Misterio de los ojos de la Virgen de Guadalupe

Ojos de la Virgen de Guadalupe
Los ojos de Guadalupe constituyen uno de los grandes enigmas para la ciencia. Una mirada divina que cambió la historia mexicana

Los ojos de Guadalupe constituyen uno de los grandes enigmas para la ciencia. Así lo han constatado los estudios del ingeniero José Aste Tönsmann, del Centro de Estudios Guadalupanos de México.

Este graduado en ingeniería en sistemas ambientales por la Universidad de Cornell estudió durante más de veinte años la imagen impresa de la Virgen en la tilma; ese tosco tejido hecho con fibras de maguey de Juan Diego, el indígena que recibió las apariciones que cambiarían decisivamente la historia de México.

Si bien sus dimensiones son microscópicas, el iris y las pupilas de los ojos de la imagen tienen impresa al menos la imagen sumamente detallada de trece personajes.

Las mismas personas están presentes tanto en el ojo izquierdo como en el derecho, con diferentes proporciones, al igual que sucede en los ojos de un ser humano que refleja los objetos que tiene en frente.

El reflejo transmitido por los ojos de la Virgen de Guadalupe es la escena en la que Juan Diego mostraba al obispo fray Juan de Zumárraga y a los presentes en la estancia el manto con la misteriosa imagen. Era el 9 de diciembre de 1531.

Estudio digital

La técnica que utilizó para su estudio el ingeniero Aste Tönsmann, nacido en Perú, es la del proceso digital de imágenes usado por los satélites y por las sondas espaciales para transmitir informaciones visivas. El científico, de hecho, ha trabajado durante años en IBM en procesamiento digital de imágenes.

No es pintura

Según las conclusiones del estudio, reveladas por Aste Tönsmann, nos encontramos ante una imagen “que no ha sido pintada con mano de hombre”.

Ya en el siglo XVIII varios científicos realizaron pruebas científicas que mostraban cómo era imposible pintar una imagen así en un tejido de esa textura. De hecho, con el pasar del tiempo, las fibras del “ayate” o “tilma” que utilizaban los indios se degradan.

Normalmente no deberían durar más de veinte años. Sin embargo, la imagen está impresa desde hace casi 500 años.

Sin colorantes naturales

Richard Kuhn premio Nobel de Química, recordó Aste Tönsmann, hizo análisis químicos en los que se pudo constatar que la imagen no tiene colorantes naturales, ni animales ni mucho menos minerales. Dado que en aquella época no existían los colorantes sintéticos, la imagen, desde este punto de vista, es inexplicable.

aleteia.org

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