LA ALIMENTACIÓN ENERGÉTICA: PENSAMIENTO POSITIVO
Piensas lo que comes: Si comes lo adecuado piensas lo adecuado.
Podríamos definir Iluminación como: «La Luz que entra en la Oscuridad» o «La Luz que ilumina lo que estaba a oscuras». Si somos capaces de percibir que, en esta época, la mayoría de las enfermedades que padecemos la Humanidad son producidas por lo que bebemos, respiramos, comemos… y que estamos sumidos, todos, en una confusión absoluta en lo que se refiere a alimentación y nutrición; me atrevo a decir que cualquier Luz que podamos arrojar sobre este asunto nos sacará de las tinieblas del sueño de las Sombras.
Ahí va un poco de Luz, entre tanta Oscuridad…
José Luis Narom está titulado en Nutrición Energética y Biológica.
MALOS TIEMPOS
Estamos en tiempos de Oscuridad Planetaria, y ésta negra confusión también ha llegado hasta la alimentación. Empresarios sin escrúpulos, con el apoyo de muchos médicos y científicos, nos ofertan por televisión, prensa y radio todo un amplio abanico de alimentos ultra-sanos y enriquecidos que nos debilitan, idiotizan y enferman poco a poco. Todo con la firma de las autoridades sanitarias y el Ministerio de Salud.
Desde tiempos inmemorables, ha estado asociado el estado mental y físico, de una persona, con los alimentos que ingería. Hipócrates, padre de la medicina, hace dos mil años lo dijo con claridad: «…que tu alimento sea tu medicina…». Evolutivamente hablando, cuanto más antiguo es un alimento más energía nos proporciona. No es lo mismo comer soja transgénica que alimentarse de trigo Kamut, que su origen se remonta a la época de los faraones de Egipto. O beber una infusión de hierbas de Cola de Caballo cuya antigüedad se data en más de 300 millones de años.
Si cambiáramos lo que comemos, y nuestra forma de comer, por otros alimentos mucho más sanos, naturales, compensados, sin toxinas materiales y psíquicas, que estén en equilibrio con la Naturaleza y sin que hayan sido manipulados negativamente, nuestro cuerpo, nuestras mentes y nuestras almas darían un salto cualitativo y cuantitativo en la evolución programada.
Nuestro segundo cerebro, el sistema entérico (estómago e intestinos), tiene entre 100 y 600 millones de neuronas iguales a las de nuestro primer cerebro situado en la cabeza. Todas las reacciones que se producen en un cerebro repercuten en el otro. Todo lo que pensamos en nuestro primer cerebro, mediante neuropéptidos, se transmite a nuestras células y estas reaccionan con esta información, transmitiéndosela a otras generaciones de células mediante mitosis. Igual sucede con nuestro segundo cerebro. Todo lo que comemos tiene una información química y psíquica; y ésta pasa a formar parte de nuestras células mediante la recepción y transmisión de información por parte de nuestras neuronas entéricas. Lo que nos convierte, temporalmente, en vacas o lechugas, dependiendo de lo que comamos. Para ser más exactos, la energía mental de los animales y plantas que comemos se convierte en nuestra energía mental.
Se han realizado experimentos con estudiantes y presos, en Institutos y cárceles de U.S.A., con resultados sorprendentes. Se les cambió la alimentación que tenían: rica en carne, grasas, salsas y refrescos gaseosos (refrescos de Cola, especialmente) por otra dieta, equilibrada, rica en vegetales y proteínas naturales. Lo que lograron es que los índices de violencia bajaran al mínimo y las relaciones entre los individuos mejoraran. A parte de conseguir un mayor interés en los estudios y el trabajo.
Estamos siendo ayudados desde el exterior por Jerarquías Estelares, tanto espiritualmente como materialmente, para que se modifique, de forma natural, nuestra estructura genética y permita adaptarnos a las nuevas Energías Cósmicas que van a regir este Sistema Planetario. Energías que van a permitir que la Luz entré tan profundamente en nuestro Ser que, millones de personas, no vamos a tener más remedio que despertar al Amor y la Conciencia. Esto va a hacer que los Seres Oscuros tengan que ir abandonando, lentamente, este planeta.
