La miel es el alimento de los dioses en numerosas culturas. Deidades como Zeus, Krishna o Indra, e incluso autores como Platón, han sido asociados con la miel a lo largo del tiempo. Este vínculo se debe sin duda a su suprema dulzura, sus propiedades nutrientes y medicinales, su color dorado, su fragante naturaleza y su relación con las abejas (animales, a su vez, relacionados con los dioses). Pero también, quizá, al hecho sorprendente de su larga duración.
Según documenta el Smithsonian, se han encontrado jarros de miel de miles de años en tumbas egipcias. Cuando la miel está sellada, mantiene sus propiedades. Se habla de un vino añejo, pero es posible alimentarse de miel de hace mucho tiempo. Otros alimentos se mantienen por largos periodos, por ejemplo, el azúcar, la sal o el arroz seco; pero la miel se preserva en una forma totalmente comestible.
Esto nos lleva a preguntarnos qué hace a la miel -ese alimento «divino»- tan especial en términos científicos. La respuesta tiene que ver con un complejo balance de elementos. La miel es un azúcar que contiene muy poca agua en su estado natural (sin embargo, cuando se deja abierta puede absorber humedad). Esta característica hace que pocos microorganismos puedan sobrevivir en ella; literalmente, la miel los asfixia (y en otro sentido, también se dice que la miel funciona como antibiótico al consumirla).
La otra razón es que la miel es extremadamente ácida. Tiene un pH de entre 3 y 4.5, lo cual, de nuevo, hace que nada o casi nada pueda sobrevivir en sus dorados y densos arroyos. Pero lo más interesante de todo es obra de las abejas. Una sustancia como la melaza tiene propiedades similares (incluso es más ácida) y, no obstante, se echa a perder.
Aquí entra la alquimia de las abejas. Estos insectos transforman el néctar -una sustancia muy acuosa- y lo secan con la acción de sus alas. Más aún, las abejas tienen una enzima llamada glucosa oxidasa, que mezclan con el néctar durante el proceso de hacer miel en sus panales. Esta enzima se descompone en hidrógeno peróxido, un fuerte oxidante que impide el crecimiento de microbios.
Esta propiedad de la miel, según cuenta el mismo Smithsonian, ha hecho que sea una de las primeras y más importantes medicinas. Sabemos que en Sumeria algo así como el 30% de las medicinas tenían miel. La miel era usada para cubrir heridas como vendaje natural, entre otras cosas.
La miel es delicia que dura, pero por supuesto, estas capacidad de conservación casi sobrenatural es destruida si la miel no se mantiene bien sellada.
https://pijamasurf.com/2022/01/la_eternidad_de_la_miel_la_ciencia_explica_por_que_la_miel_puede_durar_miles_de_anos_sin_echarse_a_perder/