Anne Hidalgo gobernará país cinco años más. Su impresionante victoria en las pasadas elecciones municipales francesas sirven como lección para miles de alcaldes europeos. Es posible llegar al poder y mantenerlo sobre un programa de reforma urbana radical. La campaña de Hidalgo ha pivotado sobre la transformación de París, la exclusión del coche, la peatonalización y el impulso de la bicicleta. Sobre postulados verdes.
Y ha triunfado. Ahora le toca ponerse manos a la obras.
¿Por dónde empezar? Cuando presentó su ambicioso programa electoral en enero, Hidalgo destacó la remodelación de los grandes bulevares parisinos y la creación de una «ciudad de quince minutos«, en la que cualquier vecino tuviera a menos de un cuarte de hora todos los servicios que pudiera necesitar. Son ideas ambiciosas, pero complejas de ejecutar. Una más discreta y sencilla pasó más desapercibida.
Retirar el 72% de los aparcamientos exteriores.
Cómo. Como ya hiciera Oslo en su día: transformándolos o bien en zonas caminables o bien en carriles bici. El equipo de gobierno de Hidalgo aspira a finiquitar más de 60.000 plazas de aparcamiento al aire libre sobre un total de 83.500. Gran parte del tráfico interno de las ciudades (hasta el 30% de los desplazamientos en un momento dado) es de agitación, coches que simplemente buscan un hueco donde estacionar.
También generan un incentivo para poseer un coche sin costear una plaza privada o para acudir al centro de las ciudades en vehículo privado, en lugar de en transporte público. Esto genera externalidades negativas para los vecinos del centro de la ciudad, para beneficio de aquellos de la periferia o de municipios vecinos. Todo esto ha conducido a muchas ciudades (Ámsterdam, Bruselas, Oslo) a declarar la guerra al aparcamiento.
Medidas. Los gobiernos municipales tienen muchas herramientas para atajar o modular el problema. Uno de ellos, el más tradicional, había consistido en la creación de zonas de estacionamiento para residentes. Como un estudio (PDF) sobre Barcelona evidenció, esto generó otro problema: al poder aparcar en la calle, la tasa de propiedad de vehículos entre los vecinos aumentó en hasta 3,59 coches más por cada 1.000 habitantes.
Retirada. Lo más fácil y tajante: quitarlos. La punta de lanza de un programa de reformas mucho más integral. Hidalgo desea que todas las calles de París sean pedaleables, es decir, que cuenten con carriles bici. Tan impresionante reconversión brotará de los aparcamientos de superficie. París aún contará con más de 600.000 domésticos y privados, muchos de ellos subterráneos. Pero al aire libre y públicos, menguarán.
Quince minutos. Su gobierno lleva años batallando contra el vehículo. En 2015 institucionalizó los «días sin coche», y en 2016 prohibió parcialmente la circulación en una de las orillas del Sena (posteriormente revocado por la justicia). Sus planes para un nuevo urbanismo han encontrado fuertes resistencias, de ahí que su victoria en las municipales representen un espaldarazo crucial a la transformación de París. Ahora legitimada.
Entre otras cosas, Hidalgo y su equipo apuestan por un «urbanismo de proximidad», donde el coche deja de ser necesario. Tiendas, servicios y ocio muy cerca, y cuando no, accesibles mediante la bicicleta. Más zonas verdes, un transporte público mejor mallado y una apuesta por la economía local. L base ya existe: entre 1999 y 2016 el porcentaje de parisinos con uno en propiedad ha pasado del 44% al 35%.
Ahora tendrán todavía menos incentivos.
Imagen: Kamil Zihnioglu/AP
https://magnet.xataka.com/en-diez-minutos/paris-futuro-no-tendra-coches-su-alcaldesa-va-a-empezar-quitando-60-000-aparcamientos