La meditación es una práctica útil para aumentar nuestro bienestar psicofísico. Estas técnicas han existido durante miles de años, especialmente en la parte asiática del mundo. Inicialmente, la meditación se usó en el campo espiritual para alcanzar los más altos picos de conocimiento.
Hoy en día, estas prácticas están al alcance de todos y hay numerosos cursos y video tutoriales en Internet. La meditación es empleada por todas las personas que desean reducir la ansiedad o el estrés causado por la vida cotidiana, muchas de las cuales afirman sentirse más felices, más en paz y armonía, después de meditar. Puedes decidir participar en sesiones con profesores en vivo, o puedes probar algunos ejercicios desde la comodidad de tu salón.
Sin embargo, este último lugar podría ofrecerte algunas ventajas importantes ya que está a tu alcance, puedes configurarlo de la mejor manera posible, no tienes que esperar a que empiece la lección y sólo necesitas unos treinta minutos al día. Obviamente, si estás empezando, harás un mayor esfuerzo para entrar en el estado de ánimo, es decir, ser capaz de despejar tu cabeza de preocupaciones durante media hora puede parecer fácil, pero no lo es.
Según estudios desarrollados por el centro estadounidense Johns Hopkins Medicine, el hecho de practicar meditación 30 minutos al día, es suficiente para reducir, de algún modo, síntomas como la ansiedad y la depresión.
La meditación es concentración y relajación, lo que puede parecer una paradoja. En cualquier caso, si se realizan constantemente estas prácticas se obtendrán importantes beneficios, en poco tiempo se reducirán los niveles de ansiedad, aumentará la capacidad de atención y también se sentirán importantes mejoras a nivel físico.
Preparar un lugar adecuado para la meditación en casa
Si eliges para meditar una habitación llena de gente que se encuentran disfrutando de una conversación amena o se encuentran reunidos comiendo en la mesa, probablemente no obtendrás grandes resultados. La creación de un ambiente adecuado para la meditación es muy importante para el éxito de la misma.
Además, debes considerar si vas a utilizar o no medios audiovisuales, hay una serie de aplicaciones y tutoriales en Internet que podrían guiarte a través de estas prácticas. Si decides usarlos, también deberías encontrar un entorno con una conexión a Internet. En cualquier caso, es esencial que la habitación donde practique la meditación sea un lugar tranquilo y pacífico.
En este punto debes crear un ambiente cómodo, consigue alfombras o almohadas, permanecer media hora en una posición incómoda te impedirá obtener beneficios de la práctica de la meditación. Una vez que hayas encontrado tu entorno, antes ya puedes empezar a meditar, asegúrate de limitar todas las posibles distracciones. Silencia el teléfono, apague la televisión y cierre la puerta.
La postura es importante en la meditación. Siéntate en el suelo con la espalda recta y sin tensiones, respirar hondo con los brazos relajados.
Ahora, hay que elegir el mejor momento para practicar estos ejercicios. Lo ideal sería por la tarde, cuando ya haya hecho todos los deberes del día y tenga tiempo libre, o por la mañana si es una persona que puede levantarse al amanecer.
Ejercicios de meditación
En primer lugar, si eres nuevo en la meditación, deberías empezar con algo tan simple como “la respiración”. Ser capaz de controlar la respiración requiere mucha más concentración de la que crees, especialmente si tienes que hacerlo por mucho tiempo. Empiece poniéndose en posición y respire lentamente, concéntrese en el acto mismo de respirar y verá cómo lentamente sentirá que su cuerpo se relaja. Ignorar todos los pensamientos que te atacarán.
Otro ejercicio muy útil para los principiantes es la “observación objetiva”. Se trata de sentarse con los hombros y brazos relajados y dejar que los pensamientos fluyan, en silencio. En este caso, mientras respiras, en lugar de ignorar los pensamientos, déjalos fluir sin obstáculos. No intervengas en ellos y no intentes cambiarlos, obsérvalos cuidadosamente sin hacer nada y sin insistir en ellos.
El ejercicio de “cuenta atrás” consiste en colocarse en una posición relajada, con los ojos cerrados, y empezar a contar hacia atrás poco a poco. Se puede contar susurrando o bien mentalmente. Podemos empezar desde números altos (por ejemplo el cien), y retroceder hasta llegar al cero. El objetivo de este ejercicio es mejorar la concentración, inhibiendo los estímulos distractores.
El último ejercicio que puede probar es el “Body scan” o escáner corporal. Adopta una posición cómoda y presta atención a tu respiración, luego comienza a visualizar mentalmente las partes individuales de tu cuerpo centrando tu atención en las sensaciones que produce cada una de ellas. Este es un ejercicio para conectar con el cuerpo, para autoobservarlo y aceptar la información y las sensaciones que éste nos proporciona. Se debe empezar por los dedos de los pies, y seguir hacia arriba, hasta llegar a la cabeza. Esto aumentará tu percepción de ti mismo y podrás oír lo que tu cuerpo te está comunicando.
“Mi conciencia tiene más peso para mí que la opinión de todo el mundo” -Cicerón
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