Los 11 tipos de pensamientos y sus características

Pensar bien nos permite vivir mejor. Un modo de lograrlo es conociendo los distintos tipos de pensamiento que puede producir el cerebro. Los analizamos a continuación.
Los 11 tipos de pensamientos y sus características

En nuestro día a día la mente produce distintos tipos de pensamientos. Unos son más válidos, otros son poco útiles y buena parte de ellos nos permiten tomar decisiones ante los pequeños y grandes desafíos de la vida. Asimismo, hay algo destacable que no perdemos de vista y es que, en la actualidad, la neurociencia aún desconoce realmente qué es y cómo se produce el pensamiento humano.

Sabemos que responden al fascinante resultado de nuestra actividad neuronal y que requieren de la activación de distintas áreas del cerebro. El médico y físico alemán, Hermann von Helmholtz, señaló en su día que esa magia cognitiva era el resultado de inferencias inconscientes. Más tarde, el Roger Shepard los definió como representaciones mentales.

En la actualidad, incidimos de manera constante en que pensamiento y emoción tienen una relación directa, hasta el punto de que nuestra manera de pensar puede impactar en el modo en que nos sentimos. Así, y a pesar de la complejidad en la definición de estos procesos psicológicos, hay algo innegable. Pensar bien, como diría el premio nobel Daniel Kahneman, nos permitiría vivir mejor.

Por tanto, un modo de lograr un mejor dominio de dichas dimensiones es conociéndolas, distinguiendo cada modalidad de pensamiento que produce el cerebro. Lo analizamos.

“El mundo tal como lo hemos creado es un proceso de nuestro pensamiento. No se puede cambiar sin cambiar nuestra forma de pensar».

-Albert Einstein-

Mujer con los ojos cerrados con una luz en su mente

Tipos de pensamientos

Reflexionar, imaginar, soñar despiertos, preocuparnos por cosas que aún no han sucedido, juzgar, pensar en una solución para ese problema que nos provoca insomnio… A lo largo del día podemos tener diferentes tipos de pensamientos y todos ellos modulan la forma en que procesamos y reaccionamos ante lo que nos rodea y sucede.

Tomar conciencia del patrón de pensamiento que más nos domina a lo largo del día puede sernos de gran utilidad. Si bien es cierto que buena parte de ellos aparecen en nuestra mente de manera involuntaria, tomar conciencia de ellos nos puede permitir esforzarnos en tener un mayor control sobre los mismos.

1. Pensamiento reflexivo

Pensar de manera reflexiva permite analizar las diferentes realidades que nos envuelven de manera profunda, meditada y serena. Este proceso mental favorece tomar mejores decisiones sin derivar en la impulsividad.

Así, estudios como los realizados en la Universidad Tunku Abdul Rahman de Malasia inciden en la necesidad de desarrollar en los niños esta competencia para lograr así, que puedan pensar después de manera crítica.

2. Pensamiento crítico

Pocas competencias son tan necesarias como razonar y decidir de manera crítica. El pensamiento crítico va más allá de lo aparente, lo normativo o lo establecido para captar matices, poner en duda lo evidente y hallar contradicciones y cabos sueltos. Es en esas pequeñas aristas de la cotidianidad donde, a veces, se encuentran las grandes revelaciones.

3. El pensamiento deductivo

La persona que piensa de manera deductiva infiere una información a partir del análisis de unas variables concretas. Lo hace al partir de unas premisas generales, para llegar después a una conclusión particular. En cierto modo, este es uno de los tipos de pensamientos que más usamos en el día a día.

Si yo entro, por ejemplo, en una tienda y veo que buena parte de las piezas de ropa que miro tienen precios muy elevados, deduzco que ese comercio es demasiado caro para mi economía.

4. La inducción

En 1938, Leon Thurstone, pionero de la psicometría, definió la inducción como una forma de razonar en la cual, se parte de una serie de observaciones particulares que permiten la producción de leyes y conclusiones generales (lo opuesto al pensamiento deductivo).

5. Pensamiento lógico

Los pensadores lógicos son grandes observadores. Analizan cada hecho de manera meticulosa, comparan, deducen e infieren y, más tarde, obtienen conclusiones basadas en toda esa información disponible. Esto les permite justificar siempre cada paso gracias a cada dato que recopilan.

Los pensadores lógicos no se dejan llevar por sus instintos. Son personas que dejan a un lado suposiciones y prejuicios para hacer uso de un enfoque meditado y siempre objetivo.

6. Pensamiento creativo

Esta manera de razonar nos puede cambiar la vida. Las personas que piensan de manera creativa exploran múltiples perspectivas y posibilidades. Tener ideas rompedoras y genuinas nos permite tomar caminos cognitivos diferentes a los ordinarios.

Así, estudios como los publicados en Universidad de Radboud de Nijmegen (Países Bajos) destacan también que crear programas de formación en pensamiento creativo mejora los resultados académicos en los estudiantes.

7. Razonar de forma sistemática

Uno de los tipos de pensamiento más interesantes es el sistemático. En este caso, lo que hacemos es tomar contacto con lo que nos envuelve para entender cada componente sin transformarlo. Es poner la lupa sobre las cosas e intentar comprender de qué están hechas.

8. El pensamiento deliberativo

La persona que piensa de manera deliberativa actúa, decide y piensa con base a sus valores y emociones. En este caso, se deja a un lado la reflexión para comportarnos y responder de manera auténtica, humana, emocional.

9. Pensar de manera divergente

Espontaneidad, creatividad, desafío, originalidad… El pensamiento divergente o lateral es capaz de generar múltiples e ingeniosas soluciones a un problema concreto. Esta flexibilidad cognitiva permite desactivar el dogmatismo del día a día.

chica con gafas simbolizando los diferentes tipos de pensamiento

10. Pensar de manera convergente

Lógica, razón, inducción, deducción… Este es uno de los tipos de pensamiento más interesantes también. Hace uso de ese enfoque lógico basado en la experiencia que usamos de manera habitual para resolver problemas.

11. Pensar de manera mágica

El pensamiento mágico es típico de los niños, las personas supersticiosas o, incluso, de determinadas religiones. Nos lo encontramos también en determinados géneros literarios. Consiste en llegar a conclusiones partiendo de variables poco sólidas, no justificadas, fantasiosas o sobrenaturales. 

No obstante, en determinadas ocasiones muchos de nosotros también podemos derivar en este razonamiento mágico. Ejemplo de ello es dar por válida la clásica idea de que “basta con desear mucho una cosa para que esta suceda».

Para concluir, todos estos tipos de pensamientos conforman la forma en que procesamos nuestra realidad cotidiana. Esas entidades abstractas que la neurociencia no puede definir aún con claridad integran todo lo que somos, lo que sentimos y la manera en que tomamos nuestras decisiones.

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