueda ser quien es.
10 frases de Albert Camus que son un toque de alerta para todos