El Misterio del Ser

«Todo lo que un ser humano puede hacer es maravillarse
ante el esplendor de la creación de Dios.»
Maestro Eckhart
Singularidad No-dual

Silencio y Vacuidad

¿De dónde viene la mente? ¿A dónde va? ¿Dónde está la fuente de la consciencia? ¿Dónde se crea la experiencia? La respuesta a todas estas preguntas es ninguna parte; todo es la misma realidad, la misma energía, sin origen ni principio. No existe una separación real entre pasado y presente, aquí y allá. Siempre estamos dentro de la realidad. Nuestra mente no está separada de la iluminación. ¿Cuál es entonces la diferencia entre la iluminación y la existencia ordinaria? El estado iluminado tiene una gran riqueza, apertura y plenitud de ser, mientras que el estado «samsárico» tiene un tremendo sufrimiento, ignorancia y confusión. Sin embargo, desde el punto de vista de «shunyata» [apertura absoluta] los dos estados coexisten; no

hay separación entre ellos. Cuando comprendamos que el fundamento de la iluminación no está en ningún lugar ni en ninguna persona, sabremos que nunca hemos estado separados de esta mente despierta. Veremos que la iluminación impregna todo nuestro ser y no puede separarse más de nosotros que el sonido puede separarse de la música. «Shunyata» es nada y todo. Toda nuestra experiencia está incluida en esta perfecta realización de apertura.

Tarthang Tulku, Hidden Mind of Freedom.

En la meditación auténtica ponemos el énfasis en estar conscientes: no en estar conscientes de los objetos, sino en descansar en la conciencia primordial. Esta conciencia primordial es la fuente de la que surgen y desaparecen todos los objetos. Al irte relajando en la conciencia, en la escucha, se irá atenuando la contracción compulsiva de la mente sobre los objetos. Serás más consciente del silencio del ser, que te da la bienvenida al descanso y a la aceptación. Si tu actitud es de abierta receptividad, exenta de cualquier objetivo o anticipación, tu condición natural de silencio y quietud se manifestará con más facilidad.

Adyashanti, The Impact of Awakening.

La soledad de lo que es ordinario, imaginario y falso es algo muy grandioso. Significa que por primera vez sé que «yo soy». Es una soledad libre de todo lo conocido y de todo lo que no es ahora, el momento presente, fuera del tiempo. Esta soledad aparece como un vacío. Pero no es un vacío de la desesperanza. Es una transformación completa de la calidad del pensar. Cuando la mente está libre de toda cháchara, de todos sus miedos, sus quereres y pequeñeces, se vuelve silenciosa. Entonces viene una sensación de una completa nulidad que es la esencia misma de la humildad. Al mismo tiempo, siento realmente que entro en otro mundo, un mundo que parece más real. Soy una partícula de una realidad mayor. Experimento la soledad no porque algo falta, sino porque todo está, todo está aquí.

Jeanne de Salzmann, The Reality of Being.

Cuando vamos más allá de los últimos vestigios del pensamiento dualista, nos convertimos en lo Incognoscible. Cuando la identificación con el cuerpo-mente desaparece, lo único que queda es el juego efímero de la energía – el aparecer y desaparecer de las sensaciones. Escucha las palabras del Buda: “En lo que se ve, solo debe haber lo visto, en lo que se escucha, solo debe haber lo escuchado, en lo que se percibe, solo debe haber lo percibido, en lo que se piensa, solo debe haber lo pensado ”. ¿A qué se está refiriendo? Amaro Bhikkhu lo interpreta de esta manera: “Hay formas, colores, etc., pero no hay nada (ninguna cosa) ahí. No hay verdadera sustancia, ni solidez, ni realidad autoexistente. Todo lo que hay es la cualidad de la experiencia misma. Ni más, ni menos”. No tenemos más sustancia que las notas de una sonata tocada con una flauta, que sale de la nada y desaparece con la misma rapidez. La libertad mística es radical y absoluta: nuestros límites desaparecen y nuestra unidad con el Todo nos inunda. Nos convertimos en la libertad misma, el fugaz y evanescente flujo de lo que es.

John Greer, Seeing, Knowing, Being.

