En la capital de Suiza y en la misma calle donde Albert Einstein tuvo su hogar mientras era empleado de la oficina de patentes se conserva uno de los relojes astronómicos más interesantes de Europa y uno de los principales atractivos turísticos de la ciudad: la Zytglogge.
El nombre Zytglogge corresponde al dialecto alemán de Berna y podría traducirse como campana del tiempo, en referencia a los primeros relojes que anunciaban la hora. las primeras referencias a este nombre datan de 1413.
Cuando se construyó entre 1218–20 la Zytglogge es una de las torres de entrada de las fortificaciones occidentales de Berna. En esta época, la Zytglogge era un edificio de sólo 16 metros de altura. Cuando el rápido crecimiento de la ciudad y las ampliaciones adicionales de la fortificación relegaron la torre a un segundo plano (alrededor de 1270–75), se llevó a cabo una ampliación que la elevó 7 metros para que sobrepasara a las casas de los alrededores.
Entre 1344–46 la torre sirvió como prisión para mujeres, en ella se recluía a las Pfaffendirnen, es decir, a las prostitutas que habían tenido relaciones con clérigos. De esta época data el primer tejado inclinado de la torre.
En el gran incendio de 1405 la torre se quemó por completo y posteriormente ha sufrido numerosas restauraciones que no finalizaron hasta 1983.
El reloj astronómico data posiblemente de 1527-30 y es obra de Kaspar Brunner,aunque algunos estudiosos apuntan a un origen anterior. El planisferio utiliza una proyección meridional, característica de los relojes astronómicos del siglo XV; los relojes posteriores utilizan una proyección septentrional. Esto podría confirmar que el origen del reloj es más antiguo, quizás de 1405 o de las restauraciones emprendidas entre 1467 y 1483.
La esfera exhibe un reloj astronómico con forma de astrolabio. En el fondo se encuentra un planisferio en proyección estereográfica dividido en tres zonas: el cielo nocturno de color negro, una zona azul oscuro correspondiente al amanecer y atardecer y una zona azul claro correspondiente al día. Unas líneas doradas muestran el horizonte, los trópicos y también marcan la duración de las horas de luz, un valor que cambia a lo largo del año.
Alrededor del planisferio se desplaza la red o araña, un armazón de metal que representa el zodíaco y que también muestra el calendario juliano. Sobre la red hay una indicación del día de la semana. El reloj astronómico no está diseñado para los años bisiestos por lo que es necesario ajustarlo a mano cada 29 de febrero. El indicador de la Luna muestra la fase lunar y la mano principal del reloj indica la hora.
Se pueden ver dos soles, el mayor de ellos indica la posición del Sol en el zodíaco, mientras que el pequeño muestra la fecha sobre el calendario de la red.
El campanario alberga dos campanas de bronce que tañe una figura dorada portando un martillo.
El friso pintado sobre el reloj también muestra un simbolismo astronómico, corresponde a cinco deidades de la antigüedad clásica representativas de los planetas y a los días de la semana correspondientes. De izquierda a derecha encontramos a Saturno, Júpiter, Marte, Venus y Mercurio.
Cuatro minutos antes de cada hora en punto tiene lugar un desfile de figuras junto al reloj astronómico, un bufón toca las campanas, un gallo dorado canta y el rey mueve su cetro mientras desfilan unas figurillas, entre ellas varios osos, el símbolo principal de la ciudad. La leyenda cuenta que en 1191 Berchtold V de Zähringen decidió ponerle a la ciudad el nombre del primer animal que encontrara. Y resultó ser un oso, bär en alemán, de cuyo nombre procede Berna.
Bajo el arco del reloj se pueden ver las antiguas medidas del patrón bernés: el pie bernés, el pie suizo, etc.