Y la alimentación es uno de los pilares básicos en el despertar planetario.
Alimentos de reciente creación (transgénicos) que son manipulados en laboratorios para optimizar los resultados, solo aportan problemas de salud a nuestros cuerpos y a nuestro Medio Ambiente:
TRANSGÉNICOS: ENFERMEDADES
«… 1) La producción de proteínas extrañas causantes de procesos alérgicos en los consumidores (estudios sobre la soja transgénica de Pioneer demostraron que provocaba reacciones alérgicas, no encontradas en la soja no manipulada); 2) la producción de sustancias tóxicas que no están presentes en el alimento no manipulado (en EE.UU, la ingestión del aminoácido triptófano, producido por una bacteria modificada genéticamente, dio como resultado 27 personas muertas y mas de 1500 afectados); y 3) alteraciones de las propiedades nutritivas (proporción de azúcares, grasas, proteínas, vitaminas…)…»
PRESIONES DE LAS MULTINACIONALES Y E.E.U.U.
«… Las autoridades de la UE están sufriendo una enorme presión por parte del gobierno de EE.UU y de las multinacionales agroquímicas para conseguir una legislación laxa que no ponga ningún tipo de restricción a los cultivos y a los alimentos transgénicos. Se intenta que países como Alemania, Francia, Luxemburgo, Italia y Austria, que han prohibido el maíz transgénico de Novartis, vuelvan atrás sobre su decisión. Los vegetales transgénicos se comercializan mezclados con los normales, y además las compañías se niegan al etiquetado distintivo, con lo que el ciudadano o ciudadana se encuentra totalmente indefenso y sin posibilidad de elección. El interés crematístico y monopolístico de las multinacionales agroquímicas no es el mejor seguro para nuestra seguridad alimentaria, nuestra salud ni la habitabilidad de la biosfera…»
(Fuente: Ecologistas en Acción)
¿COMER O NO COMER? that’s the question…
Es muy difícil resumir, en una página, cuales son los alimentos que debemos procurar y los que tenemos que evitar. Pero os voy a señalar los imprescindibles, para los tiempos que corren. Os haré un breve resumen, aunque me dejaré muchos, muchos…
ALIMENTOS RECOMENDABLES: Leche de avena, leche de arroz, leche de soja (hervir antes de beber) mantequilla: poca y biológica. Para el desayuno: cereales integrales de cultivo ecológico (muesli, espelta, copos de maíz, arroz dulce, kamut, etc… ), hidratos de carbono integrales y de cultivo ecológico (pan, pasta, arroz, galletas…), tahín y sésamo (ricos en calcio), chocolates y cacaos -con moderación y que no tengan leche ni azúcar añadidos-, miel: con absoluta moderación (es una medicina), vegetales y verduras de cultivo ecológico y de temporada, frutas -solo en verano y de temporada-; en invierno solo fruta asada y de temporada, especias, semillas integrales (calabaza, girasol…) ensaladas frías: sólo en verano, algas marinas (kombu, hiziki, agar-agar, wakame…) Tofu, miso -todos los días-, seitán…, salsas naturales de origen vegetal, aceites de oliva y de girasol -de procedencia ecológica-, quesos de cabra y de oveja biológicos, setas de temporada, otros cereales para comida y cena: trigo sarraceno, salvado, amaranto, mijo, bulgur, avena, quinoa, etc…, sal marina, azúcar de panela -con moderación-, alimentos congelados -de vez en cuando y con precauciones-, pescados azules de pesca extractiva -no de piscifactoría- (salmón, sardina, besugo, jurel, pez espada, trucha, atún, bonito, anchoa…) pescados blancos de pesca extractiva (merluza, bacalao, lenguado, rodaballo, congrio, bacaladilla, gallo, etc…) carnes: procuraremos evitarlas. De vez en cuando, algún animal alimentado biológicamente: pollo de corral, ternera de granja, algún huevo de corral -no más de uno a la semana-, pizza casera, bebidas de origen natural: agua mineral, infusiones, buena cerveza, buenos vinos, licores naturales… los alcoholes con moderación. Leche y yogures de vaca : una vez al año y de procedencia biológica.
