Las personas cambiamos, bien como efecto de la experiencia o, simplemente, porque lo necesitamos. Sea como sea, no siempre es fácil asumir los cambios de quienes nos rodean, como tampoco lo es, que los demás entiendan los propios.
¿Por qué cambian las personas? Decía William James que el carácter del ser humano es como el yeso, nunca se altera. Sin embargo, como bien sabemos, esto no es del todo cierto. A menudo, figuras que nos son muy cercanas nos sorprenden con reacciones inesperadas, con pasiones muy distintas a las que solían tener y hasta con comportamientos diferentes.
Todo ello no es ni bueno ni malo, forma parte de esa vasta complejidad que tanto nos define; también a nosotros mismos. El cambio es algo habitual, nuestra personalidad no está grabada en piedra, sino que se erosionan algunos aspectos, se modelan otros con nuestras experiencias, trazando así, un relieve que varía a lo largo de nuestro ciclo vital.
De este modo, y aunque nuestra esencia permanezca encerrada en ese cubículo de hueso que es el cráneo, trascendemos más allá de sus paredes para relacionarnos, para sentir, observar y experimentar. Hay hechos, circunstancias personales que nos impactan de diversas maneras y generan en nosotros un cambio. Otras veces, somos nosotros mismos quienes propiciamos nuevas conductas, quienes nos inclinamos por otros intereses porque lo creemos conveniente.
De este modo, quien ha mantenido una relación codependiente durante años puede decidir dar fin a ese vínculo. Tras hacerlo, siente incluso la necesidad de mejorar ciertos aspectos de su personalidad, tales como la autoestima, el autoconcepto, la asertividad, la resolución…
En esencia, el cambio en el ser humano no solo es real, sino que es bastante común. Sin embargo, a nivel relacional todo ello puede cogernos por sorpresa, identificando reacciones frente a las que no siempre estamos preparados.
«Si hay algo que nos gustaría cambiar en nuestros hijos, deberíamos examinarlo y preguntarnos primero si ese matiz no es algo que deberíamos cambiar en nosotros mismos».
-Carl Gustav Jung-
¿Por qué cambian las personas? Aspectos que debemos tener en cuenta
Si nos preguntamos con cierta molestia por qué cambian las personas, se debe básicamente a un hecho. Un cambio es una amenaza a la estabilidad; un comportamiento diferente y no esperado es casi como una señal de alarma.Algo para lo cual no estamos preparados y que nos cuesta aceptar.
«¿Por qué mi pareja dice ahora que ya no quiere salir en bici conmigo los fines de semana si siempre lo hemos hecho?» «¿Por qué esa amiga ahora queda con otra gente y no conmigo?» «¿Cuál será la razón por la que mi hijo tiene ahora esas aficiones tan inesperadas?»Podríamos dar mil ejemplos de todas esas situaciones donde un cambio en los demás, suscita en nosotros incertidumbre y extrañeza.
La personalidad no es siempre un factor capaz de predecir a la perfección el comportamiento humano. Podemos, por ejemplo, conocer muy bien a un hermano, a nuestra pareja, a nuestros hijos; sin embargo, es imposible saber al 100% qué van a hacer en cada momento.
Por mucho que anhelemos saber a ciencia cierta cómo van a reaccionar los demás, estamos obligados a asumir un elevado porcentaje de inconsistencias.
Profundicemos en el tema.
Las personas cambiamos con los años
El cambio en el ser humano no solo es real, sino necesario. Cambiar también es madurar, es despertar conciencias y valías para afrontar mejor nuestra realidad en base a necesidades y también pasiones. A esta misma conclusión se llegó en un estudio internacional llevado a cabo en el 2017 por varias universidades, donde entender por qué cambian las personas.
Todos cambiamos a lo largo de los años, y lo hacemos precisamente en base al conocido modelo de los 5 grandes de personalidad, es decir, según esos cinco factores que estructurarían el carácter humano. Es decir, madura y cambia nuestra estabilidad emocional, la apertura a la experiencia, nos volvemos más o menos extrovertidos, más o menos introvertidos, controlamos un poco más la impulsividad, etc.
¿Por qué cambian las personas? Por un mecanismo de supervivencia
Un cambio a tiempo es un acto de supervivencia. Esto es algo que desde el área de la psicología clínica se tiene muy claro; es más, si el cambio no fuera posible en el ser humano, no podríamos reponernos de nuestras adversidades, de nuestros problemas y de muchos de nuestros trastornos mentales.
Por tanto, es esencial generar nuevos patrones de pensamientos y conductas para salir de esas situaciones que nos hacen daño, sean cuales sean. Es más, a pesar de que nuestro cerebro sea tan resistente a los cambios, está preparado para ellos por una cuestión de instinto y supervivencia. No obstante, eso sí, para que esto suceda se necesitan dos factores: darnos cuenta de que debemos cambiar y comprometernos a ello.
Hay que aceptar los cambios, en nosotros mismos y en los demás
Todos nos hemos preguntado alguna vez por qué cambian las personas. Y lo hacemos, sobre todo, porque esos cambios, en ocasiones, nos han causado sufrimiento. Para manejar un poco mejor dichas situaciones, sería acertado reflexionar sobre una serie de cuestiones:
- Si queremos a una persona lo más adecuado es aceptar cada uno de sus procesos. Todos estamos en constante crecimiento y, a veces, un cambio no es más que una necesidad interna que sale al exterior y que como tal, debemos entender.
- La aparición de un cambio en los demás no es algo súbito. Surge de manera gradual y algo así debe hacernos preguntar cuál puede ser el desencadenante. A veces puede haber algún problema mediando tras ciertas reacciones. Otras, se debe a la aparición de otros intereses e inquietudes.
- Otro factor a tener en cuenta son las altas expectativas que a veces ponemos en los demás. Creemos que lo sabemos todo de ese compañero, de esa persona cercana y de pronto, nos sorprenden con algo inesperado. Tal vez, no los conocíamos verdaderamente y no eran como creíamos.
Para concluir, tal y como decía Charles Darwin, quien logra sobrevivir no es el más fuerte o el más inteligente, es quien maneja mejor los cambios, quién los genera y se adapta a ellos.Cada uno de nosotros los viviremos en más de una ocasión e incluso los generaremos voluntariamente; aceptemos, por tanto, los de los demás.
https://lamenteesmaravillosa.com/por-que-cambian-las-personas/
En algunos casos, muchos más de los que solemos creer, las » sorpresas » reactivas de los demás son, en realidad, el resultado de una incorrecta comprensión de ellos por nuestra parte. Nos formamos una idea de alguien que no se corresponde con quien es ése alguien en verdad y llega un momento en que esa inadecuación se hace notoria e innegable.
Aqui aparecen expresiones como : » me tenía engañado «, » no me esperaba que fuese así «, » ya no es como era «……. lo cierto es que nuestra comprensión del otro era deficiente. Nos habíamos hecho una idea ( nuestra ) del otro que no era la realidad del otro.
¿ Por qué cambian las personas ?
Pues porque todo fluye y nada permanece, como ya dijo Heráclito. Y ése cambio ocurre en todas las esferas del ser, la personalidad humana incluida.