¿El amor es una elección?

¿Elegimos a las personas a las que amar o nos acabamos enamorando de quien nos trae el destino? Esta pregunta sigue suscitando dudas y discusiones. Lo analizamos.

¿El amor es una elección? ¿Elegimos a quien amar o acabamos entregando el corazón a la primera persona que nos llega? Esta duda se nos pasa muy a menudo por la mente por una razón. El destino sitúa ante nosotros figuras de las que, de pronto, podemos caer perdidamente enamorados. Es como si no tuviéramos ningún control sobre ello, como si fuera la casualidad quien moviera todos los hilos.

¿Es realmente así? La respuesta es no. Bien es cierto que en ocasiones tenemos la sutil sensación de que es la providencia la que nos hace encontrarnos con ese alguien terriblemente atrayente y especial. La vida nos junta, pero somos nosotros quienes tenemos la última palabra y por supuesto la decisión. Hacerlo así, saber quién vale la pena y quien no, es un acto de indudable madurez emocional que aprendemos con el tiempo.

El amor no es solo algo que encontramos en el viaje de la vida. Es una elección que hacemos de manera consciente, inteligente y también valienteReflexionemos en ello.

Pareja besándose representando que el amor es una elección

¿Por qué el amor es una elección?

Durante buena parte de nuestra vida pensamos que el amor se encuentra. Nos decimos que es como conectar de pronto con alguien y permitir que nuestros mundos colapsen con una (supuesta) alma gemela. Sin embargo, a medida que maduramos, tomamos conciencia de algo más. Podemos conectar y experimentar una poderosa atracción con ese alguien, pero al final elegimos si vale la pena dar el paso o no.

Porque hay atracciones que deben quedarse en un prólogo y no en una historia. Elegimos no avanzar porque intuimos que el desenlace podría ser fatal. Elegimos que ciertas personas no formen parte de nuestro corazón porque en caso de abrirle las puertas, lo dejarían todo revuelto y hasta roto. La madurez y la experiencia nos susurran que el amor es algo más que un sentimiento eufórico.

Es una elección deliberada en la que entender que cada cosa que hacemos va a valer la pena, la alegría y la esperanza.

Enamorarse es fácil pero amar de manera madura requiere esfuerzo

Si nos preguntamos por qué el amor es una elección es necesario entender un detalle. Nada es tan fácil como enamorarnos, a veces surge de manera espontánea; otras a fuego lento y con el roce cotidiano. Sin embargo, una vez pasamos por esos días de apasionamiento y efusividad, llega el momento más decisivo: cuidar esa relación.

  • El amor auténtico, maduro y consciente entiende que amar es un ejercicio cotidiano que requiere esfuerzo y dedicación.
  • Uno elige hacerlo libremente y se compromete en esa relación en cuerpo y alma porque desea conservar a esa persona a su lado.
  • Lo que no se cuida se marchita y fenece. Cuando uno encuentra a una persona especial asume la responsabilidad de nutrir esa relación para que florezca cada día. Hacerlo, también es una elección.

El amor real nos pide en ocasiones que hagamos cosas difíciles, que realicemos incluso ciertos sacrificios. No todo es fácil, no todo discurre de manera plácida y espontánea. Una relación siempre requiere esfuerzos.

Amar es pactar un compromiso incondicional con una persona imperfecta

El amor es una elección y quien no lo entienda fracasará en materia afectiva. No solo decidimos si vale la pena arriesgarnos o no por esa persona, lo que hacemos también es comprometernos a quererla por como es.

Tarde o temprano, tomamos plena conciencia de que el afecto debe ser incondicional teniendo claro que quien tenemos delante no es un ideal, no es alguien perfecto, infalible y aún menos nuestra otra mitad.

Quien comparte vida con nosotros es alguien imperfecto, al igual que nosotros mismos, alguien con quien formar un buen equipo para llegar a acuerdos y crecer juntos.

Pareja representando que el amor es una elección

Mas allá de un sentimiento: querer es un verbo y es una acción

Enamorarse, querer a alguien, formar parte de su vida, cuidar, amar, escuchar, validar… Todas estas dimensiones son verbos y van más allá de los sentimientos y las emociones. Porque cuando queremos a alguien no basta solo con sentirlo, hay que demostrarlo a través de las acciones, del trabajo diario.

Toda acción parte siempre de una decisión y eso es lo que hacemos también en materia afectiva: decidir por quien vale la pena transformar una emoción en un esfuerzo diario.

El amor es una elección que tomamos todos los días

El amor verdadero es una elección que, en realidad, tomamos todos los días. La vida hace que encontremos a determinadas personas por casualidad, es cierto, pero somos nosotros quienes tomamos la decisión de embarcarnos en esa aventura personal y trabajar en ella. Así, es importante tener en cuenta que ese compromiso por el otro lo reafirmamos cada día. No es algo que se decida una vez y ya está.

El cariño se aporta a diario. Todos los días elegimos seguir comprometidos en ese viaje y no rendirnos. Cada segundo compartido es una clara voluntad de seguir adelante, sintiendo que al lado de ese ser especial, todo cobra sentido y todo vale la pena. Amar es elegir, tengámoslo presente, y esa tarea debe ser siempre gratificante y enriquecedora…

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