La fusión cognitiva es aquella tendencia a creer que lo que pensamos y la realidad (o lo que somos) son lo mismo. Implica una fusión entre el «yo» y el pensamiento. ¿Cómo combatirla?
La fusión cognitiva (FC) es un fenómeno mental en el que se difumina la línea que nos separa de nuestros pensamientos. Es decir, creer que somos lo que pensamos, o que lo que pensamos es literalmente la realidad.
Este patrón de pensamiento puede generar mucho malestar, y por ello es importante aprender a tomar distancia de todo aquello que pensamos. ¿Por qué? Porque los pensamientos muchas veces están sesgados, o son irracionales o ilógicos. La realidad y la identidad van mucho más allá del pensamiento.
¿Qué más sabemos sobre este concepto? ¿Cómo combatirlo? Os presentamos, al final del artículo, un ejercicio sencillo que nos puede ayudar a alejarnos poco a poco de la fusión cognitiva.
Fusión cognitiva: cuando eres lo que piensas
La fusión cognitiva (FC) se define como una fusión entre lo que pensamos y lo que creemos ser; implica, literalmente, fusionarnos con nuestros propios pensamientos. Es decir, en este fenómeno se entremezclan dos procesos: el pensamiento y la mente (o la propia conciencia e interpretación de la realidad).
Hayes et al. (2011), citados en un artículo de Ramos et al. (2018), dan una definición más precisa del concepto y afirman que la fusión cognitiva podría definirse como “aquella tendencia a creer el contenido literal del pensamiento y del sentimiento”, así como “la excesiva o impropia regulación de la conducta por procesos verbales (reglas), más que por las contingencias del entorno”.
Tomar el pensamiento como una realidad
Cuando manifestamos fusión cognitiva no distinguimos entre aquello que pensamos y las condiciones que producen esos pensamientos. Así, tendemos a creer al pensamiento como si este fuera una verdad absoluta e inamovible: “pienso esto, pues soy esto”, o, “pienso esto, pues esta es la realidad”.
Con la fusión cognitiva, se nos olvida contrastar lo que pensamos con la realidad objetiva que ha desencadenado estos pensamientos. Durante todo este proceso, nos cuesta tomar perspectiva de nuestros propios pensamientos, porque vivimos “fusionados” con ellos.
Impacto en la conducta
Este patrón de pensamiento hace que interpretemos el contenido de nuestra mente (eso es, nuestros pensamientos), como algo literal. Y esto tiene un impacto en nuestra conducta.
Así, poco a poco nos vamos comportando en consonancia con esos pensamientos, como si fuesen la única verdad o realidad posible.
Ejemplo de fusión cognitiva
Para entender mejor el concepto de fusión cognitiva, pensamos en un ejemplo. Imagina que una persona ha tenido un ataque de pánico en mitad de la calle y se ha angustiado mucho. Consigue tranquilizarse un poco y regresa a casa.
Al día siguiente, esa persona, cuando tiene que salir a la calle, baja las escaleras de su portal y empieza a pensar: “seguro que hoy también te da un ataque de pánico, ¿no ves que ya estás empezando a temblar?”. Y, sin darse cuenta, la persona asume ese pensamiento como algo verdadero, como algo que forma parte de su realidad inamovible. Y entonces decide regresar a casa. Esa es la fusión cognitiva.
Ejemplos con uno mismo y con los demás
Este es solo un ejemplo de fusión cognitiva, pero habría múltiples de ellos: los que tienen que ver con uno mismo, con circunstancias externas, con los demás…
Aunque todos, comparten una característica en común: la fusión del pensamiento con uno mismo, con la realidad de cada uno.
La defusión cognitiva para combatir la fusión cognitiva
La defusión cognitiva es una técnica que forma parte de algunas modalidades de terapia, como es el caso de la terapia de aceptación y compromiso (ACT). En realidad, es uno de los componentes centrales de la ACT. Un punto fundamental en este tipo de terapia es conseguir lograr una distancia entre la persona (el paciente) y sus pensamientos. ¿Cómo se consigue?
A través, por ejemplo, de que el paciente se dé cuenta de que los pensamientos muchas veces no se cumplen, o que los pensamientos son solamente pensamientos (palabras, es decir, sonidos) y no lo que dicen ser (hechos). Para aplicar la técnica de la defusión cognitiva se pueden emplear varios ejercicios experienciales, con el objetivo de que el paciente actúe con independencia de lo que su mente “le dice”.
La defusión cognitiva para fomentar la aceptación
En la terapia de aceptación y compromiso, así como en otros tipos de terapia (y sobre todo, en determinados trastornos), la aceptación es un factor clave. Aceptar el dolor, las vivencias, todo aquello que sentimos… Y esta aceptación es más fácil de conseguir gracias al proceso de defusión cognitiva.
¿Por qué? Porque la defusión cognitiva cambia la consideración de los eventos internos y, a su vez, la aceptación ayuda a desvincularse de ellos.
“La aceptación de lo que ha sucedido, es el primer paso para superar las consecuencias de cualquier desgracia”.
-William James-
Ejercicio: “ver las nubes que pasan”
Para movilizar este proceso de defusión cognitiva se suelen utilizar, como decíamos, diferentes ejercicios. Entre ellos encontramos, por ejemplo, el de “ver las nubes que pasan”.
Este ejercicio consiste en ayudar al paciente a ver que sus pensamientos y emociones de malestar son como las nubes grises del cielo; no son el cielo, aunque a veces lo cubran completamente durante días, y es mejor que las contemple dejándolas pasar.
Reflexiones finales
La fusión cognitiva aparece en muchas personas, tengan o no alguna patología mental. Puede interferir en el bienestar personal, y por ello es importante tomar conciencia, si nos ocurre, de lo que nos pasa y empezar a trabajar en ello.
La defusión cognitiva es una de las técnicas más empleadas como intervención sobre este patrón de pensamiento, aunque cada modalidad de terapia usa sus propias herramientas para que aprendamos a tomar distancia de nuestro propio pensamiento.
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