Pablo Rivero ha escrito una historia inspirada en la investigación y obsesión por determinados hechos reales sucedidos, en su mayoría, en los años 90, cuando abundaban teorías de todo tipo sobre la presunta implicación de altas esferas en juegos de perversión y poder. Este turbio panorama, que Pablo Rivero enrarece aún más al combinarlo con snuff movies y canibalismo, se traslada a 2014, un momento en que las redes sociales tienen ya una fuerte presencia en la sociedad.
El resultado es ‘Las niñas que soñaban con ser vistas’, una obra de enorme crudeza, escabrosa, violenta, perversa, espantosamente real, donde un asesino en serie escoge sus víctimas entre las niñas que sueñan con convertirse en las influencers con mayor número de seguidores.