Niñas de 8 años tienen pechos por culpa del bisfenol de los plásticos

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¿El bisfenol A está relacionado con la pubertad precoz? Linda Birnbaum, toxicóloga; ha dirigido el Instituto de Salud Ambiental de EE.UU. y nos da algunas respuestas al respecto.

¿Edad?

Los científicos somos tan jóvenes como nuestra investigación y la mía en plásticos es cada vez más útil. Vivo en el triángulo de la Ciencia de Duke University. Vamos a dejar a nuestros hijos y nietos miles de partículas de plástico que no desaparecerán de su cuerpo ni del planeta. Colaboro con ISGlobal-La Caixa.

Sabe cuál fue mi regalo de boda?

¿Un viaje al Caribe?

Un juego completo de vajilla y cubertería. ¡De plástico! Me encantó. Era más moderno que el de plata y nos parecía que podía ser igual de duradero.

Hoy sería un regalo insultante.

Y entonces no sabíamos que era un problema, porque esos plásticos son demasiado duraderos. Tanto que se quedan en nuestra sangre y en nuestro cuerpo durante toda nuestra vida hasta perjudicarnos.

¿Cuánto tardamos en eliminarlos?

No los eliminamos. Si analizamos lo que usted o cualquiera excretamos en el lavabo, encontraremos miles de partículas de residuos plásticos.

¿Y por qué eso es tan malo?

Muchos tipos de esos plásticos los hemos testado en personas y sabemos que lo son; pero la mayor parte de esos plásticos son sustancias artificiales que hemos creado en laboratorios y no se encuentran en la naturaleza. Son un peligro.

¿Habla usted del PVC de muchas botellas?

Es uno de ellos. Hasta 1970 no nos dimos cuenta en los laboratorios de salud pública de que nos perjudicaban y logramos que se prohibiera su fabricación, pero todavía portamos o convivimos con el 70% de los que se fabricaron antes.

¿Es la peor amenaza tóxica que sufrimos?

Ojalá. En realidad, son menos preocupantes que otros compuestos que se fabricaron después, como los polifluorados.

¿Por qué?

Porque el PVC se degrada y desaparece lentamente; pero otros muchos que fabricamos, como los polifluorados, por ejemplo, no desaparecen nunca de nosotros ni del medio ambiente.

¿Cómo llegamos a fabricar eso?

El PFOA, ácido perfluorooctanoico, tiene moléculas de fluorina. La fluorina no es orgánica; es decir, sus átomos no se unen a los de carbono excepto en los dientes. Pero no confundamos ese proceso con la fluorización del agua potable o las pastas dentífricas. Nada que ver.

¿Para qué sirven entonces?

Servían para gran variedad de usos industriales que acaban en vestidos, calzados, utensilios…

Por ejemplo.

¿Hace usted montañismo?

Yo pensaba que eso era salud.

Y lo es, pero también es probable que sus botas de montaña, el impermeable y los objetos de camping estén cubiertos con compuestos de PFOA. Si hoy mismo va a comprarse un equipo de hiking o una nueva alfombra, lo más habitual es que hayan sido impermeabilizados con una capa de esos aislantes de PFOA.

Es estupendo cruzar un charco con esas botas impermeabilizadas y no mojarse.

Pero no es natural. Tampoco es natural que una alfombra no se manche. El milagro del PFOA que repele las manchas o las botas con las que te hundes en el agua y la nieve sin mojarte , en realidad, es una bomba de relojería.

Pero todo dura más con esa protección.

Ese es el problema: que el PFOA jamás desaparece y se acumula hasta niveles en los que nos perjudican a todos.

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Linda Birnbaum,
toxicóloga

¿Cuáles? ¿Cuándo? ¿Qué daño nos harán?

Tras estudios con grupos de más de 70.000 personas, sabemos que se han asociado con riesgo de cáncer, efectos en nuestro sistema hormonal, hipertensión durante el embarazo, aumento del colesterol y grasas en hígado y sangre y degradación del sistema inmune.

¿Alguna otra enfermedad en concreto?

Sabemos también que puede perjudicar el efecto preventivo de las vacunas. Y no hablo de ensayos en ratas; hablo de ensayos en monos. Y ya no sólo estamos analizando el PFOA, sino muchos otros compuestos que no existían en la naturaleza hasta que los creamos y que no sabemos qué efecto tendrán sobre ella y nuestros cuerpos; y menos a largo plazo, aunque ya estamos comprobando que los hay tóxicos.

¿Cuáles de esos otros le preocupan?

Todos, pero hay otro ejemplo: el plástico con que se solían fabricar la mayoría de vasos y platos que revolucionaron las cocinas.

¿Como los de su boda?

Exacto. No se rompen, pero ese es el problema: no podemos librarnos del material del que están hechos, el BPA (bisphenol-A).

Ni idea.

Pues está en todas partes desgraciadamente desde 1930. Fue sintetizado por las farmacéuticas como estrógeno, pero enseguida se hallaron otros mejores. Después se usó para endurecer los plásticos, pero seguía siendo un estrógeno y tenía efectos sobre nuestras hormonas. Y se usaba mucho para fabricar biberones.

¿Cuáles?

Entre otros, adelantaba la pubertad de las niñas y les hacía tener pechos a los 8 años. Fue prohibido, pero aún sigue en nuestros cuerpos y en el medio. Y hay otros muchos plásticos dañinos.

¿Cómo evitar volver a ingerirlos?

Aún no hemos aprendido a analizar antes de fabricar no sólo lo útil que resultará un producto ahora, sino también si será un veneno dentro de cincuenta años. Eso es lo que hay que hacer.

Eso sería una revolución del consumo.

Sería aceptar que una botella de vidrio si se cae al suelo se rompe; y que una alfombra puede mancharse y que envolver el bocadillo con plástico protege el bocadillo; pero tanto, que degrada para siempre el planeta.

Por Lluis Amiguet

Ecoportal.net

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