Hay un océano de quietud en el que vivimos, que impregna todo lo que nos rodea. Mientras el movimiento nos llame la atención, no tenemos contacto con esta quietud. Si podemos retirar parte de nuestra atención de las actividades de nuestros centros, sus movimientos, entonces podemos al mismo tiempo entrar en contacto con esta quietud… Todos ustedes han probado esta quietud, este silencio viviente, en un momento u otro. Y, cuando lo experimentas, sabes que es algo que es inmóvil e inmutable, así que cuando lo encuentras y parte de ti se fusiona con él, no estás en el tiempo de la manera ordinaria, porque el tiempo para nosotros es algo que asumimos del movimiento, del cambio, la sucesión. Y aquí, cuando participamos en esta quietud – en ella, no hay movimiento, no hay cambio, no hay sucesión. De esta manera, no está limitada por el tiempo tal como lo conocemos. Tampoco está limitada en absoluto por el espacio tal como lo conocemos, por lo que tiene un elemento de lo infinito y un elemento de lo eterno. Y está abierta a todos nosotros para experimentarla. Es a través de este contacto que estamos conectados con el fundamento mismo de nuestra existencia, con una fuente de fuerza y ayuda interior.

Hugh Brockwill Ripman, Questions and Answers Along the Way.

La presencia es el conocimiento directo de que toda experiencia no tiene fundamento; simplemente surge y desaparece. Aquí es donde nos abrimos al misterio del ser. Comenzamos preguntando: «¿Qué es la experiencia?» La experiencia consiste en pensamientos, sentimientos y sensaciones, y todos surgen en la mente. Por lo tanto, hacemos la siguiente pregunta, «¿Qué es la mente?». No vemos nada, pero en esa nada, la claridad de la conciencia está presente. La mente no es simplemente nada. Es vacía, ninguna cosa, y claridad al mismo tiempo. Nada impide el surgimiento de la experiencia. Los tres aspectos de la mente –vacuidad, claridad y experiencia sin impedimentos– son el verdadero misterio del ser. En el espacio abierto de la conciencia, la experiencia surge y desaparece, pero lo que surge no está separado de la conciencia. La presencia descansa en la conciencia, sabiendo que la naturaleza de la mente es vacía, clara y sin impedimentos, y sabiendo que no hay separación de lo que experimentamos.

Ken McLeod, Wake Up to Your Life.

Aprendemos a ser conscientes de la vida y del Ser encarnado en nosotros, conscientes de un orden rítmico en el que estamos incluidos. Esto no es cuestión de observar desde afuera, y mantenernos separados, sino ser uno con la experiencia y ser transformados por ella. Por lo general, no puede transformarnos porque nos desconectamos de la realidad, perdidos en nuestro «yo» ordinario. La verdadera consciencia está enterrada y desempeña un papel secundario. Debemos dejar que todas nuestras imágenes e ideas preconcebidas se disuelvan para tomar conciencia de su origen. Tenemos que dejar que emerja la consciencia y desempeñe el papel principal. Entonces uno puede vivir de acuerdo con el Ser. Este reconocimiento activo de la vida interior trae un sentido de obligación de escuchar la «consciencia», de cambiar y vivir de acuerdo con lo que comprendemos. Finalmente, un hombre llega a la sumisión y a confiar en la vida y en el Ser. Se entrega al movimiento cósmico de flujo y reflujo, comprendiendo con todo su ser que todas las formas son creadas en el vacío, en silencio, y se reabsorben una vez que han cumplido su papel. Comprende que se encuentra a sí mismo perdiéndose a sí mismo. Se libera de ciertos límites subjetivos, pero se da cuenta de que su Ser es un participante responsable en la gran vida del universo. Él participa en el Todo.

Jeanne de Salzmann, The Reality of Being.

El silencio, la quietud y la conciencia no son estados y, por lo tanto, no pueden ser producidos o creados. El silencio es el no-estado en el que todos los estados surgen y desaparecen. El silencio es en sí mismo el testigo eterno sin forma ni atributo. A medida que descansas más profundamente como el testigo, todos los objetos adquieren su funcionalidad natural, y la conciencia se libera de las contracciones e identificaciones compulsivas de la mente, y regresa a su no-estado natural de Presencia. La simple pero profunda pregunta «¿Quién soy yo?» puede entonces revelar a uno mismo que no es la tiranía interminable de la personalidad del ego, sino la Libertad del Ser sin objeto – la Consciencia Primordial en la que todos los estados y todos los objetos van y vienen como manifestaciones del Ser eterno no-nacido que TÚ ERES.