En general siempre comeremos alimentos de la tierra y de temporada. A ser posible, salvo excepciones, no comer alimentos importados de otras latitudes. Debemos cocinar los alimentos. Cuando somos jóvenes tenemos el estómago casi a prueba de todo, pero cuando vamos cogiendo años la digestión es cada vez más complicada y requiere más energía por parte de nuestro cuerpo. Procuraremos no dar trabajo a nuestro organismo, facilitándole la digestión con alimentos cocinados. Deberíamos cocinar hasta la lechuga…
AYUNEMOS: Si mantenemos el organismo, todo el día, ocupado con comida no tendrá opción de realizar otras acciones: eliminar desechos, reponer órganos dañados, optimizar la organización celular… Nuestro cuerpo es un organismo holístico, independiente de nuestro Ser, pero estrechamente relacionado. Existen en él millones y millones de células conviviendo en una simbiosis total y buscando evolucionar en el Universo. Si lo llenamos de comida basura irá degenerando hasta que colapse. Buscaremos fechas a lo largo del año (vacaciones, puentes, fines de semana) en las que realizaremos ayuno parcial o total. Ayudaremos a nuestro organismo a liberar toxinas. Cada día, como norma de vida, comeremos lo esencial, sano e indispensable para estar nutridos y plenos de energía.
Si tenemos el estómago lleno nuestra mente no puede discernir. Recordad a Cristo que ayunó cuarenta días en el desierto para alcanzar la Iluminación; y pensad que el Buda también ayunó durante cuarenta días seguidos, comiendo un sólo grano de arroz al día, y consiguió iluminarse.
Y siempre trataremos de energetizar, positivamente, tanto el agua como los alimentos que ingerimos, inspirándonos en los estudios de Masaru Emoto.
TRUCOS DE SALUD:
Para eliminar metales pesados del cuerpo: vitamina C -ésterC-, chlorella, cilantro y ajo silvestre. Para que las radiaciones ionizantes no te afecten: miso -a diario-. Para que el miedo no te afecte: alga Hiziki -todos los días un poquito- Para tener más fortaleza mental: mijo -dos ó tres veces a la semana-
Como norma: consultar con un médico o especialista antes de iniciar algún tratamiento.
ALIMENTOS NO RECOMENDABLES: Azúcar blanca refinada, Azúcar morena refinada, sacarina, leche de vaca y derivados lácteos de vaca (quesos, yogures, etc…), especialmente todos los lácteos que anuncian por televisión y que dicen que aportan acidófilus, lactobacilos, evitan el colesterol, etc…, leches con vitaminas y ácidos oleicos añadidos -omegas-, helados industriales, carnes de todo tipo -están llenas de esteroides y antibióticos-, pescados de piscifactoría, pollo y huevos industriales, frutas, verduras y vegetales que sean de origen transgénico y rociados con productos químicos, maíz (prácticamente todo el que hay en España es transgénico), agua del grifo, bebidas con vitaminas añadidas, bebidas gaseosas industriales, refrescos industriales, bebidas que contengan fenilalanina o aspartamo, panadería industrial, bollería industrial, café, te, mantequillas, pan industrial, comidas preparadas para niños, potitos industriales, comidas industriales preparadas y cocinadas para adultos, alimentos congelados manipulados, grasas saturadas, aceites refinados, mantecas y mantequillas industriales, embutidos: ninguno, chucherías para los niños, pizzas envasadas, comida fast-food (hamburgueserías, comida rápida, etc…), salsas artificiales de origen animal o vegetal, frituras con aceites recalentados, pasteles y dulces.
