El sueño unihemisférico de ondas lentas o, dicho de otro modo, dormir con medio cerebro despierto, es una habilidad que muestran muchos animales que no pueden permitirse el sueño profundo. Es una cuestión de supervivencia.
Sin embargo, estudios recientes demuestran que, como ocurre habitualmente en la naturaleza, nada es blanco o negro: parece ser que los humanos y el sueño unihemisférico tienen algo más que ver de lo que se pensaba. ¿Te ha picado la curiosidad? Sigue leyendo.
Dormir es necesario
Dormir, a pesar de que no es nada adaptativo en lo que a supervivencia se refiere, es necesario para el buen funcionamiento del cerebro. Esto es así para todos los animales que en mayor o menor medida dedican tiempo a esta necesidad.
Si aún dudas de esto, todos sabemos que la falta de sueño puede producir síntomas variados como los problemas de atención sostenida, ánimo irritable y cansancio.
A largo plazo, esta falta de sueño también está relacionada con el deterioro de la memoria, la depresión, los problemas cardiovasculares, la diabetes, la obesidad, los trastornos de la fertilidad y la inmunodeficiencia.
El ciclo del sueño
En 1953, los investigadores Aserinsky y Kleitman describieron la actualmente conocida distinción entre dos formas distintas de sueño: sueño de movimientos oculares rápidos (REM) y no REM (NREM). Sin embargo, el ciclo del sueño-vigilia no se reduce solamente a eso:
- Durante la vigilia, las ondas cerebrales muestran un patrón típico de actividad eléctrica: señales de baja amplitud y alta frecuencia, al igual que un tono muscular elevado.
- A medida que las personas se duermen y entran en etapas profundas de sueño, sus ondas cerebrales disminuyen progresivamente mientras aumentan en amplitud. Los movimientos oculares cesan y el tono muscular disminuye.
- NREM o sueño profundo: A medida que el sueño se profundiza también lo hace el EEG de la persona. Esta fase está dominada por ondas de gran amplitud que aumentan y disminuyen lentamente.
- El sueño NREM es interrumpido por episodios más cortos de sueño REM, durante los cuales las ondas cerebrales son paradójicamente similares a las de la vigilia. Las neuronas neocorticales disparan impulsos con la misma intensidad que durante el día. El tono muscular desaparece salvo por la musculatura respiratoria y el movimiento espasmódico, rápido y simétrico de cada ojo.
Este patrón, presente en casi todas las especies de animales -especialmente en mamíferos-, sufre ciertas modificaciones en algunas de ellas. Más adelante puedes saber en qué consiste el sueño unihemisférico y qué utilidad tiene para estos animales.
El sueño unihemisférico, ¿en qué consiste?
Aves y mamíferos acuáticos tienen la increíble habilidad de dormir solo con un hemisferio. Esto, dicho de forma más precisa, consiste en que uno de sus hemisferios cerebrales se mantenga en vigilia -incluyendo el ojo abierto- mientras que el otro muestra las firmas eléctricas del sueño.
Este mecanismo cumple la función de mantener al animal alerta a la vez que descansa, ya que suelen ser especies presa. De esta forma, son capaces de controlar el entorno y reaccionar con rapidez ante ataques sin privarse de descanso. Además, en el caso de los cetáceos es necesario para salir a coger aire a la superficie, ya que respiran a voluntad.
Sin embargo, estar alerta en estado de sueño no es exclusivo de los no humanos. ¿Qué tiene que ver el sueño unihemisférico con nosotros? Más adelante tienes la respuesta.
Sueño unihemisférico, ¿también en humanos?
El camino de esta investigación comienza con la descripción de un fenómeno llamado efecto de la primera noche, que consiste en que la primera vez que se duerme en un lugar ajeno -la casa de un amigo, por ejemplo- el sueño no es muy profundo. Resulta difícil relajar la mente y al día siguiente se acusa el cansancio.
Durante este fenómeno el cerebro duerme y está alerta al mismo tiempo, por ello los investigadores se propusieron averiguar cómo funcionaba el cerebro durante estos episodios de sueño intranquilo. Así, mediante un estudio de sueño registraron la actividad cerebral y muscular de cada hemisferio en esta primera noche de los participantes.
El resultado fue fascinante. Los datos mostraban que, mientras la persona duerme en un lugar desconocido, el hemisferio izquierdo está más alerta y responde más fuerte y más rápido que el derecho a determinados estímulos auditivos presentados durante el sueño.
Además, cuanto más asimétrica fue la actividad cortical durante la primera noche, más tardaron los sujetos en conciliar el sueño.
Por tanto, parece que el cerebro humano está dotado de una forma menos acusada de sueño unihemisférico. No se trata exactamente de la misma habilidad que poseen las aves y los delfines, pero evolutivamente tiene sentido que se mantenga un mecanismo de estas características en los humanos.
El cerebro es tan increíblemente complejo que aún quedan miles de secretos por descubrir. Sin embargo, a cada paso que se da, queda de manifiesto que no hay tantas diferencias entre la especie humana y otras especies del reino animal.
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