Siria llevó a cabo maniobras con fuego real como forma de preparación frente a cualquier intervención contra su territorio y espacio aéreo.
Dentro de un plan de entrenamiento, distintas unidades de la fuerza y la defensa aéreas de guerra, así como cazabombarderos y helicópteros de apoyo participaron en las maniobras al día siguiente de que Damasco aceptara recibir una misión de observadores árabes en medio de fuertes presiones internacionales.
La Marina estuvo presente con unidades de misiles marinos que lanzaron en la costa, en unos ejercicios en los que también tomaron parte fuerzas especiales y paracaidistas.
Altos mandos militares asistieron a estas maniobras que tuvieron el objetivo de «probar la capacidad bélica de la fuerza aérea y su preparación en repeler cualquier agresión contra su territorio y el territorio aéreo».
El ministro sirio de Defensa, general Daud Abdala Rayeha, dijo que las Fuerzas Armadas están «en permanente preparación para defender las fronteras de la patria por tierra, mar y aire».
Estas maniobras se desarrollan al mismo tiempo que al menos 78 personas fueron asesinadas en Siria como consecuencia de la represión del régimen, 59 de las cuales en la provincia septentrional de Idleb, según las últimas cifras de los opositores Comités de Coordinación Local.
El régimen sirio firmó un documento propuesto por la Liga Árabe por el que acepta recibir una misión de observadores encargada de comprobar en el terreno que cumple con el plan árabe que estipula, entre otros puntos, el cese de la violencia en su territorio y el repliegue de las tropas de las ciudades.
Con este gesto, Siria quiere evitar el levantamiento de las sanciones impuestas por la Liga Árabe y que su cuestión no se eleve al Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas en un contexto de fuertes presiones internacionales para que detenga la violencia.
Desde que comenzaran las protestas contra el régimen en marzo pasado, más de 5.000 personas han muerto por la represión gubernamental, según las cifras de Naciones Unidas