Por Luys Coleto.- Durante los últimos decenios, se han ido desarrollando una serie de métodos que permiten controlar a distancia grupos específicos de neuronas y sondear el funcionamiento de los circuitos neuronales. El más potente de ellos es un método llamado optogenética, que permite a los investigadores activar o desactivar poblaciones de neuronas entroncadas en una escala de tiempo de milisegundo en milisegundo con láser de pulsos de luz. Otro método desarrollado recientemente, denominado quimio-genética, utiliza proteínas modificadas que se activan mediante medicamentos de síntesis y pueden dirigirse a tipos de células específicas. Aunque son potentes, ambos métodos presentan inconvenientes.
Ratones, controlados cerebralmente
La “nueva” técnica, desarrollada en el laboratorio de Ali Güler en la Universidad de Virginia en Charlottesville, y descrita en la revista Nature Neuroscience, no sólo no es invasiva, sino que puede activar las neuronas de forma rápida y reversible. Proteína genéticamente modificada que puede hacer a los roedores responder al control “magnético” a distancia. Para lograrlo, se debe hacer “cirugía genética” en los canales iónicos, encargados de administrar las corrientes eléctricas que controlan el circuito neuronal.
Ali Güler, neurólogo de la Universidad de Virginia, y su equipo modificaron el canal TRPV4, un canal que responde a la presión mecánica, aglutinando dicho gen a una proteína que acopia hierro, conocida como ferritina, la cual responde ligeramente al magnetismo de fuentes externas.
Magneto, nuestra perdición humana, a través de “virus”
Y el resultado fue Magneto: una proteína híbrida genéticamente modificada. Cuando se “agita” un imán cerca de las células, Magneto responde y abre el canal iónico; esto provoca una corriente de iones en las células, lo que cambia la corriente eléctrica que recibe el cerebro.
Resumiendo: se insertó la secuencia de ADN de Magneto en el genoma de un virus, junto con el gen que codifica la “proteína verde fluorescente” y las secuencias de ADN reguladoras que “crean” la expresión de la construcción en tipos de neuronas específicas y especificadas.
Posteriormente, inyectaron el virus en el cerebro de los ratones apuntando a la corteza entorrinal, diseccionando el roedor cerebro para identificar las células que emitían fluorescencia verde. Mediante el uso de micro-electrodos confirmaron, entonces, que la aplicación de un campo magnético a los cortes del cerebro activaba a Magneto para que las células produjeran impulsos nerviosos.
Tras los ratones, ¿nosotros? No lo dude
Ahora con ratones, virus inoculados mediantes. ¿Y seres humanos? Pues eso, lo peor siempre está por llegar. Magneto y más allá. Lo de siempre. En fin.
¿Controlarán nuestro cerebro a través de la proteína Magneto?