Desde el principio de la historia han existido personajes en todas las culturas y religiones provistos de extraordinarias capacidades psíquicas, como la videncia, para percibir informaciones sobre el pasado, el futuro ó sobre acontecimientos que aún no suceden.
Consultados por nobles y plebeyos, los Oráculos, sacerdotisas, sibilas, adivinos augures, pitonisas, chamanes y videntes han sido y continuarán siendo un inquietante fenómeno parapsíquico de difícil comprensión.
Los griegos, romanos, chinos, hindúes y gran parte del mundo han sido supersticiosos a lo largo de la historia y firmes creyentes en la adivinación como instrumento de sabiduría.
Hasta el punto de que la vida privada y oficial estaban regidas por complejas redes de avisos, señales e indicios sobrenaturales que alertaban el porvenir de su suerte.
En la antigua Grecia
Los Dioses daban respuestas a los mortales sobre su futuro a través de los oráculos en los santuarios sagrados. Eran un pueblo muy supersticioso, consultaban los oráculos por cualquier motivo, ya sea grandes acontecimientos ó insignificantes asuntos domésticos.
Declarar la guerra, negociar la paz, librarse de una plaga, dictar leyes, fundar una ciudad, emprender un viaje, contraer esposa, saber si se curarían de una enfermedad… cada dios hablaba en un oráculo específico, y se expresaba por distintos métodos, pero siempre a través de intermediarios (sacerdotes o sacerdotisas).
El oráculo de Delfos
La sacerdotisa principal de Apolo en Delfos, santuario de este Dios porque fue allí donde mató a la serpiente Pitón; por ello se la llamó la Pitonisa. Por extensión, el nombre pitonisa se aplica a cualquiera de estas sacerdotisas que profetizaban el futuro.
Las pitonisas de Delfos
Se elegían entre las doncellas de oscuro nacimiento. No se les exigía formación alguna, sólo que fuesen capaces de repetir lo que el Dios Apolo les dictaba, que conservasen su virginidad y que se comprometiesen a vivir hasta su muerte en el santuario.
Casi nunca había más de una pitonisa activa, aunque ocasionalmente hubo tres profetizando simultáneamente.
La Sibila
Profetizaba una vez al año, al comienzo de la primavera y sólo admitía consultas presentadas por escrito y selladas. Antes de dar respuesta a quienes iban a consultarla, ayunaba durante tres días, se bañaba en las aguas sagradas de la fuente Castalia y mascaba hojas de laurel.
Después se sentaba sobre una especie de trípode bajo el cual se prendían hojas de laurel y plantas alucinógenas, cuyo vapor la pitonisa aspiraba para profetizar. Esta práctica se llamaba dafnomancia.
La mezcla del laurel y los vapores hacían que su cabello se erizase, su mirada se volviese feroz, su boca chorrease espuma y su cuerpo convulsionase violentamente.
Además, el trípode se levantaba sobre una grieta en el suelo de la cual emanaban gases tóxicos.
Sacerdotes del Dios Apolo tenían la función de sujetarla sobre el trípode durante el trance, mientras ella pronunciaba palabras sin sentido que ordenadas por otros sacerdotes y dotadas ya de sentido, se convertían en la respuesta de Apolo.
Al acabar el oráculo, la pitonisa era retirada y conducida a su casa, donde pasaba muchos días recuperándose. Algunos escritores posteriores al período clásico han sostenido que del suelo se podían ver grietas por las cuales salían vapores ocasionados por el delirio de las sacerdotisas.
La Cultura China
Otorgaron una especial importancia sobre todo a la economía y la adivinación del porvenir y la prosperidad. De hecho la práctica de la adivinación en sus distintas vertientes gozaba de gran prestigio y consideración –en especial entre las clases poderosas–, incluso en las primeras épocas de esta cultura.
Además de los augurios realizados por los astrólogos chinos, que estudiaban e interpretaban los designios mostrados por los astros y diversos fenómenos naturales, existía una auténtica élite de adivinos especializados en la lectura de los signos del futuro.
Otras Culturas
Hoy en día prácticamente la totalidad de tribus nativas e indígenas ó de pueblos alejados de la civilización, existen brujos y hechiceros que además de poseer un impresionante conocimiento de la farmacopea de la selva y de la medicina tradicional, parecen poseer facultades extrasensoriales que les permiten conocer acontecimientos ocultos para el resto de su tribu.
Expertos parapsicológos, como el veterano Stanley Kripner, estudioso de las facultades parapsíquicas de los chamanes y hechiceros, han constatado la existencia de esas capacidades extrasensoriales en algunos brujos.
Lejos de la selvas africanas, los desiertos mexicanos ó la jungla amazónica, donde los brujos ejercen sus poderes de videncia, la ciencia llevan un siglo tratando de estudiar éstas capacidades de la mente humana sin tener pruebas científicas reales que afirmen tales cualidades psíquicas.
Cada vez son menos los científicos y académicos que ponen en duda la existencia de mecanismos inconscientes en el cerebro que por razones poco conocidas, permiten el fenómeno de la videncia o adivinación del futuro.