Adyashanti, The Impact of Awakening.

Tener acceso a ese reino sin forma es verdaderamente liberador. Lo libera del vínculo y la identificación con la forma. Es vida en su estado indiferenciado, anterior a su fragmentación en la multiplicidad. Podemos llamarlo lo No Manifestado, la Fuente invisible de todas las cosas, el Ser que hay en todos los seres. Es un reino de profunda quietud y paz, pero también de alegría e intensa vividez. Siempre que usted está presente, se vuelve en alguna medida «transparente» a la luz, a la pura conciencia que emana de esta Fuente. Usted también se da cuenta de que la luz no está separada de lo que usted es sino que constituye su misma esencia.

Eckhart Tolle, The Power of Now.

Este silencio es algo que está presente todo el tiempo. Es el fondo normalmente desconocido en el que escuchamos el ruido, al igual que la pantalla en la que vemos la película. Vemos la alternancia de luz y oscuridad sin ver normalmente la pantalla. Cuando pensamos en el silencio de manera ordinaria, pensamos en la cesación del ruido, pero este silencio es bastante diferente. Está en otra dimensión. No solamente es, como debe haber experimentado, una ausencia de ruido o sonido, sino un silencio viviente. Nuestras vidas ordinarias están llenas de experiencias que se experimentan en el tiempo y el espacio, y la razón por la que interpretamos las experiencias en términos de tiempo es porque cambian. Si nada cambiara, no tendríamos ninguna medida del paso del tiempo. Y si uno hace contacto con este silencio viviente, no hay cambio, por lo que este silencio no es del mundo que está limitado por el tiempo.

Hugh Brockwill Ripman, Questions and Answers Along the Way.

Todo sube y baja, aparece y desaparece. Sin embargo, detrás de estos movimientos, algo permanece quieto, inmutable. Debo tomar conciencia de ello, no permanecer en la superficie, sino concentrarme lo más profundamente posible en un nivel que apenas puedo penetrar, y mucho menos permanecer… Cada día tengo que dar todo el tiempo que sea necesario –a veces más, a veces menos– para llegar a una percepción clara de una Presencia interna, una vida en mí que es mucho más elevada que mi cuerpo. Necesito conocer esta Presencia como algo realmente existente, no simplemente una posibilidad que a veces alcanzo.

Jeanne de Salzmann, The Reality of Being.

No hay muerte. La vida no puede morir. El revestimiento se agota, la forma se desintegra. La muerte es un fin – el fin de todo lo conocido. Es algo aterrador porque nos aferramos a lo conocido. Pero la vida es. Siempre está aquí, incluso si para nosotros es lo desconocido. Podemos conocer la vida solo después de conocer la muerte. Debemos morir a lo conocido y entrar en lo desconocido. Necesitamos morir voluntariamente. Tenemos que liberarnos de lo conocido. Una vez libres, podemos entrar en lo desconocido, el vacío, la quietud completa, donde no hay deterioro – el único estado en el que podemos descubrir qué es la vida y qué es el amor.

Jeanne de Salzmann, The Reality of Being.

La Realidad Intemporal

Necesitamos darnos cuenta de que todas las cosas son impermanentes. Cambian, nacen, tienen su vida, mueren. Son impermanentes ciertamente en diferentes escalas. Algunas son partículas subatómicas; su vida se limita a una pequeña fracción de nuestro tiempo que es inimaginablemente pequeño, quizás una millonésima de una millonésima de una millonésima de segundo, un tiempo que no podemos ni imaginar cuán corto es. Algunas otras vidas pueden durar miles de millones de años. Pero todo en el universo tiene su vida; nace, dura un cierto tiempo y muere en esa forma. Pero detrás de todo esto está el Ser. Y a medida que llegamos a conocer, detrás de toda esta actividad que constantemente consideramos nuestra vida, a medida que conocemos la experiencia del ser, nos damos cuenta de que no estamos y nunca podemos estar solos.

Hugh Brockwill Ripman, Questions and Answers Along the Way.

