Por RT
Con retroalimentación táctil mejorada, el parche permite que un operador controle un robot de forma remota y sienta lo que siente él sin peligro de estar expuesto a infecciones.
La enfermedad por coronavirus ha generado pánico mundial por su alta contagiosidad. En este período, una de las aplicaciones más importantes de la realidad virtual robótica es ayudar al personal médico a realizar sus tareas y disminuir el riesgo de exposición a entornos infecciosos de SARS-CoV-2.
Con eso en mente, un equipo de varias instituciones chinas ha desarrollado un parche cutáneo flexible e inalámbrico que permite el intercambio de estímulos táctiles entre un operador humano y un robot, informa TechXplore.
Diseñado por la Universidad de la Ciudad de Hong Kong, la Universidad de Tecnología de Dalian, la Universidad de Tsinghua y la Universidad de Ciencia y Tecnología Electrónica de China, el dispositivo es lo suficientemente sensible como para capturar factores de movimiento y estrés, por ejemplo, torsiones y giros.
Flexible skin patch provides #hapticfeedback from a #humanoperator to a remotely operated robot @ScienceAdvances https://t.co/11SbaKq5ZW
— TechXplore (@TechXplore_com) January 18, 2022
Aunque la tecnología que permite a los humanos operar robots de forma remota ya existe, este parche de ‘piel electrónica’ es mucho menos voluminoso, más fácil de manejar y, aparentemente brinda más información que sus análogos.
En un artículo publicado en la revista Science Advances, los investigadores chinos explican qué características técnicas lo hacen posible.
Los parches se colocan en las articulaciones del operador, cuentan con sensores que reaccionan cuando este se dobla y envían la señal correspondiente al robot directamente a través de Bluetooth o a través de una red local o Internet.
Los sensores están fabricados con materiales cuya resistencia eléctrica cambia cuando se someten a esfuerzos mecánicos, lo que permite captar los movimientos del operador.
El sistema permite la retroalimentación bidireccional, ya que se conectan sensores similares a algunos elementos del robot. Las señales se envían a la piel electrónica, donde activan pequeños imanes que vibran a diferentes frecuencias, según la presión aplicada.
Aunque todavía es un prototipo, el sistema podría ser útil en el futuro, ya que el usuario puede controlar de forma remota un robot inteligente para realizar varias tareas complicadas, como ponerse en cuclillas, caminar, limpiar la habitación y cuidar a los pacientes.
La integración de la realidad virtual visual y háptica, a través de la electrónica integrada en la piel, en la realidad virtual robótica demuestra un gran potencial en la recolección de muestras biológicas sin contacto o la enfermería de pacientes con enfermedades infecciosas, entre otros, indica el estudio.