No comeremos, salvo excepciones, nada envasado en latas de conserva. Miraremos siempre la etiquetas y rechazaremos todas las que contengan aditivos químicos, estabilizantes y conservantes artificiales. No consentiremos que nos vendan alimentos llenos de azúcar en su composición. Hasta el jamón serrano es tratado con azúcar. Los alimentos envasados en film-plástico serán rechazados. Solo envases de cristal y envolturas de papel. Si no es posible esto, retirar lo antes posible el alimento de dentro del envase. No comeremos alimentos hidrogenados: este procedimiento plastifica la comida, que después ingerimos. Poco a poco, iremos tomando la determinación de no comprar nada que anuncien en televisión.
¿PORQUÉ QUE DEBEMOS EVITAR ALGUNOS ALIMENTOS?
EL AZÚCAR
Algunas de las enfermedades que produce el consumo de azúcar, en nuestro cuerpo, son el escorbuto, la diabetes, la hipoglucemia, la hiperactividad en los niños y la esquizofrenia.
La mayoría de la población, en el planeta, vive bajo los efectos del azúcar. El 90% de los alimentos llevan azúcar. Incluso los alimentos salados llevan azúcar. El azúcar no tiene ningún uso terapéutico conocido, más bien, al contrario, nos adormece y enlentece el cerebro.
Cuando la glucosa del azúcar pasa a la sangre, dependiendo de la cantidad, experimentamos una euforia mayor o menor. Pasado cierto tiempo disminuye la cantidad de glucosa sanguínea y entramos en una depresión fisiológica. No podemos pensar ni movernos, nos sentimos inquietos, aturdidos y cansados. Si tomamos más azúcar vuelve a comenzar el ciclo de euforia y depresión. No hay glándulas renales que soporten, día tras día, año tras año, este trajín hormonal. Las hormonas tienen habitualmente una producción baja. Con la vida estresada que llevamos y tanto vaivén de glucosa, el cerebro llega un momento en el que no es capaz de discernir cuando debe segregar hormonas y cuando no. Entonces entramos, en el mejor de los casos, en una diabetes crónica, de la que seremos insulinodependientes toda nuestra vida.
El Doctor Frederick Banting, descubridor de la insulina en el año 1929, descubrió que la única forma de prevenir la enfermedad de la diabetes era cortando el consumo del azúcar. Los enfermos por diabetes han aumentado proporcionalmente al consumo de azúcar por persona. Al calentar y refinar un alimento como el azúcar lo convertimos en un producto peligroso para la salud.
La diabetes es el resultado del agotamiento del páncreas por constantes sobredosis de azúcar refinada y carbohidratos refinados. Existen tantas pruebas científicas, de este proceso, que no es comprensible porqué sigue ocultándose a la población. La diabetes es casi desconocida en los países no industrializados, llamados indígenas primitivos, que casi no consumen azúcar y carbohidratos refinados.
El estudio del historial de los pacientes esquizofrénicos revela que tenían elevadas cantidades de adrenalina en sangre, porque ingerían grandes cantidades de azúcar. Existen otros productos, como la cafeína y el alcohol, que elevan, también, la cantidad de adrenalina, segregada por las glándulas suprarrenales. La adrenalina es un derivado de dos aminoácidos: fenilalanina y la tirosina. La tirosina estimula al cerebro para que produzca dopamina -hormona responsable de la sensación de bienestar- y puede provocarnos una fuerte adicción. La fenilalanina provoca que el cerebro segregue endorfinas y encefalinas que actúan como potentes analgésicos endógenos, que nos atonta y afloja la mente.
La melatonina es el neurotransmisor encargado, entre otras cosas, de la regulación del reloj biológico, los ritmos circadianos y la regulación fisiológica de la retina. La síntesis se realiza principalmente en la glándula pineal (epífisis). Es interesante señalar que, la melatonina, mientras su concentración en la sangre es alta entre los cero y los cinco años de edad, en la medida que se va atrofiando la epífisis, decrece la concentración hasta el final de la pubertad, a los 18 años, permaneciendo baja el resto de la vida humana ordinaria. Si inhibimos la MAO (monoaminooxidasa), por ejemplo con la toma de ayahuasca, la melatonina activa de nuevo la glándula pineal, temporalmente.