El Ser es la Vida Una, eterna, siempre presente, que está más allá de las miles de formas de vida que están sujetas al nacimiento y a la muerte. Sin embargo, el Ser no sólo está más allá sino también profundamente en el interior de cada forma como su esencia más invisible e indestructible. Esto significa que es accesible a usted ahora, como su propio ser más profundo, como su verdadera naturaleza. Pero no busque asirlo con su mente. No trate de comprenderlo. Sólo puede conocerlo cuando la mente está en silencio, cuando usted está presente, completa e intensamente en el Ahora. Recuperar la conciencia del Ser y permanecer en ese estado de «sensación-realización» es la iluminación.

Eckhart Tolle, The Power of Now.

Los diferentes campos en los que el ser humano tiene experiencias son el pensar, el hacer, el percibir y el sentir. Estas experiencias cambian de un momento a otro, pero la única experiencia constante que no cambia es la experiencia inmutable del «principio YO SOY», la pantalla en la que aparecen y desaparecen las otras experiencias. Con esta profunda comprensión, el sabio ignora las experiencias fugaces y permanece anclado en la experiencia central Yo Soy, en paz, armonía y satisfacción, en belleza y amor. Cuando el pensar-hacer-percibir-sentir desaparece, el aparente pensador-hacedor-perceptor-sensor también desaparece, y yo permanezco como la pura Consciencia. La persona ignorante, en su confusión, cree que el cuerpo-mente vive, mientras que de hecho muere al final de cada percepción, pensamiento, sentimiento o acción. Es el principio YO SOY el que continúa sin cambio durante todo este proceso. El hecho es que el principio YO SOY y la «realidad» fenoménica manifestada solo pueden ser Uno y no dos. La verdadera «realidad» no es ni lo conocido ni lo desconocido, sino la base o fundamento de ambos. En otras palabras, el YO SOY subjetivo y la manifestación objetiva son uno y lo mismo.

Ramesh Balsekar, Confusion No More.

M: Más allá de la mente movible está el fondo inmutable de de la conciencia, que nunca cambia. La mente tiene que llegar a conocer al verdadero ser y respetarlo y dejar de cubrirlo, como la luna que obscurece al sol durante un eclipse solar. Dese cuenta de que nada observable ni experimentable es usted, ni lo limita a usted.

P: Para hacer lo que me dice tengo que ser consciente todo el tiempo.

M: Lo que necesita es ser consciente de que es consciente. Sea consciente deliberada y conscientemente, amplíe y profundice el campo de la conciencia. Usted siempre es consciente de la mente, pero no es consciente de sí mismo como ser consciente.

Sri Nisargadatta Maharaj, I Am That.

La presencia es la fuente de toda experiencia. Cuando el acento se pone en ser consciente, y no en el pensamiento ni en la percepción, gradualmente nos relajamos profundamente, tanto en el nivel neuromuscular como en el plano mental. Si observamos desinteresadamente el surgimiento y desaparición de todos los estados que experimentamos, pronto nos daremos cuenta de que cada estado, cada percepción, cada pensamiento se reabsorbe en un desconocido tácito, sabiendo que es. Esta continuidad es la única realidad, que está ahí antes de que comience la actividad. Sumérgete profundamente en esta quietud cada vez que se sienta. No puedes esperar que aparezca la realidad, porque siempre es. Los acontecimientos aparecen y desaparecen. Nunca olvides el carácter pasajero de toda experiencia, esto es todo lo que necesitas hacer y la puerta a la gracia se abrirá ante ti.

Jean Klein, I Am.

Con la consciencia, veo lo que es, y en la experiencia «Yo soy», me abro a lo divino, lo infinito más allá del espacio y el tiempo, la fuerza superior que las religiones llaman Dios. Mi ser es el Ser. Ser uno, completo frente a la vida, es todo lo que importa. Mientras sigo consciente de esto, siento una vida dentro de mí y una paz que nada más puede darme. Estoy aquí, vivo, y a mi alrededor existe todo el universo. La vida que me rodea está en mí. Siento esta vida universal, la fuerza del universo. Y siento que existo como parte del mundo que me rodea. Aquí todo ayuda, incluso el cojín en el que me siento. Estoy presente, despierto a lo que soy. Y veo que lo más importante es ser. Lo sé, ahora, y como lo sé, me siento relacionado con todo lo que me rodea. No hay antes, no hay después, solo la vida misma. Tengo la impresión de salir de un sueño. Todo es real. Me siento libre y en paz. En este estado, no busco, no deseo, no espero nada. Solo hay lo que «yo soy» en este momento. Ahora sé cómo estoy aquí y por qué estoy aquí.

