Potenciar la motivación intrínseca supone empezar a disfrutar de aquello que nos proponemos sin buscar otra recompensa más que el propio placer de la tarea bien hecha (placer intrínseco). La simple ejecución de esa actividad ya nos refuerza, nos gratifica y nos motiva. El tiempo suele pasar volando cuando nos encontramos inmersos en nuestras metas, no hay presiones externas y todo fluye mejor.
Todos conocemos los beneficios de orientar nuestro enfoque mental hacia este tipo de motivación. Sin embargo, seguimos educando a los niños en el premio, en el refuerzo o en ese regalo prometido. Crecer esperando una recompensa por cada esfuerzo realizado supone a veces pasar por alto el mero deleite por el trabajo bien hecho e incluso la monitorización del propio rendimiento.
Se nos olvida que llegamos al mundo siendo extraordinariamente curiosos. El placer de descubrir debería ser siempre el auténtico premio, más allá de refuerzos puntuales externos. La meta debería ser crecer, las notas son solo un aliciente. El propósito original es el de aprender. No es extraño que nos sintamos bien cuando estamos alineados con él.
Ahora bien, también es cierto que intervenir de manera inteligente sobre la motivación no es una meta sencilla. Factores como el estrés, la baja autoeficacia y el entorno que nos rodea pueden mediar en su debilitamiento. Lo analizamos.
“Las recompensas monetarias no deberían ser un sustituto de la motivación intrínseca”.
-Edwards Deming-
Claves para potenciar tu motivación intrínseca
Buena parte de nuestro comportamiento está guiado por objetivos. Orientamos nuestra conducta cotidiana para lograr algo: un salario, un ascenso, un reconocimiento, etc. Ahora bien, esto no está en contra del simple placer “de hacer las cosas bien”, de poner la mirada en el proceso y no tanto en la meta final.
De hecho, solo cuando situamos toda la atención en el proceso, el desempeño mejora y damos siempre lo mejor de nosotros mismos. Así, quien se limita a alzar la mirada pensando solo en la recompensa final correrá el riesgo de cometer errores, de ofrecer algo de baja calidad. Esto te obliga, sí o sí, a potenciar tu motivación intrínseca para prosperar y desarrollarte personal y profesionalmente.
En un entorno social cada vez más cambiante solo este tipo de motivación te permitirá tomar ventaja para obtener beneficio (Ryan y Deci, 2017). Veamos por tanto cómo conseguirlo.
La teoría de la autodeterminación de la motivación de Deci y Ryan (2008)
La teoría de la autodeterminación nos dice que las personas nacemos siendo curiosas y automotivadas. Sin embargo, tal y como explican Deci y Ryan en un estudio, nuestros entornos nos alienan, nos vuelven apáticos, mecánicos y nos apagan la motivación.
¿Qué podemos hacer ante esto?
- Debemos reformular nuestras metas y objetivos. En la medida de lo posible, es necesario involucrarnos en tareas que nos sean significativas para nosotros, que nos ilusionen y nos den sentido.
- Otro aspecto de gran trascendencia es la autonomía. Percibir que tenemos control sobre aquello que hacemos, que disponemos de cierto margen de libertad para trabajar, decidir y actuar es altamente valioso. Es otra variable que te permitirá poder potenciar tu motivación intrínseca.
- Sensación de progreso. Una vez te involucras en un proyecto, disciplina o tarea es importante que percibas avances. Ese desempeño eficaz del día a día va inyectando energías a tu autoestima y con ello elevas tu autoeficacia. Así, poco a poco se activa tu disfrute al ver que estás haciendo algo interesante que se te da bien y que te permite desarrollarte.
La luz en medio del bosque: ser único en medio de la multitud sabiendo cuál es tu propósito
Para potenciar tu motivación intrínseca debes reformular tus propósitos para dar con uno que te defina, que te haga destacar en medio de la multitud. Una de las causas por las que perdemos la motivación y nos limitamos a trabajar por metas externas es el aburrimiento, el diluirnos en escenarios normativos llenos de personas iguales.
Nos limitamos a hacer lo mismo que el resto porque es para lo que nos han educado. Es de este modo como nos hundimos en la rutina y perdemos el foco, nos apartamos de nuestro potencial. Sin embargo, todos podemos hacer aportaciones de valor a nuestro entorno.
Los propósitos desafiantes son los que más potencial tienen a la hora de generar motivación intrínseca.
Compromiso y resistencia a la frustración para potenciar tu motivación intrínseca
Para potenciar tu motivación intrínseca necesitas habilidades de persistencia, compromiso y resistencia a la frustración. Te has marcado propósitos que te motivan, pero hay días en los que aparecen los errores y los fracasos y de pronto percibes que no avanzas. ¿Es momento de rendirse? En absoluto, porque este tipo de enfoque psicológico le define también la resistencia y el optimismo.
Cuando la confianza en uno mismo es fuerte, la frustración no bloquea ni induce al abandono; más bien todo lo contrario. Ante cualquier error se activa esa cabezonería propia de las personas autosuficientes y meticulosas que no se echan atrás, que aprenden del fallo y monitorizan su conducta para mejorarla.
Para concluir, siempre estamos a tiempo de hacer cambios, de activar ese motor interno que nos permitirá vernos a nosotros como la mejor recompensa en ese viaje a la hora de conquistar propósitos.
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