Para el profesor de medicina biológica A. M., la causa de que esta importante glándula se atrofie es el consumo excesivo de azúcar al que nos encontramos sometidos los ciudadanos: «…Si consideraramos una mínima oportunidad de «conectar con Dios» deberíamos dejar de consumir azúcar industrial inmediatamente y, por supuesto, no dársela a nuestros hijos…»
Resumiendo, la ingestión constante de azúcar nos tiene continuamente dopados y anestesiados, evitando que nuestras mentes tengan la opción de acceder a otros estadios elevados de conciencia. Tal vez nos deberíamos preguntar porqué las autoridades sanitarias y políticas nos ocultan este hecho y a quién beneficia que la humanidad esté en estado de somnolencia perpetua.
RECOMENDACIONES
Si quieres que tus hijos no rindan bien en los estudios o que suspendan un examen, dales antes de ir al colegio unos «deliciosos» bollos llenos de azúcar, o para que los tomen en el recreo, justo antes de la prueba.
Te recomiendo que antes de ir a clase se tomen un tazón de leche de avena (leche de vaca: no) con cereales integrales de herbolario (ej.- muesli); Lo calientas durante unos minutos, para que se ablanden los cereales y estén un poco pastositos -sin pasarse que después no les gusta a los niños-. En la medida de lo posible, evita los cereales del supermercado y que anuncian en televisión. Si sigues estas recomendaciones en el desayuno, tus hijos tendrán el máximo aporte de glucosa para el cerebro durante la mañana, sin volver locas a nuestras glándulas hormonales y sin riesgos para la salud a medio plazo.
Cereales integrales: Lo que es bueno para tu hijo, es bueno para ti.
PORQUÉ
La diferencia está en que al ingerir azúcar refinado éste penetra en el torrente sanguíneo directamente a través del intestino, absorción rápida, y se produce un aumento desmesurado de glucosa en sangre. Inmediatamente el páncreas, al detectar estas cantidades tan elevadas, produce una sustancia química llamada insulina, que regula el nivel del azúcar en la sangre, reduciéndolo hasta niveles normales. Por el contrario, si el organismo asimila la glucosa a través de alimentos, como los cereales, absorción lenta, el cuerpo va a coger lo que necesita en cada momento; y el páncreas solo trabajará cuando de verdad sea necesario.
LA LECHE NOS MATA POCO A POCO
El ser humano es el único mamífero que ingiere leche procedente de otro animal pasado el periodo de lactancia. Y lo hace a pesar de saberse que la leche que produce cada mamífero es específica para su especie.
La leche animal y sus derivados -nata, queso, yogures, helados, batidos, etc.- se encuentran actualmente entre los alimentos de mayor consumo del mundo. Se alaban sus propiedades nutritivas, lo ricos que son y lo imprescindibles que resultan para mantener los huesos sanos merced a su riqueza en proteínas, vitaminas y minerales, especialmente el calcio. Pero ¿es eso verdad, o más bien se trata de productos no precisamente saludables que causan muy diversas patologías?
El ser humano es único en la naturaleza por múltiples razones, destacando entre ellas el hecho de que se trata del único mamífero que ingiere leche procedente de otro animal pasado el periodo de lactancia. Y lo hace a pesar de saberse que la leche que produce cada mamífero es específica para su especie y que la naturaleza la ha hecho idónea para las necesidades de su cría y no para las de otra. Es más, la madre Naturaleza previó que los mamíferos -es decir, los animales que maman- obtengan la leche directamente de las mamas de sus madres sin contacto con agente externo alguno ya que se trata de una sustancia que se altera y contamina con gran facilidad. Los humanos, sin embargo, en el convencimiento de que es sano seguir tomándola siendo ya adultos, hemos alterado hasta las leyes de la naturaleza para poder mantenerla en condiciones adecuadas de consumo. Y, sin embargo, son muchas las evidencias que indican que tan preciado líquido está detrás de muchas de las dolencias que hoy nos aquejan…
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