Jeanne de Salzmann, The Reality of Being.

Usted sabe que está sentado aquí. Esté atento sólo a ese conocimiento. Sea en su eseidad. Aférrese a eso; no ha de hacerse nada más. Devenga uno con eso y todas sus necesidades estarán satisfechas. Haga lo que haga, su atención debe estar ahí. Cuando usted come alimento, ¿quién come? Sólo esa Eseidad. Todo lo que usted hace es la eseidad; preste atención a esa eseidad.

Sri Nisargadatta Maharaj, Seeds of Consciousness.

El mundo que vemos ahora está lleno de diversidad. Debemos practicar ver la fuerza unificadora, el espíritu unificador que es el sustrato para toda esta manifestación. Ese es el Ser, la realidad, Dios, o el nombre que le des. Al igual que en el cine, la pantalla panorámica es el sustrato de la manifestación, y lo que está sucediendo aquí en este universo es el filme, la película. Siempre se está moviendo pero la pantalla es permanente. Si sabemos que lo que vemos en el mundo se está moviendo, entonces nos hemos dado cuenta de la Verdad y no vemos el mundo como tal. Lo vemos solo como algo móvil dentro de la existencia inmóvil o inmutable. Entonces el mundo tiene una forma diferente para nosotros, no lo vemos como diversidad, lo vemos como uno.

Premananda, Blueprints for Awakening.

¿Qué es real: aquello de lo que soy consciente, o la consciencia misma? En el fondo de mi ser ya soy lo que busco. Este es el ímpetu de toda mi búsqueda. Cuando la consciencia está aquí, me doy cuenta de que la consciencia soy yo. Yo y todo lo que me rodea somos la misma consciencia. Mi verdadera naturaleza es la consciencia. La búsqueda de mi ser se convierte en la búsqueda del Ser, cada vez más profunda. El Creador aparece como el «Yo», el «Ser». Ya sea que se manifieste o no se manifieste es irrelevante cuando uno permanece vuelto hacia él. No hay objetos que conocer. El Ser es siempre el Ser. Cuando se conoce la verdadera naturaleza, hay Ser sin principio ni fin – consciencia inmortal.

Jeanne de Salzmann, The Reality of Being.

Usted es lo que es en todos los momentos de su vida, pero nunca es consciente de ello, salvo, quizás, en el momento de despertarse del sueño. Lo único que necesita es ser consciente de ser, no como una afirmación verbal, sino como un hecho siempre-presente. La conciencia de que usted es, le abrirá los ojos a lo que usted es. Es todo muy sencillo. Antes que nada, establezca un contacto constante consigo mismo, esté consigo mismo todo el tiempo. Todas las bendiciones fluyen hacia la conciencia de sí. Comience como un centro de observación, de reconocimiento deliberado, y crezca hasta convertirse en un centro de amor en acción. «Yo soy» es una pequeña semilla que se convertirá en un poderoso árbol, de forma muy natural y sin ningún esfuerzo.

Sri Nisargadatta Maharaj, I Am That.

Tú eres quien lo ve todo, lo sabe todo y observa todo lo que está sucediendo. Eres la fuente inmóvil y silenciosa de todo lo que es, el Ser que anima el cuerpo-mente, el Ser en el que surge todo, incluido el individuo aparente. Ese Ser, esa conciencia, es lo que eres. No eres una parte del todo, sino la fuente del todo. Porque tú eres, todo lo demás es. Todo lo que vemos, todo lo que pensamos, es nuestra historia de vida, lo que creemos que es el mundo, es solo una apariencia del Ser y del amor incondicional que aparece como la invitación para abandonar el sentido del «yo», para abandonar la idea de que hay alguna separación, para abandonar la idea de que hay un individuo sentado en esta sala. Solo existe el Ser, viviendo en y como cada cuerpo-mente aparentemente diferente.

Tony Parsons, Invitation to Awaken.

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