La OPEP acordó mantener su producción de petróleo en un nivel diario de 30 millones de barriles este miércoles, pero se dejó a criterio de sus 12 miembros cumplir voluntariamente ese tope, sin sobremodulación.
Antes de las conversaciones del miércoles, Irán había buscado una menor producción para el cartel, lo que elevaría los precios. Pero, al parecer, cedió ante Arabia Saudita, que quería mantener los niveles y es quien efectivamente establece la política de la OPEP como el mayor productor.
A pesar del compromiso, las tensiones entre Irán y Arabia Saudí han eclipsado gran parte de la reunión.
La declaración de la OPEP dijo que la meta incluye a Libia, que está aumentando su producción después de la guerra civil. Los delegados de Libia dicen que el país está bombeando cerca de 1 millón de barriles por día y planea llegar hasta los niveles de pre-guerra civil de alrededor de 1,6 millones de barriles por día en seis meses.
La declaración de la Organización de Países Exportadores de Petróleo dijo que los miembros habían acordado voluntariamente bajar mas la producción «para garantizar el equilibrio del mercado y unos precios razonables», si en el futuro la oferta mundial superara a la demanda.
Pero al dejar en manos de los miembros recortar la producción si es necesario, la organización reconoció que efectivamente había abandonado los esfuerzos para actuar como un regulador único del mercado del petróleo. La cifra de 30 millones ya representa una sobreproducción del 11 por ciento de los objetivos establecidos hace tres años, la última vez que la OPEP estableció cuotas de producción en los distintos países.
El Secretario General de la OPEP, Abdullah al-Badri, dijo que las nuevas cuotas se discutirán en la próxima reunión de la OPEP en junio, una vez que Libia esté produciendo a pleno rendimiento.
La decisión del miércoles debería apaciguar los precios de Irán y sus aliados y el precio de Arabia Saudita y los otros países del Golfo y evitar una repetición de las estériles conversaciones del pasado mes de junio en la OPEP, cuando los ministros de petróleo mostraron públicamente su desacuerdo en la cantidad de petróleo a vender. Arabia Saudí marcó aquella como la peor reunión de la OPEP hasta el momento. Esta vez, estaban deseosos de tapar las divisiones.
El resultado es «bueno para la OPEP, bueno para los saudíes, bueno para el mercado, y los iraníes son felices así,» dijo el analista John Hall, frente a las diferentes necesidades de los jugadores en Viena – la necesidad de la OPEP de unidad, la afirmación de Arabia como quien lleva la primacía de la OPEP, un mensaje a los consumidores de que la producción es estable y una señal de éxito para Irán, que presidió las conversaciones.
Al entrar en sus conversaciones a puertas cerradas, el ministro de Petróleo iraní Rostam Ghasemi dijo que se reunió con su homólogo Saudí, Naimi Ali y logró el compromiso de que los saudíes se abstendrían de inundar el mercado con petróleo extra en caso de que un embargo internacional de crudo iraní dañara la capacidad de Teherán para vender su petróleo.
Los EE.UU. piden garantías a Arabia de que están listos para recuperar el crudo iraní perdido en el mercado si aumentan las sanciones internacionales impuestas a Teherán. Ghasemi dijo que habló con Naimi y Naimi «rechaza» la idea de «sustituir el crudo iraní, si Irán se enfrenta (por ejemplo) a mas sanciones.»
Naimi fue circunspecto, descartando el asunto como «especulativo».
Las relaciones entre los sunitas de Arabia Saudita y los chiítas de Irán han sido tradicionalmente frías ya que los dos países compiten por la influencia regional y se han visto afectadas, además, en los últimos años por las preocupaciones de que Teherán puede estar trabajando para fabricar armas nucleares. Las recientes denuncias de EE.UU. de la participación iraní en un presunto complot para matar al embajador saudí en Washington han enfríado mas aún las relaciones.
Teherán ha negado las acusaciones y está tratando de hacer las paces. El portavoz del Ministerio de Exteriores iraní, Ramin Mehmanparast, reveló el miércoles que el jefe de inteligencia de Irán visitó Arabia Saudita. Irán se está moviendo para refutar las afirmaciones de EE.UU. sobre sus presuntos intentos de fabricar armas nucleares y convencer a Arabia Saudita de que Washington e Israel están tratando de sembrar la semilla de la discordia entre ellos.
El ministro de Inteligencia Heidar Moslehi se reunió con el príncipe heredero saudí Nayef bin Abdel-Aziz Al Saud, durante la visita del martes. El príncipe es también ministro del Interior del reino.
En Viena, Ghasemi dijo que cualquier intento de sancionar el petróleo de Irán y las industrias de refinación – como contempla la Unión Europea – «no es una decisión muy sabia.»
Arabia Saudita, el centro neurálgico de la OPEP, ya está produciendo cerca de 10 millones de barriles al día, aumentando su producción en un 1,3 millones de barriles diarios hasta llegar a alrededor de un tercio de la producción total de la OPEP. Es la única nación de la OPEP con esa capacidad adicional, y podría cubrir las interrupciones temporales causadas por el embargo de petróleo de Irán, que ahora está produciendo alrededor de 2,6 millones de barriles al día.
Jason Schenker, presidente de Prestige Economics, señaló, sin embargo, que ningún embargo reducirá la cantidad de petróleo en el mercado.
«Si los iraníes no pueden vendérselo a los europeos, se lo venderán a China», dijo. «Alguien comprará ese petróleo.»
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