Más de la mitad de los ríos y arroyos de la Tierra dejan de fluir periódicamente o se secan durante parte del año, según un nuevo estudio.
Según los investigadores, se encuentran en todos los climas y continentes, y van desde los arroyos nevados del Himalaya y las ramblas del Sáhara hasta los ríos de media milla de ancho del subcontinente indio.
Incluso el río más largo del mundo, el Nilo, tiene partes que dejan de fluir de vez en cuando.
Los científicos afirman que el cambio climático tiene parte de la culpa, junto con la extracción de agua para uso humano y agrícola.
Afirmaron que había afectado a muchos antiguos arroyos y ríos perennes, como el Nilo, el Indo y el río Colorado.
Teniendo en cuenta el continuo cambio climático y de uso del suelo, se espera que una proporción cada vez mayor de la red fluvial mundial deje de fluir estacionalmente en las próximas décadas», dijo Bernhard Lehner, uno de los autores del estudio y profesor de la Universidad McGill de Montreal (Canadá).
Según los investigadores, entre el 51 y el 60% de los 39 millones de kilómetros de ríos y arroyos de la Tierra dejan de fluir periódicamente o se secan durante parte del año.
Como era de esperar, descubrieron que los ríos no perennes -que discurren parcial o totalmente secos durante parte del año- son más comunes en zonas áridas donde hay más evaporación que precipitaciones.
Sin embargo, también se encuentran en climas tropicales e incluso en el Ártico, donde los ríos se congelan durante parte del año.
Los autores también señalan que los ríos y arroyos más pequeños tienen más probabilidades de secarse porque su caudal es más variable.
Los científicos han utilizado los datos para crear el primer mapa de este tipo para ríos no perennes.
Esperan que ayude a controlar los futuros cambios en la intermitencia del caudal de los ríos, así como la forma en que estos ríos y arroyos mantienen la diversidad biológica.
Los ríos y arroyos no perennes son ecosistemas muy valiosos, ya que albergan muchas especies distintas adaptadas a los ciclos de presencia y ausencia de agua», explica Mathis Messager, autor del estudio y estudiante de doctorado en McGill.
Estos ríos pueden proporcionar fuentes de agua y alimentos fundamentales para la población y desempeñan un papel importante en el control de la calidad del agua.
Pero la mayoría de las veces se gestionan mal o se excluyen por completo de las acciones de gestión y las leyes de conservación, ya que simplemente se pasan por alto».
El estudio se ha publicado en la revista Nature.